"¡Quiero saber qué significan los malditos números!"
Esta es la historia de un actor al que nunca le había llegado esa oportunidad que todos esperamos en la vida. A punto de tirar la toalla, y reconvertido en agente inmobiliario, se le concedió un billete para volar a una isla. Desde entonces, Josh Holloway (San José, California, 1969) es Sawyer, el protagonista lenguaraz y guaperas de Perdidos, uno de los supervivientes del vuelo 815 de Oceanic. Y aunque en realidad su avión no se estrelló en ninguna playa, este tipo de media melena rubia y barba descuidada, quizá el hombre más deseado de la serie, lleva desde 2004 como su personaje: desaparecido en Oahu (Hawai), esa otra isla en la que se rueda estos días uno de los finales más ansiados de la televisión y que se estrena el próximo 2 de febrero en EE UU y una semana más tarde en España, en Fox y Cuatro. Holloway responde al teléfono desde Oahu.
"Cuando esté libre me gustaría dar el salto al cine, hacer películas"
Pregunta. ¿Alguna pista sobre el desenlace de la sexta y última temporada?
Respuesta. Qué va. Tras seis años, me siento en la misma oscuridad que todo el mundo, sólo que voy algunos episodios por delante. Ya hemos rodado 11.
P. ¿Qué ambiente se vive en el rodaje?
R. Me estoy poniendo triste y al mismo tiempo estoy excitado. Es una mezcla de las dos emociones, un sabor agridulce. Todo el mundo se siente nostálgico. Y ha vuelto a ser un poco como el primer año, cuando pasábamos el día juntos porque no teníamos a nadie y no sabíamos qué hacer. ¡Estábamos en una isla!
P. ¿Sabe ya quién ganará la lucha de coronas entre el personaje de Jack y el suyo?
R. Yo siempre gano, ¿no lo sabía? Estoy de broma. No nos dicen nada sobre qué va a pasar. Y sólo tienen seis o siete episodios más para contarlo. ¿Quién sabe? Puede que no gane nadie y seamos amigos. O que muera uno de nosotros...
P. Según han contado los creadores, alguno de los personajes está inspirado en los actores...
R. Sí, es cierto. Es raro encontrar guionistas con la suficiente confianza como para inspirarse en la vida de los actores. La mayoría están metidos en su historia y sus personajes. Pero estos tipos fueron muy abiertos, y creo que eso ha permitido que los personajes hayan podido moverse en tantas direcciones.
P. ¿Qué hay de usted en Sawyer?
R. Un montón de cosas. El tema de los motes es algo que hago a menudo, siempre estoy inventando nombres para la gente. Y el triángulo amoroso con Kate... Creo que eso empezó en mi primera escena con ella: la agarré, la acerqué hacia mí, y tuvimos ese algo. Los guionistas lo vieron y dijeron: "Ahí saltan chispas, escribámoslo".
P. A raíz de la fama de Perdidos, le llegó la fama como actor, pero ha rechazado varias ofertas de cine...
R. He rechazado algunos proyectos. Pero en los gordos, ha sido ABC
[canal que emite la serie en EE UU] quien ha dicho que no, como ocurrió con Wolverine, en la que me ofrecieron un papel. Pero todo cambiará cuando esté libre. Me apetece dar el salto al cine. ¡Quiero hacer películas!
P. Venga, mójese. Ahora que la serie se acaba, ¿podría explicar de qué va?
R. Uau, no tengo ni idea. Creo que va sobre el bien y el mal; es una cuestión de perspectiva: el bien de una persona es el mal de otra... Yo qué sé. Ahí me ha pillado. Pero estoy ansioso. ¡Yo también quiero saber qué significan los malditos números! Y espero que la respuesta sea buena, por Dios.
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