"En la renovación del PP hay mucho de egoísmo"
Francisco Cacharro (Guarromán, Jaén, 1936) agota sus últimos meses como presidente de la Diputación de Lugo, donde ha pasado 24 años. No oculta que le hubiese gustado presentarse a la reelección para acabar algunos proyectos. En la renovación del PP ve "mucho egoísmo y un intento de desplazar a personas" y "pequeñas dosis" de deseo de cambiar las cosas. Recuerda a la dirección del PP que si las municipales no acompañan "tendrán que rendir cuentas".
"El fiscal de la 'Operación Muralla' cumplió un encargo, no me creo que su actuación no estuviera politizada, le recompensarán"
"Si no se mantienen los resultados en las municipales, la recuperación del PP será lenta y alguien deberá rendir cuentas. responsabilizarse"
"Conmigo como presidente provincial el PP creció, ganó todas las elecciones con mayoría absoluta, desde entonces bajamos"
Aunque ejerció como inspector jefe de enseñanza primaria a fuinales de los 70, su vida éstá marcada por el desempeño de cargos públicos. Teniente de Alcalde en Lugo, Senador constituyente, Conselleiro de Educación y presidente provincial del PP, pero sobre todo fue -aún le quedan unos meses- presidente de la Diputación de Lugo, cargo al que accedió en 1983. El final de su etapa lo afronta atento a las próximas elecciones municipales que considera un test definitivo para la dirección del PP gallego.
Pregunta. Se acerca el final de su mandato en la Diputación y da la sensación de que no es el que usted desearía.
Respuesta. No es el que yo deseaba, y a lo mejor no tenía razón. Hay una serie de proyectos en marcha que yo quisiera ver culminados, hubiese sido interesante un nuevo mandato pero lo tengo asumido y sigo trabajando con la misma ilusión.
P. ¿La salida de la Diputación le permitirá saber donde están sus amigos?
R. Supongo que sí. La política es cómo la vida, sólo que en la política hay momentos en que la gente tiene que definirse. Es donde mejor se ponen de manifiesto las adhesiones o lealtades.
P. Se habrá encontrado con gente que no fue todo lo leal que hubiera deseado.
R. Es posible. Y legítimo.Tampoco vamos a negar a los demás que puedan ver las cosas de forma diferente a cómo yo las veo.
P. ¿Duelen las deslealtades?
R. Duelen hasta cierto punto, duele más tener que modificar la opinión que se tenía de alguien. También se da el caso de cambiar para bien, pero a veces te llevas desagradables sorpresas.
P. El designado para sustituirle, José Manuel Barreiro llegó a la política de su mano. ¿Fue una desagradable sorpresa?
R. Me va a permitir que en temas directamente personales no incida. Sólo digo que uno se lleva, a veces, sorpresas desagradables, pero no quiero centrarme en personas. Cada uno se comporta cómo es y de acuerdo con las circunstancias en las que vive. Hay que ser honrado con uno mismo decir lo que se piensa en cada momento. A mí siempre se me ha atribuido una determinada indefinición, no fue así. Cuando me pareció oportuno emitir una opinión, lo hice, y alguna me supuso notables contratiempos.
P. ¿Cuál ha sido su mayor satisfacción en estos 24 años?
R. Las gestiones para implantar la Universidad en Lugo y la red de carreteras provinciales, la más grande de España con más de 4.000 kilómetros.
P. ¿La Operación Muralla fue el episodio más triste?
R. Sí. Fue una vivencia sumamente negativa. Pero que nadie olvide que hay mucho ruido y pocas nueces. Todos los proyectos de la Diputación, también los técnicos, se hicieron cumpliendo rigurosamente la Ley de Contratos del Estado. Yo creo que la actuación del fiscal respondió a dejar un trabajo hecho, a enredar lo más posible. Él quiso dar la sensación de que en la Diputación se estaban haciendo cosas delictivas, pecaminosas y malas.Él dirá que no estaba politizada su actuación, pero yo no me lo creo. Él cumplió el encargo.
P. ¿El encargo de quién?
R. Ahí ya no voy a entrar, que lo aclare la jueza y que tarde lo más posible, que es lo que el fiscal siempre quiso.
P. En una ocasión se preguntó quién renueva al renovador. Si el PP no iguala los resultados de las últimas municipales, ¿habrá que renovar a los renovadores?
