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Entrevista:JOSÉ LUIS BALTAR PUMAR | Presidente del PP y de la Diputación de Ourense

"No hace falta decirle a los alcaldes que apoyen a mi hijo como sucesor"

Admite que el propio Feijóo le pidió seguir un tiempo para no abrir un conflicto en Ourense, pero ha decidido abandonar la presidencia del PP provincial tras dos décadas porque su cara está "muy vista" y después de escuchar a su familia, sobre todo a su esposa, Alicia Blanco. José Luis Baltar Pumar (Esgos, 1940), que en enero cumple 20 años como presidente de la Diputación, analiza en la primera entrevista tras anunciar la retirada, el proceso de su propia sucesión. Se siente "decepcionado en lo personal" con el alcalde de Verín, Juan Miguel Jiménez Morán, que se enfrenta a su hijo, José Manuel Baltar por liderar el partido. El sempiterno barón entiende que la dirección del PP le pida neutralidad "como presidente, no como padre", pero avisa que se ahorrará el trámite de recomendar a los alcaldes a quien apoyar porque ya saben quien es su hijo. Al repasar su trayectoria, Baltar reconoce el error que supuso amenazar a Fraga con romper el grupo parlamentario en 2003, y explica que lo hizo por "lealtad a Xosé Cuiña", el mismo que le habían presentado el propio Fraga y su antecesor en la Diputación de Ourense, Victorino Núñez.

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Pregunta. ¿Por qué deja la presidencia del PP de Ourense?

Respuesta. Por dos razones: mi familia, sobre todo mi mujer que lleva tiempo suspirando para que deje la política y me dedique a la familia, cosa que no hice durante estos 41 años largos que llevo en política. Además quería romper un tópico: había gente que me veía agarrado al sillón, y, en el momento más dulce de mi carrera, al día siguiente de que todos los alcaldes del PP me piden por unanimidad que continúe, pues tomo la decisión de irme. Además creo que mi edad lo requiere, han de llegar caras nuevas al frente del partido y las instituciones. No quería marcharme a casa cuando ya vaya con bastón y no logre subir las escaleras, quiero estar en condiciones para disfrutar de una jubilación merecida.

P. ¿No quiere ser Fraga?

R. No dije eso, cada uno toma las decisiones que cree adecuadas. Hay gente que a mi edad quiere estar en el ojo del huracán de la política, yo no lo veo así pero todas las opiniones son respetables.P. ¿No es un desaire a los alcaldes que le piden que siga?

R. No, me dijeron que preferían que me quedase pero que entendían mis razones si me iba.

P. También le pidió Feijóo continuar y no le hizo caso.

R. Por supuesto. Dije al presidente que lo meditaría, que me halagaba su propuesta y al final por las razones que cito, le dije que me quedaba más tranquilo conmigo mismo si lo dejaba.

P. Feijóo aduce que pactaron neutralidad. Le resultará difícil.

R. Esa neutralidad la asumo como presidente del PP y será impecable, hay una comisión organizadora y no me inmiscuyo. Como padre, todo el mundo entenderá que apoyo a mi hijo. No soy distinto a otro ser humano. A quien predica otra filosofía, me gustaría ver cómo actuaría en mi caso.

P. ¿Pide el voto para su hijo?

R. No hace falta. No tengo necesidad. Los alcaldes no me preguntan a quien hay que apoyar. Si fueran otro, pero es mi hijo.

P. ¿Y la dirección regional mantiene la neutralidad?

R. Hasta ahora no tengo indicios para cuestionarlo. A lo largo de la campaña lo veré y si no hay neutralidad lo diré públicamente.

P. Jiménez Morán promete abrir las ventanas en Ourense.

R. Él estaba en mi equipo, siempre acepté sus consejos y si no se abrieron las ventanas sería porque tendría frío, si no se hubieran abierto más. Quien trabaja conmigo, sabe que tarda más en hacerse una propuesta, que yo en aceptarla. Los problemas que hubo en el PP de Ourense eran de quienes no querían hablarme.

P. ¿No es una candidatura más renovadora que la de su hijo?

R. Por edad, no, por tiempo en las instituciones, tampoco. Jiménez Morán estuvo en mi equipo desde que soy presidente del partido, fue propuesto para todos los cargos que deseó y en Verín siempre se hizo lo que él dijo.

P. Él lamenta su falta de medios: no tiene sede ni personal.

R. Tiene la sede provincial que es neutral y cualquiera puede utilizar. Yo ya no voy por allí.

P. Jiménez esgrime en su campaña su cercanía a Feijóo.

R. Creo que nadie debería explotar esa baza, flaco favor le hace a Feijóo porque da a entender que quiere implicar al presidente, que prometió neutralidad. No entiendo por qué Jiménez Morán pretende ser su candidato. Nosotros también somos cercanos a Feijóo, primero yo pero también mi hijo que es vicepresidente del Parlamento. Feijóo no merece que se le meta en campaña.

P. ¿Se corre el riesgo de que acabe siendo una lucha entre Feijóo y Baltar?

R. Exactamente, y calculo que ése no es el espíritu de la campaña ni de Feijóo, al que se le puede estar metiendo en un problema. Él tiene otras responsabilidades y ha garantizado neutralidad.

P. ¿Pretenden una dinastía?

R. La prueba de que no hay dinastía son las dos listas. La habría si yo pudiera decir quién es el presidente, pero los militantes son libres, el voto es secreto, y José Luis Baltar tiene un solo voto.

