El sainete del 'gourmet' toca a su fin
Los 'mossos' rastrean durante ocho horas la pista de Pascal Henry en Girona cuando ya se sabía que fue grabado por cámaras de cajeros suizos tras esfumarse
El misterio del verano toca a su fin. A Pascal Henry, el gourmet desaparecido tras cenar en el restaurante El Bulli de Ferran Adrià, ya le han echado el ojo. No está en España, pese al espectacular rastreo de ocho horas que los Mossos d'Esquadra practicaron ayer en torno a la localidad de Roses (Girona), donde Henry fue visto por última vez. Se encuentra en su país, Suiza. No está en su casa. Ayer por la tarde, al menos, no lo estaba. Pero la policía sí ha constatado, a través de las imágenes de las cámaras de seguridad, que Henry ha pisado las calles de esa ciudad tras su huida para sacar dinero de diversos bancos.
Henry desapareció el pasado 12 de junio. A sus 46 años, el hombre, de profesión mensajero, intentaba hacer realidad un sueño: realizar un tour gastronómico por los 68 restaurantes condecorados con tres estrellas Michelin del mundo. Aquel día, jornada número 40 de su peculiar (y carísimo) viaje, cenó en El Bulli. En un momento dado, salió del local para ir a buscar unas tarjetas. Ya no volvió.
La Generalitat admite el error y expedientará al responsable del fallo de coordinación
Henry había dejado sobre la mesa del local la hoja de ruta del viaje: una libreta donde anotaba los menús con los que se deleitaba. Sus familiares, al principio, no se extrañaron: ya antes había protagonizado alguna huida temporal. Pero al ver que no regresaba al trabajo, el 16 de julio, denunciaron su desaparición.
La policía catalana se hizo cargo de las investigaciones tras un requerimiento de Interpol. Los agentes interrogaron a los responsables del restaurante, buscaron testigos que pudieran aportar alguna pista y peinaron zonas de la Costa Brava para comprobar si el gourmet había sufrido un accidente, o incluso si había caído al mar.
Ante el fiasco de la investigación, los mossos solicitaron a Interpol que iniciara otras vías de análisis, informaron fuentes policiales. Fue entonces cuando la policía de la Confederación Helvética se puso en marcha y empezó a atar cabos por su cuenta. La tarjeta de crédito de Henry fue la clave que ha permitido resolver el misterio en torno a un hombre que cenó un día en El Bulli y regresó a su país. Sin más. Tras su desaparición, Henry fue visto en Ginebra mientras retiraba dinero en entidades bancarias de esa ciudad, confirmaron ayer a este diario diversas fuentes policiales. En concreto, entre los días 18 de junio y 9 de julio, hizo cinco extracciones. Y en los cajeros hay cámaras de videovigilancia. El análisis de las imágenes permitió a la policía constatar que el hombre que aparecía en ellas era ni más ni menos que Pascal Henry, convertido en pocas semanas en una ausente estrella mediática. Los vídeos muestran a un Henry relajado, que en ningún momento parece amenazado o forzado a hacer algo en contra de su voluntad, según las mismas fuentes.
El 5 de agosto, Interpol-Berna comunicó a Interpol en España las actividades a las que Henry se había dedicado tras su inconclusa cena en El Bulli. Una cena de la que, por cierto, se marchó sin abonar la cuenta de 240 euros. El Cuerpo Nacional de Policía tuvo entonces conocimiento de ese viraje en las pesquisas y envío la notificación el mismo 5 de agosto al agente de enlace de los Mossos d'Esquadra -que llevaban un mes y medio buscándole sin éxito-. Pero el mosso, que se encontraba indispuesto, no acudió a la oficina de la Interpol-Madrid hasta ayer mismo, cuando encontró la información de Interpol-Berna, que aclaraba gran parte del misterio.
Por esta razón, la policía autonómica llevó a cabo a primera hora de ayer una última y amplísima batida por el área de Roses. Tal despliegue de recursos humanos y materiales, con un elevado coste para el erario público, carecía de sentido con la información enviada desde Suiza. Pero los mossos no sabían nada. Según explicaron fuentes de este cuerpo, la comunicación oficial llegó ayer por la tarde. El Departamento de Interior de la Generalitat admitió ayer este error y decidió abrir un expediente informativo al responsable de la coordinación con el Cuerpo Nacional de Policía en Madrid para aclarar y, si es necesario, depurar responsabilidades.
Ayer, durante ocho horas, 30 agentes de los mossos y un helicóptero buscaron en Girona por tierra y aire cualquier indicio, informa Bàrbara Julbe. Recorrieron más de 100 hectáreas alrededor del restaurante El Bulli. Caminaron por áreas boscosas y despeñaderos, inspeccionaron pistas forestales con un vehículo 4 x 4 y hasta se asomaron al paraje idílico de Cala Montjoi. No hubo, claro está, ninguna suerte.
"A partir de ahora, la investigación tendrá que centrarse en estudiar otras posibilidades", decía, todavía ayer, el jefe de la comisaría de Roses, Alfons Sánchez. Por la tarde, los mossos comunicaron que, al hallarse Henry "en el extranjero", pondrían fin oficialmente a su búsqueda.
En dos meses, la policía había recibido llamadas sorprendentes de gente que decía haberle visto, comparado los datos del gourmet con los de cadáveres aparecidos en la zona y repartido fotografías.
El misterio también acaba para los responsables de El Bulli de Roses. Con una extrema prudencia ante la veracidad del hallazgo de Henry, el director del restaurante, Juli Soler, celebró el encuentro. "Tenía una angustia personal. Me daba igual si estaba en Suiza, en Hawai o en Cádiz, pero quería que apareciera sano y salvo".
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