Declaraciones de la renta y austeridad
La guinda del debate fue sin duda el golpe efectista de José Antonio Griñán de entregar a la presidenta del Parlamento, Fuensanta Coves, las declaraciones de la renta de él y su esposa en los tres últimos ejercicios. Lo hizo por la mañana, al terminar su discurso, y dirigentes socialistas, como el portavoz parlamentario, Mario Jiménez, aprovecharon el intermedio del almuerzo para emplazar a Javier Arenas a hacer lo mismo. Griñán entregó copia de sus ingresos de los tres últimos ejercicios (85.131 euros en 2010, según figura en la declaración conjunta con su esposa).
El líder del PP llegó a su turno con la escopeta cargada y en la primera oportunidad aseguró que no tenía ningún inconveniente en mostrar sus declaraciones, que lo haría, pero que no era dueño de las de su esposa. "He hablado con mi mujer, porque yo hago declaraciones separadas, y dice que si quiere la suya, que se la pida. Ella es abogada y trabaja en un despacho profesional". Griñán le respondió: "No se ponga a la defensiva, yo no he hablado de su esposa. He dejado las declaraciones ahí y ya está. Le propongo dejarnos de estar siempre a la greña y ponernos de acuerdo en austeridad".
El líder del PP lanzó a Griñán como contrapropuesta el envite de comprometerse a que los 109 diputados den a conocer sus declaraciones. En la web del Parlamento andaluz están publicados la declaración de bienes e intereses de los parlamentarios. Las declaraciones de la renta se entregan, pero no son públicas.
Arenas también propuso eliminar "las cesantías y las indemnizaciones" de los altos cargos y diputados porque los ciudadanos "no las entienden". El líder del PP percibió durante dos años una cesantía tras su salida del Gobierno de José María Aznar.
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