La televisión se resiste a Google
El buscador pide que se retrase la salida de pantallas con su producto
Hay un negocio que se le está resistiendo especialmente a Google: el de la televisión en línea. El gigante de la Red lo tenía todo listo para efectuar en enero una presentación estelar de su nuevo producto en la feria tecnológica de Las Vegas, el Consumer Electronics Show. No podrá ser. La empresa ha pedido a diversos fabricantes de televisores, como Toshiba o LG, que no presenten aún los productos equipados con Google TV que han diseñado, porque el software ha recibido críticas generalmente negativas. Google TV fusiona Internet y televisión en la pantalla del televisor.
El de la televisión web es un territorio inexplorado, casi virgen, en el que solo dos empresas de EE UU han logrado avances: Roku y Apple. Ambas venden unos dispositivos que, conectados a la Red, reproducen sin descarga en cualquier pantalla vídeos de sitios gratuitos o de portales de pago, como Netflix. Ese modelo pasa por la reproducción de vídeos, no por el uso de la pantalla de televisión como monitor conectado a un ordenador. Es, más que un modelo de televisión al uso, un nuevo sistema de visionado de contenidos audiovisuales, a la carta y sin descarga.
Las grandes cadenas niegan sus programas a Google TV
El proyecto de la empresa es fusionar la televisión e Internet
Google lleva preparando su desembarco en la televisión en línea desde hace años. En 2006 adquirió YouTube por 1.650 millones de dólares (1.250 millones de euros). Desde aquel momento, la empresa empezó a idear una forma de entrar en las pantallas de televisión de todo el mundo. Tras tanteos con otras compañías, Google firmó una colaboración con Sony e Intel.
En octubre, Google anunció los que serían sus proveedores de contenido: el canal privado HBO, la cadena especializada en economía CNBC y Amazon, entre otros. Ausentes estaban todas y cada una de las grandes cadenas televisivas en abierto: ABC, CBS, Fox y NBC. Este otoño comenzaron a venderse en EE UU los primeros televisores equipados con Google TV, fabricados por Sony.
Cuestan entre 450 y 1.060 euros y tienen pantallas de entre 24 y 46 pulgadas. Tanto Sony como Logitech venden, además, unos pequeños dispositivos que permiten ejecutar Google TV en cualquier televisor, por entre 300 y 400 dólares (230 y 300 euros), precios considerablemente superiores a los de los reproductores Roku o Apple TV, que rondan los 100 dólares (76 euros). El consejero delegado de Google, Eric Schmidt, reveló en septiembre sus planes de introducir el servicio en Europa en 2011.
El problema de Google TV puede ser precisamente la que se presentaba como su mayor ventaja. En septiembre, Google dijo en sus anuncios: "Busca en tu televisor. Teclea el nombre de lo que quieras ver y lo encontraremos". Intentaba fusionar su mayor éxito, la búsqueda en línea, con el mercado televisivo. Pero por ahora se le han cerrado las puertas de las grandes cadenas y sus series en abierto. Y, además, han tenido que añadir un teclado al mando, lo que no deja de ser una solución ortopédica a un medio que nunca ha necesitado ese tipo de teclas.
Sony, que con Logitech es el único socio ya en firme de Google en su empresa televisiva, admitió ayer que las críticas iniciales al dispositivo han sido peores de lo esperado y que el consumidor no había empezado todavía a divertirse con el producto. Sony explicó que las ventas de televisores equipados con Google TV están dentro de lo previsto, sin revelar más información al respecto.
Las expectativas no eran tampoco muy altas. En el momento de la entrada de Google TV en el mercado, la consultora Forrester presentó un estudio en el que revelaba que solo un 3% de los consumidores que iban a comprar un televisor optarían por un modelo que permitiera la navegación en Internet. De los que disponen de modelos que permiten la conexión a Internet, un 25% no navega por la Red jamás.
No es este el primer revés que sufre Google en un nuevo mercado en el que intenta abrirse paso. A principios de mes, la empresa anunció que retrasaba la comercialización de ordenadores ultraligeros con su nuevo sistema operativo, Chrome, al año que viene. En principio, iba a hacerlo antes de las Navidades. En lugar de eso, ha comenzado un programa en el que distribuirá ordenadores de marca blanca en pruebas para mejorar el sistema operativo, centrado casi exclusivamente en la navegación por Internet.
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