Bo Diddley, uno de los grandes pioneros del rock
Su peculiar estilo ha marcado a varias generaciones de guitarristas
"La edad es sólo un número". Ésa fue la frase que dirigió la vida de Bo Diddley casi hasta su muerte, ocurrida ayer en Archer (Florida). El músico que supo construir su propia leyenda a golpe de innovación rítmica, guitarras singulares y, sobre todo, de rock and roll, género a cuyo desarrollo contribuyó decisivamente, falleció a los 79 años. Hasta el pasado agosto, su vida seguía centrada en la música y los escenarios. El Estado de Iowa fue el último en verle actuar. Allí sufrió una apoplejía y tres meses después un infarto que le fue debilitando hasta su muerte por paro cardiaco.
Sus gafas oscuras, su elegante sombrero negro y su sello de fábrica, la guitarra cuadrada construida por él mismo, fueron sus señas de identidad externas durante décadas. Pero lo que hizo de Diddley un músico especial fue el ritmo que imprimió a su sonido. En plena década de los cincuenta, junto a otros artistas de la época como Jerry Lee Lewis, Chuck Berry o Little Richard, Diddley comenzó a utilizar las bases del blues, el gospel y el rhythm & blues para dar paso a lo que después se llamaría rock and roll. Él creó el bit sincopado que después sería copiado por todas las generaciones de rockeros sucesivas y también tomó prestado del continente africano el ritmo repetitivo que marcaría muchos de sus temas míticos, como Bo Diddley, donde un solo acorde mantiene toda la tensión del tema desde principio a fin y es la repetición la que hace ir in crescendo la música.
Pero no sólo el ritmo le hizo célebre. Sus letras, sagaces, irónicas y divertidas, y su presencia sobre los escenarios, que tomaba por asalto en todos sus conciertos, cantando, saltando y moviéndose sin parar, le convirtieron en uno de los músicos no sólo más requeridos para actuar, sino también más copiados. Elvis Presley tomó prestados de Diddley sus movimientos de rodillas y otros como Jimi Hendrix se quedaron con su pasión por elevar la guitarra por encima de su cabeza y tocar así, creando espectáculo.
Desde The Rolling Stones a The Beatles, The Clash o The Yardbirds copiaron aspectos de su música, pero también hicieron versiones de sus temas, algo de lo que Diddley siempre se quejó puesto que nunca cobró royalties por canciones suyas como I am a man o Not fade away, que contribuyeron a hacer célebres a otros. Como muchos artistas de su generación, recibía una suma fija por sus discos y ningún royalty. "Le abrí la puerta a mucha gente y me dejaron colgado", declaró en 2003 al diario The New York Times.
No obstante, al menos el reconocimiento de la profesión sí lo tuvo: entró en el Rock and Roll Hall of Fame, en el Rockabilly Hall of Fame, obtuvo un grammy en reconocimiento a su carrera en 1999 y hasta le pusieron una estrella en el Hollywood Walk of Fame. Pero, de todos modos, declaró: "Esos honores no añadieron ni una cifra a mi cuenta corriente".
Bo Diddley nació en McComb (Misisipi), pero con seis años se trasladó a Chicago con una tía, que fue quien le crió. A los siete años comenzó a tocar el violín y a los 12 la guitarra. Sin llegar a terminar los estudios secundarios, comenzó a actuar en un dúo que después se convirtió en banda, The Langley Avenue Jive Cats, en la mítica calle Maxwell de Chicago. En 1954, poco antes de firmar su primer contrato discográfico, el que había nacido bajo el nombre de Otha Ellas McDanields se convertía en Bo Diddley. Según Billy Boy Arnold, que tocaba la armónica con él, fue el propio Arnold quien decidió bautizar así al que después sería para siempre Bo Diddley, un nombre que describía a un tipo "pequeño y algo cómico". Sin embargo, en el delta del Misisipi hay una guitarra de una sola cuerda que se llama Diddley Bow, y también se ha especulado con que su nombre artístico viniera de ahí, aunque él aseguró en vida que jamás la había tocado. En otra de las historias que giran alrededor del origen de su nombre, el propio artista contaba que fueron sus compañeros de colegio quienes le bautizaron así.
En cualquier caso, Bo Diddle fue también el título de su primer single y éxito, al que siguieron otros como I'm a man, You don't love me, Mona o I am looking for a woman.
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