Los albergues vetarán el acceso a los temporeros 'sin papeles'
El Gobierno cambia el modelo de lucha contra la inmigración ilegal en el campo
El Gobierno va a endurecer su posición contra la inmigración ilegal en la próxima campaña de la aceituna, que concentra uno de los principales flujos de trabajadores extranjeros en Andalucía, junto a la campaña de la fresa. La principal novedad será el cambio de modelo de acogida en los albergues para temporeros de Jaén. Si hasta ahora daba igual tener o no regularizada la situación administrativa para acceder a los albergues, a partir de la próxima campaña, no. La admisión estará prohibida a aquellos inmigrantes que no tengan autorización de residencia y permiso de trabajo.
El Ejecutivo quiere desligar de esta manera las necesidades de índole laboral en la campaña agrícola de las razones de tipo asistencial que hasta ahora predominaban.
"Hasta ahora lo que ha pervivido han sido las razones humanitarias, no es malo que a partir de ahora también pervivan las razones de legalidad", dijo ayer el subdelegado del Gobierno en Jaén, Fernando Calahorro, tras advertir de un "control total" de la inmigración ilegal en la agricultura.
Con este giro la Administración reconoce implícitamente el fracaso de la filosofía que hasta ahora imperaba en la red provincial de albergues (una veintena con capacidad para 800 plazas). Aunque estaban destinados en su esencia a servir de tránsito entre la llegada de los inmigrantes y su contratación posterior por los empresarios, el hecho de no pedirse ningún documento para acceder a ellos servía de caldo de cultivo para fomentar el tan temido efecto llamada. "No queremos que en los albergues haya gente buscando trabajo sin autorización para ello", espetó Calahorro tras presidir la Comisión de Flujos Migratorios en campañas agrícolas.
Pero, ¿qué hacer entonces con los inmigrantes ilegales que sigan llegando a la provincia? El subdelegado matizó que se estudiarán "nuevos medios de alojamiento por razones humanitarias", aunque recalcó que éstas ya no serán determinantes. "Veremos qué instrumentos de compensación pondremos en los municipios que soportan una mayor presión migratoria", aseveró Calahorro.
En los últimos años, esta presión sólo ha sido aliviada gracias al trabajo de las organizaciones asistenciales como Cáritas, Cruz Roja o Jaén Acoge, entre otras. Este año, las instituciones vuelven a repetir el mensaje de que no hará falta mano de obra foránea para la próxima campaña olivarera. En tiempos de crisis, es suficiente con la mano de obra local y los parados andaluces (sólo en Jaén hay 34.000 trabajadores del Régimen Agrario en situación de desempleo).
Mientras, la Inspección de Trabajo ha interpuesto en la última campaña 92 sanciones a otros tantos empresarios oleícolas, con multas por un total de 378.000 euros por infracciones vinculadas a la contratación irregular de temporeros.
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