"Si TVE me lo hubiera pedido, me habría quedado"

José Antonio Maldonado (Sevilla, 1944) abandona TVE tras casi 23 años como hombre del tiempo. El responsable de la información meteorológica de la cadena pública anunciará este viernes la previsión del fin de semana desde la UIMP de Santander, donde dirige el seminario Fenómenos meteorológicos adversos: hoy y mañana. Será su último trabajo fuera de TVE. El 28 de agosto se despedirá desde el estudio. Una mujer, Mónica Fernández, toma el relevo.

Pregunta. ¿Su marcha de la cadena pública es voluntaria?

Respuesta. Digamos que el Expediente de Regulación de Empleo (ERE) es voluntario forzoso.

P. ¿Sale usted bien de allí?

R. Creo que voy a salir por la puerta grande, tanto por parte del público como de la televisión. Entiendo que no se podían hacer excepciones. Creo que si hubiera decidido no irme no me habría marchado, pero el ERE estaba hecho para que nos fuéramos todos y a los que ya estábamos a las puertas de la jubilación, tampoco nos han invitado a quedarnos.

"Mi sucesora me ha dicho que no necesita consejos, que ya tiene rodaje"

P. ¿Y si se lo hubieran pedido?

R. Me habría quedado.

P. ¿Se lo ha planteado así a la cadena?

R. No, no lo he dicho porque sé que el ERE está pensado para que la gente se vaya. Si no me invitan a comer, no voy. Si aparezco, a lo mejor no me echan de la comida, pero en el fondo dicen: éste se ha colado. No estoy recriminando que no me lo hayan dicho.

P. ¿Y cuál será su último día en pantalla?

R. El 28 de agosto, pero permaneceré hasta el 30 de septiembre, como figura decorativa porque, aunque siga siendo el jefe, no ejerceré. Ella (Mónica Fernández) presentará y no quiero entrometerme. Con las vacaciones que me quedan no tendría que volver, pero me apetece estar.

P. ¿Qué le dice la gente?

R. Me preguntan que por qué me voy, que me van a echar de menos. Recibo muchas muestras de cariño, no esperaba tantas.

P. ¿Ha preparado algo especial para su despedida?

R. No. Daré las gracias y diré que me voy, con las palabras que vayan saliendo, sin nada preparado. Que la gente sepa por mí que es el último día, que la vida da muchas vueltas y puede que aparezca otra vez en TVE.

P. ¿Le ha dado algún consejo a a su sucesora?

R. Me ha dicho que no necesita consejos. No así tan taxativamente, pero sí que ella se organiza, que ya tiene rodaje y que quiere cambiar la forma de presentar el tiempo.

P. ¿Qué piensa hacer cuando deje de ser el hombre del tiempo?

R. Creo improbable que vaya a otra cadena a presentar el tiempo. Sí, me gustaría hacer un programa semanal dedicado al campo o al medio ambiente.

P. ¿Hay algo atado o es sólo un deseo?

R. Tengo algunos contactos y estamos diseñando un posible programa y estoy hablando con algunas productoras y cadenas.

P. ¿Con cuáles?

R. No se lo puedo decir. Aún está en el aire.

P. ¿Y qué opina de las innovaciones en la manera de informar sobre el tiempo?

R. Soy bastante clásico. Nos ven muchas personas que necesitan la mayor simplicidad. Un vuelo sobre la península es muy llamativo pero el agricultor de un pueblo perdido no quiere ese despliegue técnico en tres dimensiones. Hay que innovar sin pasarse.

P. ¿Qué ha sido lo más triste de su trabajo?

R. Nada. He sido feliz gracias a grandes compañeros como Paco Montes de Oca, con el que es imposible discutir.

P. En todos estos años, habrá provocado algún que otro cabreo, ¿no?

R. Sí. Uno de ellos fue aquí, en Cantabria. En la Semana Santa de 1998 avanzamos un pronóstico muy malo cuando aún había un sol radiante. Se enfadaron todos, me pusieron verde... pero luego granizó, nevó, llovió y tuvieron la gentileza de pedirme disculpas.

P. ¿Alguna vez se podrá acertar en el pronóstico al 100%?

R. Eso hoy es inviable. Se ha avanzado de una forma increíble, con pronósticos impensables hace 50 años y un gran margen de acierto, pero ahora los avances van a ser más lentos.