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Elecciones municipales

Feijóo y Baltar se reparten el trabajo

El presidente se centra en las ciudades y evita la compañía del barón ourensano, que recorre pueblos y aldeas pidiendo el voto para él mismo

El PP gallego concibe las campañas electorales como una guerra de guerrillas hasta cubrir todo el territorio. Y la caravana electoral del presidente nunca parará en O Ceboliño. Sentados esos dos principios, el presidente de la Diputación de Ourense, José Luis Baltar, que lleva 20 años en la institución y aspira a seguir algunos más, aprovecha los huecos para hacer campaña por sí mismo. Mientras en Vigo, decenas de camareros preparaban 4.000 cubiertos para un nuevo baño de masas de Feijóo y la candidata Corina Porro, el barón ourensano se fue a la salida de misa al último barrio, donde muere la capital orensana, y colocó su mensaje a medio centenar de vecinos. Prometió que la Diputación empezará "este miércoles" unas cuantas obras prometidas a la parroquia. El resto deberán esperar a que el bipartito local les dé licencia.

Baltar: "La gente no puede arrastarse por una subvención y una ayuda"
En Vigo, Feijóo se dio un baño de masas en una comida con 4.000 seguidores

En el discurso de Baltar no hay argumentario de partido que valga. Va a su aire, carga contra las coaliciones pero admite que "la culpa es del PP, que cuando gobernó en Madrid con mayoría absoluta, no cambió la ley" para que gobierne la lista más votada. E incluso, como también hizo ayer, llega a justificar la delincuencia con el pretexto de la crisis siempre a mano.

"Las desgracias vienen seguidas, después nos quejamos de que haya tanta inseguridad ciudadana, pero un padre y una madre sin trabajo y que no tiene que dar de comer a los hijos, qué puede hacer, es lícito que haga lo que quiera porque no los puede dejar morir de hambre". Largo aplauso del vecindario que escuchó varias veces que el voto a Rosendo Fernández, su hombre en la ciudad, servirá también para que él se mantenga en su puesto. "Gracias a ustedes seguiré siendo presidente de la Diputación y no creo que eso vaya a cambiar", afirmó, antes de insistir en que la papeleta debe servir para "espabilar a Zapatero". Centrado en el alcalde, Francisco Rodríguez, y en su oferta de subvencionar almuerzos a los jubilados, Baltar espetó: "La gente quiere un empleo, no puede andar arrastrándose por una subvención y una ayuda". Tras la segunda ovación, recordó por última vez que el voto del 22-M también es para él y se marchó en compañía de su chófer a recorrer la provincia con su particular discurso: Amoeiro, Cudeiro, A Mezquita, Melón y Velle en un solo día.

Lo de Vigo, con Corina Porro y Alberto Núñez Feijóo, fue otra cosa, por más pulpo y empanada que la organización pusiera en el menú. En los actos del PP vigués abunda la chavalada, los jerséis atados al cuello y los polos de marca. Ayer, cada uno de los asistentes pagó 15 euros de entrada por la comida-mitin. La prensa local había publicado encuestas que dejan todo en el aire y Feijóo sacó su propia conclusión: "Qué suerte tienes, Corina, tal domingo como hoy a mí me faltaban cuatro diputados y a ti sólo medio concejal, lo vamos a conseguir". Para lograrlo, bajo los platos el PP colocó octavillas que animaban a cada comensal a hacer 20 llamadas telefónicas de apoyo a Corina. "Si todos lo hacemos conseguiremos el cambio, depende de ti", rezaba el panfleto.

El líder del PP explicó que el cambio consistirá en "devolver lanormalidad a los ayuntamientos". Presentó a Porro como la coordialidad y el diálogo frente a la "vanidad y el engaño del otro" (en alusión a Caballero, a quien todos dedicaron palos sin citarlo). Fiel al guión que el presidente sí sigue en campaña, enumeró las inversiones de su Gobierno en Vigo y pidió un último impulso para que "Corina sea la alcaldesa de todos". La protagonista subió al estrado muy emocionada y entonó el "no os fallaré" después de criticar que los 150 millones de presupuesto que manejó el bipartito vigués "solo sirvieron para crear 17.000 parados". Antes, las pantallas de plasma del recinto ferial de vigo habían proyectado una caricatura de ciudad en forma de vídeo con Caballero como culpable.

En los cinco días que faltan, Baltar, a quien la dirección no deja mitinear junto al presidente, seguirá pateando pueblos y aldeas y la caravana de Feijóo se centrará en las grandes plazas. Dicen los sondeos que seis ciudades están en el aire y también alguna Diputación, incluida la de Ourense. A su manera, ambos trabajan por un objetivo común.

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