R. Lógicamente. Y si fueran consecuentes los propios renovadores no tendrían que esperar a que los renovaran, sino que darían ellos paso a otra solución. Es verdad que hay casos claramente interesados, y no apunto hacia nadie, de aprovechar el eslogan de la renovación para dar un codazo, desplazar a alguien y ocupar su lugar. Sucede con frecuencia y no sólo en el PP. También hay renovadores bienintencionados que creen que es necesario cambiar las personas y modos de trabajar. Hay renovadores con derecho a ensayar, pero si no da resultado, deben reconocerlo y dar pasos.
P. En el PP se habla mucho de renovación.
R. En el PP hay un gran movimiento llamado de renovación en Galicia y en toda España. Creo que en ese movimiento hay mucho de egoísmo, de intentar desplazar a otros. También puede haber alguna dosis, pienso que no demasiada, de convencimiento de que se pueden mejorar las cosas. Que observen lo que pasa y si no obtienen los resultados apetecidos tienen que replantearse dejar el sitio despejado para que otros cojan el testigo. Esto lo dije en presencia de Arenas cuando era secretario y me pusieron en la disyuntiva de elegir entre el Senado y la presidencia provincial. Opté por el Senado, pero le dije que en mi etapa como presidente crecimos, fuimos el primer partido con diferencia en la provincia y ganando todas las elecciones con mayoría absoluta. Desde entonces bajamos.
P. ¿No cree que ya tocó suelo el PP en Lugo y Galicia?
R. En mayo lo sabremos.
P. ¿Qué sería un mal resultado?
R. Que la representación en ayuntamientos y diputaciones fuera menor de lo que es hoy. En las corporaciones locales está el principal activo que tiene el PP.
P. ¿Perder posiciones sería motivo para tomar medidas?
R. Debería ser motivo mucho más que suficiente para tomar medidas, aunque ya no sé si las medidas bastarían. Si se pierden posiciones en las corporaciones, supondrá el inicio de una pequeña travesía en el desierto. Si el PP pierde gobiernos, la recuperación será muy lenta, y alguien tendrá que rendir cuentas.
P. ¿Puede repuntar el PP en Galicia en este momento?
R. El PP debería, por lo menos, mantenerse en el mismo nivel de representación y poder repuntar. Las circunsancias externas son buenas, dadas las contradicciones en que incurren los señores de la Xunta. Véase todo el tema de incendios, las peleas continuas del bipartito y de las coaliciones en los ayuntamientos. Pero con los problemas internos que se están creando, el propio PP no va a poder aprovecharlo.
P. ¿Qué problemas?.
R. Está ocurriendo en Lugo, en A Coruña y tengo entendido que en Pontevedra.
P. ¿Dónde radican?
R. Son pugnas internas.
P. ¿Está probado que las hay?
R. Eso está claro.
P. Lo alinearon con el sector de la boina junto con Baltar y Cuiña. ¿Se sintió identificado?.
R. Por mí que me pongan donde quieran, pero esa dicotomía no era así. Dentro de un partido hay los que ganan y los que pierden. Nosotros ganábamos.
P. Hasta el último congreso.
R. Sí, hasta el último congreso. Pero nosotros ganábamos las elecciones en la calle y ahí no interviene la cúpula del partido. En cambio las elecciones internas de los congresos sí que son teledirigidas. Contra lo que digan yo jamás me he metido en quien integraba una lista en las municipales o quienes integraban el comité local.
P. Desde el PP siempre se dijo que fue un congreso ejemplar.
R. De ejemplar, nada.
P. ¿Quiere decir que no hubo igualdad para los candidatos?
R. En el momento precongresual se fue dirigiendo todo hacia una determinada candidatura.
P. Es obvio que hubo momentos en los que estuvo más próximo a la dirección del PP gallego que en este momento.
R. Sí, claro.
P. ¿Cual será su futuro?
R. De momento continuaré en el Senado, y en el futuro Dios dirá. Igual se me ocurre que es bueno dedicarme a otras actividades. No tengo ningún objetivo concreto.
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