Pablo Domínguez Prieto, decano de la San Dámaso
Colaborador de Rouco, murió en un accidente en el Moncayo
El fallecimiento, en accidente de alta montaña, de Pablo Domínguez Prieto, decano de la Facultad de Teología San Dámaso, de Madrid, ha causado consternación en la archidiócesis que lidera el cardenal Antonio María Rouco, del que el fallecido era un estrecho y brillante colaborador. Fue Rouco quien lo elevó al decanato de la San Dámaso en 2003. El cardenal, después de una larga y lenta tramitación, había logrado en 1996 transformar un simple centro de estudios en Facultad de Teología del más alto rango, por decreto de la Pontificia Congregación para la Educación Católica. El arzobispado de Madrid se lo merecía, y Rouco peleó por ello, con el argumento de que, pese al inmenso desarrollo urbano de su territorio eclesial, carecía de un centro para la adecuada preparación de sus sacerdotes, religiosos y seglares.
Domínguez Prieto había nacido en Madrid el 3 de julio de 1966 y era sacerdote desde 1991, después de formarse en el Centro de Estudios Teológicos San Dámaso entre 1984 y 1989. Amplió sus estudios en el seminario de Filosofía de la Universidad de Münster (Alemania), en la Pontificia de Comillas y en la Universidad Complutense de Madrid, donde se doctoró en Filosofía. Era catedrático de Filosofía Sistemática de la Facultad de Teología San Dámaso (desde 1998) y el año pasado fue nombrado delegado del Gran Canciller (el propio Rouco) para las facultades de San Dámaso.
La capilla ardiente con el cuerpo del decano fallecido en el Moncayo (Aragón) se instaló el martes en el Seminario Conciliar de Madrid. El arzobispado había emitido, nada más conocerse su muerte accidental, un comunicado de condolencia, subrayando sus méritos. El funeral se celebró ayer, a las 19.30, en la catedral de Santa María la Real de la Almudena.
El teólogo Domínguez Prieto había ejercido su ministerio pastoral desde abajo, como vicario parroquial (coadjutor) en la parroquia Nuestra Señora del Templo (San Fernando de Henares), o capellán de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense de Madrid, entre otros encargos.
Era un destacado especialista en Lógica y Filosofía de la Ciencia, destacando sus estudios sobre la Escuela de Varsovia. En esa especialidad fue director de la colección Filosofía de la Lógica, de la editorial Nossa y Jara, desde enero de 2001, y colaborador del programa La linterna de la Iglesia, de la Cope, desde septiembre de 2000 a junio de 2006. También destacó como profesor invitado en universidades católicas o civiles de todo el mundo, entre otras la de Alcalá de Henares, la Facultad de Teología del Callao (Perú), en el Seminario Internacional Redemptoris Mater de Ámsterdam y en el de Berlín, o en el Blessed Diego Luis de San Vitores Catholic Theological Institute for Oceania, en Guam.
Publicó, entre otros libros, Indeterminación y verdad, Teoría del contorno lógico y Lógica modal y ontología (los tres en la editorial Nossa y Jara); Concepción de la polivalencia lógica en la Escuela de Varsovia (editado por la Universidad Complutense en 2001) y Lógica y Filosofía e Historia de la Filosofía Antigua (ediciones de la Facultad de Teología San Dámaso).
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