El clásico que vuelve a rodar
La Fundación Jorge Jove recupera el primer coche documentado que se fabricó en Galicia: un De Dion-Bouton
Un descampado en medio de la provincia de Toledo se convirtió la pasada primavera en el centro de todas las miradas del equipo que integra el futuro Museo de la Automoción e Historia que se levantará en Bens, en A Coruña. Hasta allí se acercó el máximo responsable del proyecto, Ángel Jove González, un apasionado de la automoción y al frente de la Fundación Jorge Jove, que lleva el nombre de su hermano fallecido, para dar con algo que llevaba doce años buscando "por toda España". Un amasijo de hierros, óxido y una matrícula. Nada más. Semiabandonado, con un árbol de unos veinte años incrustado en su interior, aquello que formaba ya parte del paisaje en medio de la nada tenía mucho valor para Jove. Tanto, que no dudó en comenzar a negociar con el propietario de los terrenos para adquirir la pieza ansiada. Era nada menos que el primer De Dion-Bouton fabricado en la planta de Barro-Chavín, en Viveiro, del que hay constancia documental. Su matriculación data de 1924.
Fue producido en 1924 en una planta de automóviles que había en Viveiro
Sus restos fueron hallados en un descampado de la provincia de Toledo
Ángel Jove había dado con la que será, una vez restaurada, una de las joyas del futuro Museo de la Automoción e Historia de A Coruña, un ambicioso proyecto al que se destinarán los 329 vehículos de época, y que se levantará sobre 107.900 metros cuadrados, de los que 20.000 metros se destinarán al propio edificio. Todos los coches están en perfecto estado de conservación y listos para ser utilizados. Los diez caballos de potencia del De Dion-Bouton de Toledo ocuparán en el centro un lugar privilegiado.
Una labor previa de investigación sirvió para certificar que se trataba, en palabras de Jove, "del único ejemplar de los fabricados en Chavín que se conserva y eso que nos han intentado vender muchos coches por los de Barro-Chavín". Todos esos datos también permitieron conocer al detalle la intrahistoria del vehículo. "Desde Francia, por Irún, llegó el motor y el chasis, y fue carrozado aquí", relata Jove. "Se vendió a Madrid en 1924, y de ahí pasó por varios propietarios, entre Salamanca y Extremadura, hasta que se le pierde la pista a lo largo de los años y reaparece en Toledo", explica.
Cuatro mecánicos y un aprendiz se afanan ahora por dar vida de nuevo al vehículo. Primero, se restaura, luego se recuperan las piezas y se procede a revisar los componentes originales y los que faltan. Volver al origen pasa primero por la recuperación de la estructura de madera primigenia, para luego proceder al recubrimiento de la chapa. En primavera fue descubierto el De Dion-Bouton y en seis meses, según las previsiones que manejan los técnicos, estará listo para rodar por la carretera. "Nuestros mecánicos no son artesanos, son artistas, con edades que superan los sesenta años y que han desarrollado su trayectoria profesional en talleres de reparación con los métodos de antes". "Si no, sería imposible", explican desde la fundación.
La persona de que tuvo la idea de montar una industria automovilística en el corazón de Viveiro en los primeros años del siglo pasado fue José Barro González (1873-1943), que en 1905 consigue la importación del primer vehículo de explosión "y recorre toda Galicia causando admiración y espanto a la vez entre caballos y cocheros". Sobre un viejo telar montó la fábrica y levantó sus propias centrales hidroeléctricas para abastecer de energía la planta. En 1926, dos años después de que saliera el vehículo recuperado en Toledo de la planta de Viveiro, el taller mecánico de Barro-Chavín ocupaba a 80 trabajadores y 26 aprendices, según relata Carlos Nuevo en el libro Empresarios de Galicia, de la Fundación Caixa Galicia. De Dion-Bouton, la matriz francesa, convirtió la fábrica de Lugo en su franquicia para España y a José Barro en su aliado para este mercado. A esta marca sumó las de Delahaye (también gala) y Brockway (EE UU), para hacer de Barro-Chavín una lanzadera de la automoción en España y pionera en Galicia.
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