Constante Gil, un pintor entre el arte y la tertulia
Formó parte del Grupo Bulto y regentó un famoso café en Valencia
Sus dominios estuvieron durante décadas entre las paredes de la antigua Cervecería Madrid, en la céntrica calle de la Abadía de San Martín, de Valencia, cuyas laberínticas estancias estaban profusamente decoradas con sus cuadros de "tertulias de café". Unos cuadros en los que recogía las escenas de la vida cultural, política, noctámbula y artística que se producían en aquel mismo local.
Constante Gil Rodríguez (Taragoña, A Coruña, 1926) murió el 7 de mayo, en Valencia, a los 83 años de edad, pero había desaparecido mucho antes para los que frecuentaban un establecimiento, ya centenario, del que se hizo cargo en 1956. Tras la barra de la Cervecería Madrid, que a inicios del siglo XX se había llamado Cervecería Berlín, observó a la gente de la cultura y la política antifranquista, compartió el ambiente bullicioso de la transición democrática, fue testigo de recitales y de polémicas, de encuentros y de conspiraciones, hasta que se agotó el siglo y el local fue transformado en un lugar sin alma por sus nuevos dueños. Quedó, eso sí, el agua de Valencia, un combinado de cava, zumo de naranja, ginebra y vodka que él mismo inventó y que se ha convertido en un tópico de la ciudad.
Inventó el 'agua de Valencia', combinado de cava, zumo, ginebra y vodka
De aquel mundo de humo, copas y conversaciones, bajo la luz mortecina de las lámparas de bronce, relató: "Es de noche. El bar está en su apogeo. Las paredes están cubiertas con mis cuadros, representando muchos de los personajes que forman las tertulias de este café, como queriendo retenerlos en el tiempo y dejar su recuerdo a la posteridad. Así quedará reflejada en las paredes de este local toda una evolución social, vivida por nosotros, durante medio siglo".
Formado como pintor en su Galicia natal, donde fue alumno de Felipe Brea Romero, Constante Gil se trasladó a Valencia en 1948 y se matriculó en la Escuela de Bellas Artes de San Carlos. En 1970 hizo su primera exposición en la Galería Bisbal y en 1972 se integró en el Grupo Bulto, junto a una veintena de artistas de posiciones progresistas y renovadoras. "El arte, como forma de comunicación entre los hombres, es sin duda el lenguaje más sincero", escribió a propósito de aquel colectivo, que organizó exposiciones itinerantes con objetivos de divulgación popular.
El Centro Europeo de las Artes de París seleccionó en 1996 tres de sus cuadros. Obras suyas, entre las que destacan también los temas sociales de Galicia y los relativos al propio oficio de pintor, figuran en colecciones de una quincena de países, como Reino Unido, Francia, Alemania, Estados Unidos, Italia, México o Rusia.
El que fuera su estudio en la misma calle de la Abadía de San Martín, convertido en una especie de museo, alberga parte de una obra en la que el tema de la tertulia de café, como un género específico de la pintura de interior, vio sustituidos los habituales del bar, más o menos conocidos, por otros motivos de inspiración, como el mismísimo Jesús y sus discípulos. Lo que no cambió fue el escenario, la añorada cervecería y su murmullo.
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