Lucha por un colegio público
Se han convertido en habituales las protestas de familias por no poder matricular a sus hijos en colegios concertados y verse obligados a acudir a la educación pública. En Almodóvar del Río (Córdoba) ha ocurrido lo contrario. Allí, cinco familias se han movilizado porque sus hijos se han quedado fuera de las clases de 1º de Primaria del Luis de Góngora, el colegio público del núcleo urbano. La Junta les da, como una posible salida, que los críos acudan a Nuestra Señora de Gracia y San Francisco Solano, una escuela concertada de carácter religioso.
Las familias critican que se haya cerrado una de las tres líneas de primero de Primaria con las que contaba el centro público el año pasado, lo que ha limitado la entrada de sus hijos. La Junta defiende que el Luis de Góngora es un centro de dos clases por curso y que la ampliación a una tercera se debió a causas especiales. Para las madres y padres, estas explicaciones no son suficientes y desde antes del verano han protestado.
Cinco familias piden que sus hijos entren en un centro de Almodóvar
La Junta les ofrece que matriculen a los chicos en un concertado
El viernes fue el turno de manifestarse en la entrada del colegio Luis de Góngora, donde los cinco niños tuvieron una suerte de clase al aire libre impartida por una joven maestra. "No queremos que los niños pierdan días de estudio", explica Dolores Fernández, portavoz de las familias y madre de uno de los chicos: "Pensamos estar aquí cada mañana, hasta que la delegada de Educación nos dé una solución o nos reunamos con ella".
La inscripción de los niños excluidos supondría superar la ratio establecida en 25 alumnos por aula, algo que la Administración no considera adecuado "si se puede evitar con las soluciones que les hemos propuesto", dice la delegada de Educación, Antonia Reyes. Hasta el momento, las salidas ofertadas por la Junta no han gustado a los progenitores. Las opciones son dos: "Por un lado se les ha ofrecido por escrito la posibilidad de matricularse en el colegio concertado. Pero si no quieren, les hemos explicado verbalmente que pueden hacerlo en el otro colegio público, llamado Los Mochos, que se encuentra a cuatro kilómetros del pueblo y cuenta con aula matinal, comedor, actividades extraescolares y una ratio actual de sólo 10 alumnos por clase. Para su transporte diario les hemos ofrecido, además, una beca de 200 euros", dice Reyes.
Los padres se quejan de ambas posibilidades. Critican que el colegio católico que se les ofrece no cuente con aula matinal y comedor. Además, su portavoz, Dolores Fernández, esgrime otra razón particular. Ella no desea que su hijo acuda a un colegio en el que el carácter religioso tiene un peso específico. "Yo quiero que mi hijo estudie en un contexto laico", defiende. En cuanto a la solución de inscribirlos en el colegio público de Los Mochos, la distancia es un factor determinante para su rechazo. "Somos trabajadores, algunos del campo, otros autónomos, como yo, que tengo una cafetería, y llevar a los niños es un problema por el horario". Otra madre, Lola Jacinto, explica su particular lío: "Yo tengo a una hija matriculada en el Luis de Góngora y al otro no me dejan que lo inscriba".
Por el momento, ninguna de las partes da su brazo a torcer. Y la Junta ya ha enviado una carta a las familias recordándoles la obligatoriedad de escolarizar a los chavales. En el caso de que los padres persistan en no matricularlos en ninguno de los dos centros ofertados, se les podría declarar absentistas, indica la delegada de Educación. Los padres han pedido que, en caso de que se llegue a juicio, se establezcan, mientras tanto, unas medidas cautelares que permitan a los niños acudir a clase.
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