Innovar en verde y en femenino
El Ministerio de Medio Ambiente premia cuatro proyectos de mujeres en el rural
Potenciar el producto ecológico y darle valor añadido. Son proyectos de mujer, innovadores pero anclados al mundo rural, que saben cómo sacar provecho de un sector, el primario, que pierde trabajadores al mismo ritmo que las ciudades ganan habitantes. Marta Álvarez, urbanita de Vigo, sabe lo bien que se vive en el campo. En su caso, en la comarca de Ulloa, en Monterroso. Se subió al carro de las explotaciones lácteas en el año 2000, a las puertas de una crisis de precios en la que tirar la leche por una alcantarilla tenía casi el mismo valor que venderla. De sus 57 vacas de Granxa Maruxa, 29 están en etapa productiva y, aunque Marta se empeña en que las condiciones de vida de las reses sean las mejores dentro de sus cuadras pintadas, decoradas con fotografías y con música, su leche no es rentable. Con su nata, sin embargo, puso en marcha hace año y medio una producción artesana de galletas. Su proyecto, como otros tres de mujeres del rural emprendedoras, acaba de recibir la distinción de los premios de Excelencia a la Innovación que otorga el Ministerio de Medio Ambiente y Medio Rural y Marino.
Hifas da Terra vende complementos alimenticios de setas en Nueva Zelanda
En Granxa Maruxa se cocinan cada día 30 kilos de galletas artesanales de nata
En el último año de sus estudios de Biología en la Universidad de Santiago, Catalina Fernández diseñó un proyecto empresarial bajo las premisas de que fuera "innovador y distinto" a lo que se ofrecía en el mercado relativo al cultivo de setas. Y 13 años después de llevar la empresa del papel a la realidad, el departamento de innovación sigue maquinando. Desde el primer estudio de mercado, la empresa Hifas da Terra, arraigada en Bora (Pontevedra), ha evolucionado. Comenzó a trabajar sobre la plantación y cultivo de setas, enseñando la mejor manera para producir estos hongos, y tantos años después, el artículo que mejor venden son unos preparados en cápsulas de complementos alimenticios procedentes de las setas. Las empresas que comercializan productos similares "están contadas" en todo el mundo, así que sus líneas para adultos y niños viajan desde Pontevedra hasta Nueva Zelanda y se venden en herboristerías y farmacias. "No es un medicamento, sino un complemento", puntualiza Fernández.
Hay setas específicas para cada "defecto" en la dieta, explica. Con ellas se potencia el sistema inmunológico, se nivela el colesterol en sangre, o se actúa sobre determinada patología. Sus propiedades se aprovechan también para crear el primer serum micológico, una crema de regeneración celular "de producción ecológica, sin perfumes y sin todo lo que hace daño de la cosmética". Aunque la idea de Hifas da Terra es original en el mercado, no lo es tanto en la medicina tradicional china, de donde procede su uso. "Hay muchos ensayos clínicos y estudios. Colaboramos con una tesis de la universidad de Padua, en Italia, y trabajamos también con la Universidad de Barcelona", explica Fernández. Son también la primera empresa europea que vende plantas microrrizadas con boletus, en las que el hongo está en la raíz del árbol. Con sus kits de autocultivo -sacos de paja y semillas-, las setas crecen durante tres meses con solo un poco de agua.
Con los pedidos de Maruxas de nata no dan abasto. Marta y su socia Mercedes Guerreiro cocinan 30 kilos de galletas artesanales al día, que a duras penas cubren los pedidos de los más de 100 puntos de venta que tienen por toda España. Todo está hecho a mano "y con mucho cariño", hasta el trigo se muele en molino de piedra. "En el campo se vive muy bien, mucha gente está volviendo con una cierta cultura de que hay que diversificar", explica. Eso sí, con "ética empresarial" y tranquilidad, hasta la orientación de las máquinas sigue las normas del Feng Shui "para que fluyan las energías". Sus galletas no se venden "en grandes superficies ni distribuidoras que siempre ponen la leche barata como reclamo". Sin perder el arraigo, la empresa va creciendo.
El negocio de Raquel, Diana y Gelu, las hermanas Carrera Sousa de Goián, en Tomiño, aumentó tres pisos. De una pequeña tienda se trasladaron a una nave, desde la que organizan menús, comidas para eventos y para llevar. El negocio fue tan exitoso que en el último año abrieron dos franquicias con su nombre, Tu menú, en A Guarda y Baiona. Los productos, de las cercanías, y la cocina, casera. Trabajan además con empresas de la zona, como las pastelerías, y en navidades y en verano no dan abasto. En Ponteceso, a las mariscadoras del estuario del río Anllóns les llega el premio del ministerio por su esfuerzo por la diversificación. Jornadas con el sector hostelero para dar a conocer la calidad de su berberecho, mejorar la presentación o actividades divulgativas entre los escolares constituyen algunas de sus actividades. Son cuatro iniciativas premiadas y mecidas por la mano femenina en el rural.
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