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Elecciones 1-M | La campaña

Baltar llama "maricón" al conselleiro de Medio Ambiente

Quintana: "Es un hooligan entregado a la difamación"

Tras las insidias personales contra Anxo Quintana, el presidente del PP de Ourense, José Luis Baltar, cambió ayer el punto de mira. Y en mitin con el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, escogió como objetivo al conselleiro de Medio Ambiente y cabeza de lista del PSdeG por Ourense, Manuel Vázquez, a quien llamó "maricón, sinvergüenza y miserable".

Baltar también monopolizó el discurso de Quintana, anoche en Ourense. El candidato del BNG personificó en él la "política rastrera" del PP y le acusó de estar detrás "de las difamaciones personales más asquerosas" sufridas por el candidato nacionalista. "Fraga se vengó de nosotros dejándonos aquí a Baltar", lamentó Quintana, en un mitin ante más de 2.000 personas. En la tierra de Baltar, encargado de las mayoría de los ataques personales contra Quintana de las últimas semanas, el aspirante nacionalista fue directo a por él. Le acusó de "pintarse la cara para dar miedo".

"Anda como alma en pena por los pueblos como un hooligan, entregado a la mentira y a la difamación", afirmó Quintana, en medio de un encendido ambiente, a propósito de Baltar, a quien redujo a la categoría de "enviado de Feijóo". "Quiere destruir incluso a las personas, llegando a los peores extremos de la difamación personal", le acusó, para añadir un mensaje al candidato del PP: "Que sepa Feijóo que no puede esconderse detrás de su empecinado de aquí".

Mientras, en otro lugar de la provincia de Ourense, Alberto Ruiz Gallardón no se quedó a los callos. Ni siquiera cerró el mitin en Melón, a 30 kilómetros de la capital provincial. Puso 15 minutos de su brillante oratoria al servicio del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo. Dibujó un bipartito agotado y se propuso ayudar a socialistas y nacionalistas "para que no sigan sufriendo y vuelvan a la oposición de la que nunca debieron salir". El alcalde de Madrid elogió la "política al servicio de las personas" y a los partidos, el suyo, "con programas claros y que no insultan". Luego salió pitando a otro mitin en O Carballiño (Ourense).

Y entonces el barón orensano, José Luis Baltar se quedó a gusto. Literalmente, no dudó en reconocerlo. Lo había anticipado: el suyo no es un discurso de ideas como el de Gallardón, sino "la caña". "Hoy toca PSOE", avanzó. Venía de denunciar en el juzgado al secretario provincial del PSOE y conselleiro de Medio Ambiente, Manuel Vázquez, por insinuar que el candidato destituido en Ourense, Luis Carrera Pásaro, le había condonado al dirigente popular una deuda de 900.000 euros cuando estaba al frente de un banco.

Baltar se arrancó: "Está obsesionado conmigo y yo no soy candidato, no me presento, ni siquiera soy mujer porque entonces entendería que me tuviera ganas, si tiene obsesión por mí tengo que decir que es maricón". "Miserable y sinvergüenza" fueron los siguientes calificativos y el modo en que Baltar interpreta la campaña limpia que Feijóo defiende cuando los micrófonos están abiertos.

Cierto que el acto no estaba diseñado para la caravana de periodistas que sigue al PP. Que no había cámaras y que los flashes escaseaban. Tampoco andaba por allí Feijóo, así que los populares recuperaron el estilo que siempre les acompañó en los mítines rurales. No faltó el camión del ayuntamiento de Melón y los operarios municipales en el montaje de sillas y escenario. Ni la furgoneta de Coren con 100 kilos de garbanzos "encargados por el alcalde" para repartir entre el público. La tarde acabó en fiesta, con vítores a Baltar. Los seguidores de éste en Celanova también animaron ayer la campaña repartiendo pasquines que atribuyen al bipartito la intención de expropiar fincas y pisos.

Por la noche, el Palacio de Congresos de Vigo acogió el mitin central del PP con una ausencia clamorosa. En lugar del presidente nacional, Mariano Rajoy, el PP subió al estrado al alcalde de Madrid. Entonces volvió la cantinela sobre el lujo, la utilización de fondos públicos -siempre del bipartito- y la campaña sin insultos que defienden los populares en los actos televisados.

Ante 3.500 personas, Feijóo prometió poner el 2 de marzo el cartel de "se vende" al coche de Touriño, comprar un Citroën y volcar todos sus esfuerzos en las 30.000 familias que viven de la automoción.

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