Los principales detenidos del 'caso Carioca' deciden colaborar con la juez
Varios de los imputados en prisión ya han declarado y otros se han ofrecido a ello
Existía un "pacto de silencio", pero se ha roto. Desde octubre de 2009, cuando se produjo la gran redada que hizo estallar el mayor escándalo de Lugo, los principales imputados de la operación Carioca habían mantenido un mutismo absoluto. Asesorados por sus abogados, ninguno de los proxenetas y agentes del orden que permanecen en prisión había optado por echarse a cantar, pero los propios investigadores del caso, mientras tomaban declaración a cientos de mujeres que sí querían participar, sabían que todo era cuestión de tiempo. Bastaba con que se abriera una primera fisura para que saliese a la luz la debilidad de sus vínculos clandestinos, y al fin, después de que cedió el primero, son varios los detenidos que desde principios del verano se han prestado a colaborar con el Juzgado de Instrucción número 1 de Lugo.
Existen pruebas importantes que los agentes todavía no han recogido
Se trabaja para fijar la fecha de este macrojuicio antes de octubre de 2011
Algunos ya están fuera de prisión, y no por haber hablado, sino porque la juez consideró que no entrañaba ningún riesgo para la investigación su libertad condicional. Otros, después de colaborar (y seguramente en contra de lo que ellos esperaban) han vuelto a subirse al furgón para regresar a su celda. Según fuentes próximas al caso, sus testimonios han sido valiosos, y todavía prometen serlo más los de los dos últimos (el responsable de un club y un agente) que se acaban de ofrecer a participar. Al parecer, detrás de la decisión de uno de ellos subyace el enfrentamiento con otro de los principales imputados por una cuestión sentimental. Hay una mujer de por medio.
Gracias a estos testimonios, y al hallazgo de nuevas pruebas que todavía están siendo analizadas (como por ejemplo las manchas de sangre que a primeros de agosto fueron descubiertas bajo la pintura de una habitación del club Queen's), este verano la investigación dio pasos de gigante. Tanto, que en el juzgado se trabaja con el convencimiento de que antes de octubre de 2011 se podrá fijar la fecha de este macrojuicio para el que hay ya más de 60 imputados (todavía la semana pasada fueron detenidas e interrogadas durante horas varias personas en relación con el caso) y aún permanece en prisión provisional otra media docena.
Según personal que trabaja en la operación Carioca, la juez que dirige el caso, la infatigable Pilar de Lara -que a pesar de haber recibido presiones y amenazas no ceja en su empeño de llegar al final-, "no es partidaria" de alargar este período de cárcel previo al juicio de sus detenidos. Si la investigación tuviese que dilatarse, la magistrada tendría en su mano la posibilidad legal de prorrogar hasta en dos años más la prisión preventiva, pero no parece que vaya a ser preciso. De momento, según las mismas fuentes, mientras exista riesgo de que algunos de los que siguen repartidos por diversas cárceles puedan intentar obstruir la investigación, atentar contra la integridad de personas relacionadas con el caso, evadirse o destruir pruebas aprovechando la condicional, estos imputados seguirán entre rejas.
Porque amenazas a ex trabajadoras de los clubes precintados que han testificado existen (a través de mensajes en los móviles y a través de emisarios), y pruebas importantes todavía no recogidas por el juzgado, también. Las fuentes relacionadas con la investigación no especifican qué es lo que últimamente están buscando los agentes por orden de Pilar de Lara. Podrían ser armas y explosivos, además del cadáver de una mujer embarazada que trabajó en el Queen's (el club del Polígono do Ceao en torno al que giraba toda la mafia investigada) y que supuestamente fue víctima de un homicidio. Su cadáver, según las mismas personas informadas, "podría estar en un vertedero, bajo tierra, oculto en una piscina o en un pozo profundo que seguramente habría sido cegado con posterioridad para borrar su rastro".
De momento, la juez ya se ha puesto al tanto de todos los pozos y piscinas que existen en los clubes de alterne de Lugo y alrededores. También se ha limpiado la maleza que en los últimos meses medró en la finca trasera del Queen's, donde existen instalaciones de ese tipo, alguna tapada con una lona. En este club de alterne, cuyo responsable era José Manuel García Adán, uno de los encarcelados que acumulan más imputaciones (desde la inducción a la prostitución hasta el blanqueo de capitales, pasando por la tenencia ilícita de armas o delitos contra los derechos de los trabajadores), se estaban llevando a cabo reformas por aquellas fechas de las primeras detenciones. En el lugar, quedaron a la vista gran cantidad de material de obra y una hormigonera.
Según algunas fuentes, Pilar de Lara solamente está aguardando a que esté en disposición de desplazarse a la ciudad un equipo de expertos entrenados para rastrear espacios tan complicados como un pozo. Los investigadores del caso Carioca siguen desde los días posteriores a la gran redada la pista de una prostituta desaparecida de la faz de la tierra. Entonces, la ciudad amaneció decorada con unas cuantas pintadas dirigidas a Armando (Armando Lorenzo, cabo de la Policía Judicial que también sigue entre rejas) en las que se le preguntaba por el paradero de una chica llamada Ana. Esta pista ha terminado llevando a la Guardia Civil a viajar siguiendo su rastro hasta Brasil, donde vive el que era novio de la desaparecida y ahora es testigo protegido.
Dos investigadoras para cuatro incendios
El club Eros, antes Scorpio, un burdel veterano en la ciudad siempre regentado por aficionados a las más ardientes divinidades grecolatinas y los símbolos del amor (como se puede ver en algún lema que todavía sobrevive en sus paredes), sufrió cuatro incendios sucesivos este verano, todos ellos provocados por la mano del hombre a plena luz del día. A pesar de la más que previsible relación existente entre ellos, el primero, el segundo y el cuarto están siendo investigados por la juez Pilar de Lara, mientras que el tercero le corresponde a la titular de la sala número 3 de Lugo, Estela San José. Coincidió que los días en que se produjeron los hechos estaban de guardia en los Juzgados o la una o la otra, y ambas tienen entre manos los más sonados casos de corrupción que han golpeado últimamente la sociedad lucense.
Entre julio y agosto, alguien encargó a diferentes personas (según algunas fuentes, se sospecha que no siempre se trató del mismo autor) prender fuego al club de la zona de Garabolos en diversas plantas y habitaciones. La policía, explican otras fuentes relacionadas con la operación, investiga los hechos con dos hipótesis: o bien se trata de una venganza, o bien se pretende cobrar una indemnización por el material de valor que equipaba aquel local. La venganza podría ser entre socios o contra los propietarios del inmueble, porque recientemente, según las mismas voces próximas al caso, se les notificó a los empresarios del club una orden de desahucio.
Respecto al supuesto intento de beneficiarse económicamente de los daños causados sólo podría surtir efecto en caso de existir un seguro, porque el Estado no es responsable de estos atentados, ni de la vigilancia, por el hecho de que pese una orden judicial de precinto sobre el local. Otros clubes de entre los implicados en esta operación optaron por pagar durante estos meses medios de seguridad privada después de sufrir también ataques.
Lo que ya ha quedado descartado es que, con los fuegos, se pretendiese destruir pruebas materiales, ya que los agentes están convencidos de que precisamente en el Eros no quedaba ninguna.
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