Multa a Ernesto de Hannover
Y mientras Carolina de Mónaco se dedica a las labores humanitarias, su marido, el príncipe Ernesto Augusto de Hannover, fue condenado ayer a pagar 445.000 euros de multa por la agresión al propietario de una discoteca de Kenia, incidente que, según confesión del aristócrata, se produjo "cegado por la ira" y bajo los efectos del alcohol. La audiencia de Hannover le impuso esa sanción en un juicio por apelación celebrado después de que tanto la defensa como la fiscalía recurrieran la condena emitida en primera instancia: ocho meses de libertad condicional y una multa de 250.000 euros. La justicia aceptó como atenuante del cargo de grave lesión la argumentación de que el marido de la princesa Carolina tenía mermada su facultad de discernimiento por efecto del alcohol. El príncipe no compareció ante la justicia, pero, al abrirse la vista, su abogado, Jochen Heidemeier
lamentó en nombre de su defendido el incidente, que atribuyó a un ataque de ira cuando se encontraba "considerablemente alcoholizado". La agresión tuvo lugar en Kenia en 2000, cuando el príncipe se personó, capitaneando un grupo de varias personas, ante el propietario de una ruidosa discoteca cercana a su residencia de vacaciones. Según el agredido, Ernesto llevaba algo parecido a una llave americana y le golpeó entre 10 y 15 veces, causándole graves heridas que obligaron a su traslado a un hospital de Mombasa. El abogado admitió la posibilidad de que su defendido llevase "algún tipo de objeto contundente" que, según su versión, le había colocado en la mano alguno de sus acompañantes. El príncipe alemán y la princesa monegasca son personajes habituales en procesos judiciales, sea por los incidentes protagonizados por él o por las demandas de Carolina contra las frecuentes vulneraciones de su esfera privada.
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