Una autopsia desvela que el hospital de Ourense usó anestesia contaminada
El fármaco mató a un paciente que acudió al centro a realizarse una endoscopia
El pasado 23 de septiembre, Manuel Castro Otero falleció en el Complejo Hospitalario de Ourense después de someterse a una colonoscopia. La autopsia realizada por el hospital ha desvelado que el anestesiante que le fue inyectado estaba en mal estado, lo que le provocó "un fracaso funcional multiorgánico" que acabó con su vida en cuestión de minutos.
El fallecido, concejal de Castrelo de Miño (Ourense), sufrió al momento "convulsiones tan fuertes que se movía la camilla", según relataron al día siguiente sus familiares. Otras dos personas a las que aquella misma mañana se les había practicado endoscopias en la misma sala, con las que se utilizó idéntica sustancia anestesiante, el Propofol, presentaron síntomas similares y fueron ingresados en la unidad de cuidados intensivos.
El abogado de la familia denuncia el "desprecio absoluto" de la dirección
La autopsia contradice la primera versión oficial sobre el caso
El informe de la autopsia, solicitado por los familiares a través del juzgado, es contundente respecto a que la causa de la muerte fue el Propofol, aunque expresa dudas en torno al origen de su contaminación. Así, se valora la posibilidad de que el medicamento estuviera en mal estado ya en origen, pero apuesta por un posible error en la conservación o manipulación de la anestesia.
La familia de Manuel Castro ha interpuesto una denuncia penal contra la dirección del complejo hospitalario, que "increíblemente no ha intentado en ningún momento un acercamiento a la viuda", lamenta el abogado de los familiares, José Arcos.
La autopsia contradice las primeras impresiones del Sergas, que, cuatro días después del suceso, apuntaba a una bacteria nosocomial, "propia de las salas hospitalarias dotadas de alta tecnología", como posible causa del fallecimiento.
Manuel Castro Otero, el concejal de Castrelo de Miño (Ourense) de 46 años que falleció en el complejo hospitalario ourensano (Chou) el pasado 23 de septiembre tras recibir anestesia para someterse a una colonoscopia, fue contaminado. El Propofol, la sustancia anestesiante que le fue inyectada, estaba en mal estado y le provocó "un fracaso funcional multiorgánico" que acabó con su vida de forma virulenta en cuestión de minutos. Así consta en la autopsia clínica realizada por el propio complejo hospitalario, cuya gerencia aún no se ha puesto en contacto con la familia del fallecido.
"Tenía unas convulsiones tan fuertes que se movía la camilla. Inmediatamente se puso amarillo y le suministraron un medicamento, pero cuando los enfermeros fueron a avisar al médico, se murió", explicaron al día siguiente sus familiares. Otras dos personas a las que esa misma mañana se les habían practicado endoscopias en la misma sala (utilizando el mismo vial del Propofol) presentaron síntomas similares y fueron ingresados en la UCI.
Los otros pacientes que habían sido inyectados con el mismo vial del sedante presentaron reacciones similares que fueron tratadas de inmediato y consiguieron sobrevivir, algunos de ellos tras permanece durante días en la Unidad de Cuidados Intensivos.
El informe de la autopsia realizado por el servicio de Medicina Preventiva del complejo hospitalario, y que los familiares han solicitado por el juzgado, desvela que la causa de la muerte se debió al Propofol contaminado. Y aunque expresa dudas en torno al origen de esa contaminación (valora la posibilidad de que el medicamento estuviera en origen en mal estado) apuesta por un posible error en la conservación o manipulación del mismo, según detalla el abogado de la familia del fallecido, José Arcos.
El letrado declaró ayer en nombre de esta que ha interpuesto una denuncia penal contra la dirección del complejo hospitalario que "increíblemente no ha intentando en ningún momento un acercamiento a la viuda, que está destrozada, para aminorar su dolor". "La actitud es de desprecio absoluto", protestó Arcos.
Ni la dirección del Chou ni la del Sergas se han acercado a los familiares. "Ninguno ha emitido un solo comunicado sobre la muerte del paciente", lamentó ayer el portavoz, quien calificó la actitud de los dirigentes del servicio público sanitario de "falta de respeto" hacia los familiares del fallecido "cuando debían de estar a su disposición". Arcos destacó que sí se había interesado, a título personal, alguno de los médicos del servicio en el que falleció Castro.
El alejamiento del Sergas hacia los familiares ha provocado, según el letrado, que estos hayan acudido a la vía penal para depurar responsabilidades por lo ocurrido y para obligar a la sanidad pública ourensana a "asumir su responsabilidad".
La familia aún no ha fijado qué indemnización pedirá, y el abogado expresaba ayer su sorpresa por no haber recibido ninguna propuesta del Chou "pese a que cuenta con un servicio jurídico".
La viuda de Castro "no solo quiere que los representantes sanitarios asuman responsabilidades por la muerte de su marido, sino también que se eviten errores de este tipo en lo sucesivo", precisó ayer su representante instando a los responsables sanitarios ourensanos a que intenten resarcir económicamente a la familia ,"como está en su derecho", sin necesidad de que esta tenga que litigar. El resultado de la autopsia clínica contradice las primeras impresiones de la dirección provincial del Sergas que, cuatro días después de la muerte de Manuel Castro, difundió un primer comunicado explicando que no se había podido determinar la relación causa-efecto de las reacciones de los pacientes y que creía posible que las afecciones hubieran sido provocadas por una bacteria nosocomial "propia de las salas hospitalarias dotadas de alta tecnología".
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