Ferrín vuelve a la cárcel
El presidente de la Academia reivindica el gallego ante los presos de Pereiro de Aguiar
Pereiro de Aguiar
Cuatro décadas después de haber sido apresado por la policía franquista, que encontró en su casa un libro inédito dedicado al maquis -hecho por el que pagó con dos años de cárcel -Xosé Luis Méndez Ferrín (Ourense, 1938) volvió a la prisión. El presidente de la Real Academia Galega atravesó con paso firme las puertas del centro penitenciario ourensano de Pereiro de Aguiar y, una vez dentro, se reiteró marxista, nacionalista, y situó la frontera más remota de Europa en el Xurés ourensano.
Ante sí, tenía a un nutrido público de presos que aplaudió su intervención y que le preguntó sobre su vida, su escritura, su estancia en la cárcel y sus ideas políticas. Los reclusos incluso quisieron saber qué le parecía la figura de José Antonio Labordeta. "Sigo pensando que el marxismo es lo único que hay en el horizonte de liberación del ser humano; que ésta no puede venir por la explotación del hombre por el hombre", explicó el escritor. Tras advertir a los internos que "todos estamos presos", les habló de una de sus obras emblemáticas -"que no os recomiendo nada", precisó- Bretaña Esmeraldina (1987, Premio de la Crítica), que transcurre en prisión y cuyo protagonista, preso político, siente igualmente los muros de la cárcel psicológica y de la literaria.
El escritor se refirió al autoodio como "síndrome de Michael Jackson"
"O se defiende el gallego, o se está con Rosa Díez. No se puede ser neutral"
En el salón de actos del centro penitenciario, el presidente de los académicos gallegos habló además sobre la situación actual del gallego. "Es paradójica", afirmó, "mientras la literatura goza de buena salud y el gallego se habla en el Parlamento, en la Universidad y en otras instituciones, el idioma se pierde en la calle por autoodio". Ferrín definió como el "síndrome Michael Jackson" el problema de autoestima "de los gallegos que quieren ser blancos". "Hay gallegos que se operan el alma para no tener acento", protestó el presidente de la Academia. Y clamó: "El centro del alma es el idioma, sin lengua no somos nada". "No se puede ser neutral con el idioma gallego. O se defiende, o se está con Galicia Bilingüe y Rosa Díez", sentenció el autor de Con pólvora e magnolias.
Con un mapa de colores de la Península Ibérica a sus espaldas, el ex profesor fue desgranando didácticamente ante el atento público carcelario el origen de Galicia, Gallaecia, "la tierra de promisión de los suevos; el primer reino de Europa tras su fusión con los galaico-romanos". Y, con ello, abundó en la singularidad y las "profundas raíces" de un pueblo que "es diferente" en casi todo a los demás de España. Diferente "en la distribución de sus pueblos, en su minifundismo, en sus agresiones contra el paisaje, en su pesca, en su pintura y en su literatura...". Unas diferencias que precisamente confieren a Galicia la "característica de nación".
Cuarenta años después de pasar por la cárcel franquista, el presidente de la Academia convirtió su breve estancia en la prisión ourensana en un púlpito desde el que predicar amor a Galicia y a su idioma. "Incluso las lenguas sin utilidad práctica son igualmente importantes, como lo son también la música, la pintura o la literatura", reivindicó. "No hay ninguna tribu que no tenga literatura, aunque sea oral. Es necesaria, porque es necesario soñar frente a la realidad que, a veces, es horrorosa". Rosalía, Pondal, Otero... Ferrín fue nombrando a los grandes de las letras de Galicia para reafirmar su convicción de la "buena salud" de la literatura.
Los presos no sólo tuvieron interés en conocer su opinión sobre su obra y sus ideas políticas. Le preguntaron también sobre el lusismo. Tras explicar el sometimiento de Galicia a Castilla, en el siglo XV, detalló cómo se generaron las diferencias fonéticas entre gallego y portugués y cómo éstas alcanzaron una "fracción profunda hoy en día". "No se debe forzar la historia para dar marcha atrás", opinó.
"El gallego es nuestro idioma. Se puede decir todo con él", precisó el conferenciante apenas se sentó para iniciar su exposición. Después relató, con todo detalle, el viaje de los suevos desde el Danubio hasta la tierra prometida de Gallaecia. Un relato bíblico lleno de guerras y conquistas que culmina con la arribada en Galicia y el gran descubrimiento: "Esta es la tierra de promisión, pensaron los suevos y se asentaron aquí".
El director del centro penitenciario ourensano pidió al escritor que recomendara una de sus obras para que lean los internos apuntados al taller literario que organizarán alrededor del universo ferriniano. Arnoia, Arnoia, eligió sin dudar el autor de entre su producción. "Trata de un joven que busca la libertad, algo que todos buscamos", explicó.
Finalizada la conferencia, con la versión de Negra Sombra de Luz Casal en el aire del salón de actos, algunos de los presos acudieron a saludar de cerca al escritor ourensano que, esta vez, apenas permaneció dos horas en la cárcel.
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