Feijóo ya tiene su equipo

La fotografía que ilustra estas líneas reúne al "equipo de Alberto". En eso coinciden la dirección del PP y algunos de los diputados que no han digerido bien quedarse fuera de las listas. Partidarios y detractores están de acuerdo en que, con su personalísima elección de candidaturas, es Feijóo -y por supuesto su mentor, Mariano Rajoy- el que se la juega, más que el PP, en los comicios de marzo. "Alberto ha hecho su apuesta y ha elegido el equipo que quería. Cabe pensar que con un diputado menos que Fraga alguien le puede pedir que se vaya a casa", avisa un ex conselleiro que se queda sin escaño.

"La ventaja de Feijóo", sostiene otro de los que compartió con él Consello de la Xunta, "es que no hay alternativa organizada en el partido, pero, dependiendo del resultado, podría haberla". De momento, sus rivales en el congreso de la sucesión continúan desactivados. Tras la muerte de Xosé Cuiña, Enrique López Veiga se ha ido desvinculando del partido y parece encaminado a dejar la política y Xosé Manuel Barreiro está centrado en Lugo, donde la oposición de Cacharro le garantiza un sobresalto semanal.

"Menos escaños que Fraga y puede surgir la oposición interna", dice un ex conselleiro

No se puede decir que Feijóo hubiera ocultado su plan para rodearse de nuevos escuderos, "después de una legislatura en la que le ha tocado entrenar a jugadores que él no fichó", según palabras de un colaborador cercano. A la vuelta del verano, el líder del PP avisó: la renovación es imparable y la antigüedad en el partido no será determinante en la selección de candidatos. Siguiendo esa filosofía, situó como cabeza de cartel en Ourense a Luis Carrera Pásaro y logró algo insólito en la provincia: poner de acuerdo a Baltar y sus rivales del sector urbanita en que no es el hombre adecuado. El barón orensano ya se ha ido desmarcando de la designación de Carrera en algunas declaraciones públicas, también en privado, y no faltan quienes creen que Baltar cargará sobre él la pérdida del octavo escaño, si se confirman las encuestas.

En otra provincia clave, A Coruña, Feijóo colocó primero a Carlos Negreira, compañero de pupitre en la Facultad de Derecho y a quien nadie discute internamente, pero fichó para el segundo puesto al controvertido economista Pedro Arias, al que muchos llaman ahora "Pizarro gallego". "A ver cómo sale, es un hombre peculiar y puede traer algún problema", advertía una compañera de candidatura, tras posar junto a él para la foto de campaña. La primera inconveniencia tardó exactamente una semana en llegar. Preguntado sobre las propuestas de Miguel Sebastián para reflotar la economía con la compra de productos nacionales, Arias calificó dos veces el pasado miércoles los consejos del ministro como "una autarquía de subnormalidad mental". El PSOE reclamó su dimisión y el presidente regional despachó el asunto culpando a la prensa de malinterpretar sus palabras.

No es la única contestación interna que ha recibido el cartel electoral de Feijóo. Entre los ocho ex conselleiros que ocuparon escaño durante la legislatura va calando la idea de que el líder intenta desvincularse de un Gobierno en el que fue vicepresidente primero. "Y eso de acabar con los viejos y nuevos caciques no casa con tantas fotos junto a Baltar y Louzán", subraya otro de sus ex compañeros en la Xunta. "Es una equivocación prescindir de Orza y Palmou en este momento", lamenta este dirigente al que le ha costado decidir su voto. "Después de cuatro años en el grupo parlamentario no sé qué postura tiene el partido en temas importantes, no veo estrategia a largo plazo", critica.

La dirección del PP niega que intente borrar el pasado de Feijóo. "El Gobierno de Fraga tuvo muchos más aciertos y errores que no negamos". Pero no oculta su malestar con quienes "menos trabajaron" en el Parlamento. Y avisa: el nuevo equipo de Alberto ya no será un balneario.