Insectos de África atacan cultivos en Galicia por el cambio climático
La subida de temperaturas mejorará la calidad y variedad de los vinos
El ganado y los cultivos ya sufren en Galicia enfermedades y plagas propias de África, los pastos han dejado de ser abundantes y la floración se ha adelantado. Estas son las evidencias del calentamiento del planeta que los labriegos han detectado en sus leiras antes incluso de que la comunidad científica se ponga de acuerdo sobre el fenómeno. Ante las pruebas de que sobre el campo se cierne un nuevo clima de rasgos mediterráneos, el sindicato Unións Agrarias ha decidido crear, en colaboración con el Ministerio de Medio Ambiente, un observatorio para que campesinos e investigadores intercambien datos y busquen soluciones a los problemas que amenazan el sector.
La superficie del ribeiro se duplicará y O Barco producirá tintos de gama alta
La subida de temperaturas ha traído del sur insectos y patógenos desconocidos en estas latitudes. "Hace unos años enfermedades como la lengua azul tenía dificultades para pasar de África y ahora ya está en Dinamarca", apunta como ejemplo Jacobo Feijóo, secretario de Desenvolvemento Rural de la central agraria. Galicia es una zona de la Península Ibérica especialmente vulnerable porque aquí el calentamiento de la Tierra supondrá pasar del clima atlántico al mediterráneo.
Este cambio supone un reto para la investigación agraria, que deberá buscar, por ejemplo, variedades de hierba que resistan el ataque de nuevos patógenos, sistemas de riego más eficaces o tratamientos fitosanitarios contra enfermedades diferentes. Según las conclusiones del Congreso Internacional de Medio Rural, Agricultura y Cambio Climático que se cerró ayer en Santiago, los campesinos gallegos deberán enfrentarse en los próximos años a contratiempos económicos. La producción caerá tanto como las lluvias y los seguros agrarios se encarecerán por la multiplicación de las inundaciones, heladas, sequías y plagas. "Tenemos que tomarnos muy en serio la amenaza del cambio climático", afirma Jacobo Feijóo.
Los representantes de los trabajadores del campo no quieren ser catastrofistas y confían en que muchas de las complicaciones que provocará el cambio climático tienen "solución" si se toman medidas a tiempo. "Queremos ofrecer medidas y alternativas para adaptarnos a la situación porque los cambios no serán bruscos", explica Malú Eyo, técnica medioambiental de Unións Agrarias y promotora del observatorio anunciado ayer.
Pero no todos los sectores salen perdiendo con la mediterranización de Galicia. Los vinos serán uno de los pocos productos del campo que mejorará su calidad y variedad. El catedrático de Edafoloxía de la Universidad de Santiago, Francisco Díaz-Fierros, afirmó ayer durante el congreso que la vendimia se ha adelantado en algunos puntos de Galicia hasta un mes. El hecho de que la recogida de la uva comience a principios de septiembre y no en octubre ha aumentado la capacidad de crecimiento de las vides y ha minimizado el peligro de que las precipitaciones empeoren la calidad de sus frutos.
Otro anticipo provocado por el calentamiento del planeta juega en favor de la calidad de los vinos. La última helada invernal se ha adelantado de abril a marzo, lo que recorta los riesgos que sufren las vides durante el desborre, es decir, en el momento en el que revientan las yemas.
Son las primeras pruebas de los buenos tiempos que le esperan al sector vitivinícola gallego. Díaz-Fierros asegura que con la subida de las temperaturas la superficie de la comunidad donde se podrán producir caldos se ampliará y en el caso del ribeiro podría llegar a duplicarse. El fenómeno traerá además a esta tierra vinos tintos de calidad, sobre todo en áreas donde el suelo es calizo y el clima será especialmente seco, como la comarca de O Barco de Valdeorras, en Ourense.
Díaz-Fierros vaticina que las variedades de vinos que se darán en el futuro en Galicia "se desplazarán a las típicas de climas más calientes", aunque este estudioso de los suelos no se atreve a augurar peligros para "variedades más frescas" como el albariño.
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