P. Deja traslucir cierta decepción con el alcalde de Verín.

R. Como presidente del PP, no tengo nada que reprocharle porque ejerció su derecho. A nivel personal ya no pienso igual.

P. ¿Puede haber pacto?

R. No voy a mediar ni a favor ni en contra. Son personas inteligentes y deben tomar decisiones.

P. Sus enemigos internos critican los contratos en la Diputación a familias del PP.

R. ¿Y esos mismos enemigos no tendrán familiares por aquí? Parece que las cosas un día valen y después no. Con eso no se ganan las elecciones, porque yo no vendo los favores, ni se los echo en cara a nadie, entre otras cosas porque no hay favores, son plazas conquistadas por merecimiento. Pagan con su competencia.

P. Pero la diputación está muy cargada de personal.

R. Hace misiones que no asumen otras. Me preguntó por qué recibimos tres veces menos presupuesto teniendo las mismas obligaciones. Gestionamos servicios directamente con brigadas cuando los demás externalizan trabajos. El personal de vías y obras es el 60% de plantilla. Y lo mismo para la recogida de residuos. Y hay gente contratada en programas europeos. Al hablar del personal hay que analizar todo esto.

P. ¿Dejará la Diputación?

R. Cuando el partido quiera, pero cuanto más pronto, mejor. El presidente de la Diputación lo debe decidir el partido aquí y en Santiago, estarán de acuerdo. Haré lo que convenga al PP.

P. Su momento más duro en 20 años fue la amenaza de romper el partido hecha a Fraga.

R. Es un episodio olvidado, entonces nos cegó la lealtad a una persona

[el fallecido Xosé Cuiña] que fue propiciada por el mismo Fraga y por Victorino Núñez que fueron quienes me lo presentaron como el hombre de futuro. Me dejé guiar por eso, no fue mi decisión más acertada pero al final no pasó nada. Fue un amago que hizo daño al partido, lo admito, pero peor fue lo que le hicieron a Fernández Albor en el Parlamento, nosotros amenazamos pero no dimos. Hubo arreglo.

P. ¿En qué PP está más cómodo: con Feijóo o con Fraga?

R. ¿Piensa que son distintos? Un líder sin respaldo no cambiaría nada. Los éxitos del PP de Fraga respondían a su comunión con el partido. Cuando se pensaba que el PP se rompería, hubo un congreso y llevamos al partido a la Xunta. Es cierto que hay ilusión y empuje, eso lo da la juventud.

P. ¿Pierde el PP galleguismo?

R. No, eso es patrimonio del pueblo, por muchos que algunos dirigentes lo llegaran a intentar, no se perdería. Lo que hay que fomentar es el cariño por la lengua, no el odio. Si se propicia eso a los nietos e hijos, no hay político que lo eche abajo. Pero también digo que no se puede imponer como un castigo o forzarlo. Yo le tengo amor a la lengua como signo de nuestra identidad que es.

P. ¿El PP urbano también?

R. El amor a la lengua hay que demostrarlo en la práctica. Yo puedo hablar castellano, pero ¡Cómo un gallego no puede amar su idioma! Me siento español como cualquiera pero más culto porque yo tengo dos idiomas.

P. ¿Promovió o conoció la carta de los alcaldes en las que se quejaban del trato de Feijóo?

R. No. Cuando me enteré, estaba redactada, no la había leído y cuando un alcalde me dijo que no firmaría le di la razón.

P. Dos décadas gestionando la Diputación y muchos ayuntamientos pero Ourense no despega.

R. No tenemos medios para salir de esta situación. Debería ser la Xunta y el Gobierno central. Hay 20 provincias que necesitan una acción especial que ni PP ni PSOE hacen. Ourense precisa discriminación positiva y Feijóo empieza bien con el plan Impulsa Ourense que favorece a las empresas que se implanten aquí.

P. ¿Cuál es su fórmula para lograr esos resultados electorales?

R. Trabajo, trabajo, más trabajo y escuchar a la gente, que te vea por la calle, te aplauda y si te llama la atención, aguantar estoicamente porque el pueblo es soberano y cuando llegan las elecciones ajusta cuentas.

P. ¿En las municipales cuál es su candidato para Ourense?

R. Poly Nóvoa. No encuentro otro mejor. Si se me escucha en su momento, aunque ya no sea presidente provincial, apostaré por él y no daré mi brazo a torcer.

P. ¿Veinte años de mandato dan para arrepentirse de mucho?

R. No pude hacer por la provincia todo lo que quería en 1983.

P. ¿Qué es un cacique bueno?

R. ¡Qué político no es un cacique! Si se entiende como solucionar problemas, yo lo hago desinteresadamente y atiendo igual a las personas influyentes y a las que no lo son. Eso no es caciquismo y menos caciquismo malo.

P. ¿Cómo imagina su primer día fuera de la política?

R. No me levantaré a las seis, mi cuerpo no sufre estando en la cama hasta las nueve. Y luego me pondré a las órdenes de mi mujer, intentaremos viajar, ver a mis familiares, trabajar con la desbrozadota en la finca...

P. Con la desbrozadora, no con la rebarbadora, la de sus adversarios, a la que tanto temía...

R. (Risas). No, con esa no, a esa le sigo teniendo mucho miedo, te puede llevar por delante en cualquier momento.

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