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Entrevista:Televisión

Hugh Laurie: "Odio la mala educación"

El actor británico analiza su personaje, el doctor House, que vuelve esta semana en su cuarta temporada

Los dos son altos, desgarbados y con los mismos ojos azules. Incluso comparten la barba mal afeitada. Pero son más las diferencias que las coincidencias entre Hugh Laurie y el personaje que le ha hecho famoso en la televisión estadounidense, el iracundo, hiriente y sabelotodo doctor Gregory House. Un detalle que, como bromea este intérprete británico de 48 años (Oxford), mucha gente olvida, entre otras razones porque están acostumbrados a que en Estados Unidos "es más que habitual que a uno lo escojan para un papel por lo que es y no por lo que puede hacer". No es éste su caso, y quizá ahí radica la clave del éxito de este drama médico que ahora comienza su cuarta temporada. Hugh Laurie no se siente tan seguro como House a la hora del diagnóstico. "Además soy algo supersticioso al explicar la razón del éxito. Me da miedo que si acierto se acabe la serie", comenta más irónico que el sarcástico House. Cuatro preestrena el próximo jueves (22.00) en exclusiva el primer episodio de esta cuarta temporada, Alone, que en la cadena estadounidense Fox fue visto por más de 18 millones de espectadores (16% de cuota de pantalla).

"House no es un encanto, pero tampoco muchos de mis amigos"
"Tengo un cerebro muy pequeño, que se entretiene con nada"
"El futuro de la serie dependerá del talento de los guionistas"
Más información
Hugh Laurie tiene depresión

Pregunta. ¿Le desagrada que le comparen con el protagonista de la serie?

Respuesta. House no es lo que se dice un encanto, pero muchos de mis amigos tampoco lo son.

P. ¿Dónde reside su atractivo?

R. Las teorías son muchas. Entre los más jóvenes, el hecho de que es un rebelde que no se atiene a las reglas, alguien impaciente y con autoridad.

P. ¿Y entre los menos jóvenes?

R. Su falta de corrección política. Dice todo lo que nos gustaría decir.

P. ¿También es ésta una de sus cualidades en la vida real?

R. Paradójicamente, si hay algo que odio es la mala educación (risas). También odio el tráfico y los informativos de televisión.

P. ¿Y qué cosas alegran el día a Hugh Laurie?

R. La música me hace feliz. Escucharla o tocar. La comida y mi motocicleta.

P. ¿Y su familia?

R. Por supuesto que me hace feliz. Pero como con ellos, toco música con ellos y les llevo en moto.

P. Pues siguen viviendo en el Reino Unido.

R. Con muchas millas aéreas acumuladas. Volamos mucho. Es cuando más nos vemos. Además, aquí trabajo todo el tiempo. Aunque en teoría son ocho meses de rodaje, la realidad es que está más cerca de los diez por temporada.

P. ¿Cuál es su serie de médicos favorita?

R. Crecí en el Reino Unido y mi televisión tiene poco que ver con la estadounidense. Mamé Dr. Finley's case book como si fuera la leche materna, un tipo como Dios manda, de traje de franela, muy diferente a los tecno-médicos de ahora.

P. ¿Cree que le gustaría a House?

R. Él se pasa el día viendo una serie que no tiene nombre, aunque metería a la cadena Fox en un lío si dijera que es Hospital General. Bueno, es un culebrón de esos.

P. ¿Cuál considera el mayor logro de la medicina?

R. En función de la cantidad de vidas que ha salvado, diría que la penicilina. Pero en una gala benéfica insistieron el otro día en que la risa es la mejor terapia, lo que me obligó a ser divertido.

P. Para Hugh Laurie, ¿cuál es la mejor medicina?

R. La anestesia, porque sin ella no podría ir al dentista.

P. ¿Y su cura contra el aburrimiento?

R. Al contrario de House, tengo una gran tolerancia para el aburrimiento. Debo de tener un cerebro muy pequeño que se entretiene con nada. Un crucigrama, un sudoku o tirar una pelota de papel a la papelera me entretienen.

P. ¿Leer no es una de sus distracciones?

R. Si en algo me arrepiento de hacer esta serie es que no leo, porque todo el tiempo que tengo se lo dedico a los guiones. De ahí que todas las noches acabo leyendo lo mismo porque me lleva media página saber dónde estaba y para entonces ya me he dormido. Así que leo la misma novela una y otra vez.

P. ¿Hasta cuándo? ¿Le ve un final a House?

R. Un personaje tan autodestructivo como House tiene que desmoronarse o curarse en algún momento. Es un suicida que no se puede pasar el resto de su vida en el quicio de la ventana. Pero que eso ocurra en dos, en cinco o en 25 años dependerá del talento de los guionistas. Y por el momento no puedo estar más contento con su trabajo.

Hugh Laurie, protagonista de 'House'
Hugh Laurie, protagonista de 'House'

Las claves de la cuarta temporada

- Más solo que la una. Así se quedó House cuando todo el equipo se marchó de su lado. La idea de trabajar sin ayudantes le da a Laurie algo de "aprensión".

- Al estilo 'Supervivientes'. La nueva temporada incluye una serie de "contratos y despidos" que acaban con la paciencia de House y que a Laurie le recuerdan al popular reality-show, del que en esta ocasión sobrevivirán dos ayudantes de los 40 invitados.

- El equipo médico habitual. La productora ejecutiva Katie Jacobs asegura que Chase (Jesse Spencer), Cameron (Jennifer Morrison) y Foreman (Omar Epps) siguen en la serie, aunque tardarán un tiempo en volver a ponerse a las órdenes de House.

Las provocadoras frases de House

- A los padres de un paciente: "Esto no es una tienda. Ni reclamaciones ni devoluciones... ¿Alguna pregunta más mientras su hijo se apaga?".

- Un soldado defiende su abstinencia sexual: "¿Cuándo se ha visto que un 'marine' se pase un año sin afilar la bayoneta?".

- Recela de una enferma judía: "Mataron a nuestro señor. ¿Te fías de ellos?".

- Un hombre con signos de catarro: "Fiebre, dolor, debilidad, pérdida del apetito... ¿Ha practicado sexo anal con algún heroinómano hace poco?".

- Posibilidad de cura de un tetrapléjico: "El tío volverá a tirarse a su mujer, a abrazar a su hijo... Espero que no se lo monte al revés. Sería una pena que curase a un pedófilo".

- Acierto en un diagnóstico: "Enhorabuena, Chase, es cáncer. Aseadlo y que se lo quede oncología. La fiesta es suya".

- Rivaliza con un colega: "No me gusta hablar mal de otros médicos, y menos de un borracho tan torpe".

- A su jefa, interesada por el dolor de su pierna: "Dime tú qué te pasa en las peras. ¡Qué firmeza!".

- Dispara a un cadáver para hacer una prueba: "Si llega a estar vivo hay que hacer más papeleo".

- A su asistente Chase, que intenta ligar con una chica: "¿Qué, cómo va esa fisura de ano, está mejor o sigue supurando?".

- De un condenado a muerte: "Tengo que dejarlo nuevecito para que el Estado se lo cepille".

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