Los ministros franceses se enamoran de presentadoras de televisión

De momento no puede decirse aún que se trate de una epidemia ni de una tradición, pero la repetición del caso empieza a preocupar. François Baroin, el ministro francés de los territorios de ultramar, fue fotografiado paseándose por Barcelona agarrado de la mano -y de las caderas- de la periodista televisiva Marie Drucker. Las fotos, no autorizadas, han sido publicadas en el semanario Bon Week, que existe desde hace apenas seis meses y que se autodefine como "la primera revista femenina people del fin de semana".

El ministro Baroin se suma a una lista que, en tiempos recientes, incluye a los socialistas Dominique Strauss-Kahn y Bernard Kouchner y al radical de derecha Jean Louis Borloo. En su día, Anne Sinclair tuvo que dejar la emisión política de más audiencia de la privada TF1 para poder vivir su amor con Strauss-Kahn, mientras que Christine Okrent, durante años presentadora estrella de la televisión pública, optó por un menor protagonismo para seguir con Kouchner. Beatrice Schoenberg, presentadora del informativo de France2, ha decidido que sólo dejará la pantalla durante el periodo estricto de campaña electoral para que nadie la acuse de favoritismo en beneficio de su marido Borloo, opción que es también la adoptada por Marie Drucker.

Baroin y Drucker, de 41 y 31 años, respectivamente, han anunciado su intención de llevar ante los tribunales al semanario por "intromisión en la vida privada".

Política e información han marchado juntas en varios momentos pero de otras maneras. Los periodistas pasados a la política son numerosos ya en el siglo XIX y las relaciones de amistad entre personajes de los dos mundos han sido presentadas a veces como historias de espionaje. No falta ahora quienes ven en esa pasión de los ministros galos por las presentadoras -y viceversa- una imagen perfecta de un mundo endogámico y que se retroalimenta: unos y otros no saben de la existencia de otros universos que aquel del que ellos son protagonistas.