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Necrológica:
Perfil
Texto con interpretación sobre una persona, que incluye declaraciones

Yakup Satar, el último otomano, de 110 años

Único soldado turco superviviente de la I Guerra Mundial

Juan Carlos Sanz

Venerado como un héroe nacional, Yakup Satar no dejó de recibir visitas a pesar de los achaques hasta el último momento. Último soldado del Ejército del Imperio Otomano en la I Guerra Mundial (1914- 1918), murió el miércoles, 2 de abril, poco después de cumplir los 110 años.

Satar nació en 1898 en Crimea, en la actual Ucrania, situada entonces dentro del Imperio Ruso, en una región históricamente disputada por los sultanes turcos. Era hijo de un jefe tribal tártaro que combatió en el bando equivocado. Su familia, como tantos otros millones de turcos desarraigados, acabó exiliándose en Anatolia.

Alistado a la fuerza en 1915 en las filas imperiales otomanas, los militares alemanes aliados le seleccionaron para participar en una unidad especializada en la lucha con gases tóxicos. Fue una guerra más secreta que sucia. "No estábamos autorizados a hablar con los demás soldados de nuestra misión", relató en 2003 al diario turco Hurriyet. Finalmente, el mando militar de Estambul prohibió utilizar los gases.

El soldado Satar luchó contra las fuerzas británicas que ocupaban Basora, en el actual sur de Irak y entonces una provincia otomana, pero cayó prisionero de una unidad anglo-india cerca de la ciudad de Kut, en el camino que lleva de Basora a Bagdad.

Liberado en un intercambio de presos al final de las hostilidades, la lucha no acabó aún para él. Regresó a Anatolia para combatir en la llamada Guerra de la Independencia turca, (1919-1922), en la que las tropas nacionalistas dirigidas por Mustafá Kemal intentaron redimir al pueblo turco de la humillación de la derrota y acabaron expulsando a las fuerzas ocupantes griegas del territorio continental turco. El general otomano Mustafá Kemal había contenido con éxito a los británicos en Gallipoli, en una sangrienta batalla por el control del estrecho de los Dardanelos y de la cual se hizo en 1981 una película del mismo nombre protagonizada por Mel Gibson.

Ya era conocido como Atatürk (padre de los turcos), cuando Mustafá Kemal fundó la República de Turquía en 1923, trasladó la capital de Estambul a Ankara y emprendió un proceso de reformas tan radicales y modernizadoras como impuestas al pueblo, como la estricta separación entre Estado y Religión (el sultán otomano era también califa del islam) o el abandono del alfabeto árabe por el latino.

Para entonces, Yakup Satar ya se había apeado de la historia con honores de sargento mayor. El veterano combatiente se dedicó a la agricultura en Eskisheir, 200 kilómetros al noroeste de Ankara, a mitad de camino entre Estambul y la capital, para acabar muriendo de puro viejo en su casa mientras relataba recuerdos de guerra a quien quisiera acercarse. Tuvo seis hijos y medio centenar de nietos. El jueves fue enterrado con honores militares.

Pero su mayor logro fue envejecer. Ya sólo quedan 12 supervivientes de la I Guerra Mundial. Tres en Australia y Reino Unido; dos en Italia y Estados Unidos, y uno Alemania y en Canadá, respectivamente. El último veterano francés, Lazare Ponticelli, murió también a los 110 años el pasado mes de marzo.

Yakup Satar.
Yakup Satar.

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Sobre la firma

Juan Carlos Sanz
Es el corresponsal para el Magreb. Antes lo fue en Jerusalén durante siete años y, previamente, ejerció como jefe de Internacional. En 20 años como enviado de EL PAÍS ha cubierto conflictos en los Balcanes, Irak y Turquía, entre otros destinos. Es licenciado en Derecho por la Universidad de Zaragoza y máster en Periodismo por la Autónoma de Madrid.

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