Los Monteros, una insignia agonizante

"Los hoteles son patrimonio de las ciudades". Y si se trata de Los Monteros y Marbella, aún es mucho más, toda una seña de identidad. Por eso, la ciudad de Marbella, aun en pleno mes de agosto, se moviliza en defensa de Los Monteros, un hotel en estado agonizante como consecuencia de la aciaga gestión de su último propietario, el empresario ruso Ernest Malyshev. "Si cierra Los Monteros, muere algo de Marbella", insiste el secretario de la federación andaluza de hostelería de CC OO, Gonzalo Fuentes.

La manifestación convocada en protesta por la situación de Los Monteros y en reivindicación de soluciones no congregó en al tarde de ayer ni a un millar de personas, pero hubo representación significativa de sindicatos, partidos políticos, y asociaciones ciudadanas de diversa índole. Movilización representativa para reivindicar un icono de la Costa del Sol, uno de los pioneros hoteles de gran lujo que dieron etiqueta al desarrollo turístico de Marbella.

La plantilla no ha cobrado este año, no hay luz, ni agua y los peces mueren

Los Monteros es hoy una pena. Sin luz, sin agua, sin comida. La piscina está verde, los jardines marchitados y los peces de los estanques se mueren porque el agua no se renueva. Teóricamente está abierto, porque su dueño pretende mantener la apariencia de que funciona para así evitar posibles sanciones por desacato.

Y algún éxito ha tenido, porque con sus amagos logró que hasta el pasado 31 de julio, cuando habían pasado ya dos meses desde el cierre patronal del establecimiento, la Junta no pusiera la denuncia judicial por desobediencia. El 5 de junio la Junta ordenó la reapertura del hotel, que Malyshev cerró cuatro días antes, porque no existían motivos que lo justificaran. Días más tarde multó a Malyshev con 90.000 euros y el empresario, para evitar males mayores, reabrió el 26 de junio, aunque no era más que pura apariencia.

El 31 de julio la Junta decidió no dar más crédito a Ernest Malyshev, después de conocer la "burla", según el término empleado por los sindicatos, de la última propuesta de supuesto plan de viabilidad para el hotel, pero sin garantías ni compromiso inversor ni de pago de nóminas atrasadas, ni de mantenimiento de empleo.

Malyshev compró Los Monteros a mediados de diciembre de 2008. Desde entonces no ha pagado ni una sola nómina a los 183 empleados. En tres ocasiones llegó a acuerdos con la plantilla sobre un plan de regulación de empleo y reflotamiento del hotel, pero en todas ellas incumplió su parte, hasta que a finales de mayo ordenó el cierre del establecimiento alegando agresividad de los trabajadores y destrozos y deterioro de las instalaciones, algo completamente falso, como comprobó la Inspección de Trabajo.

Ahora el hotel está abierto pero sin posibilidad de atender a un sólo cliente ni de prestar el mínimo servicio, por la dejadez de su dueño. En la manifestación de ayer se pidió a Malyshev que o reabra el hotel con todas las consecuencias, o lo traspase a quien pueda hacerlo. "Ni come ni deja comer", lamentó Gonzalo Fuentes.

El manifiesto leído por Rafael Lafuente, que dirigió Los Monteros en su etapa de esplendor y ha sido director de la escuela de La Cónsula y concejal del PP, insta a todas las instituciones y organizaciones a unir sus fuerzas para lograr la apertura del hotel, salvaguardar la dignidad de los trabajadores y que Marbella no pierda una insignia.