La ley 'antirruido' de Ciutat Vella se estanca entre tabaco y enmiendas
La normativa atajaría el bullicio nocturno en el centro histórico de Valencia
El Ayuntamiento de Valencia trabaja desde hace meses en la ZAS del Carme, una normativa cuyo objetivo es acabar con el ruido en el casco antiguo de la ciudad. Debería haberse aprobado antes de elecciones, pero el servicio de Contaminación Acústica del Consistorio ha topado con dos asuntos que, a su entender, dificultan cualquier progreso.
La reforma de la ley del tabaco, que entró en vigor en enero de este año, ha llenado la calle de fumadores y terrazas alegales, clientes que antes permanecían en el interior de los locales y que ahora se reparten entre dentro y fuera. El servicio de Contaminación Acústica ha recibido tal cantidad de enmiendas al borrador de la normativa que aun no ha acabado de estudiarlas todas.
52 asociaciones han alegado a la ZAS que propuso el Ayuntamiento
Hay más a favor de cerrar las terrazas tarde que de hacerlo a medianoche
La ZAS, o zona acústicamente saturada, ya funciona en otros barrios o zonas de ocio de Valencia. La normativa se adapta al escenario de trabajo. Así, la ZAS del Carme se planteó de manera diferente a la que se aprobó para la plaza Xuquer, la zona Woody o el entorno de la calle Juan Llorens. En el caso de Ciutat Vella, las diferencias más importantes radican en los cortes nocturnos de tráfico y la recogida temprana de terrazas. Esto último causó cierta controversia entre diferentes colectivos del barrio. La asociación Amics del Carme defendía, por ejemplo, una recogida aun más temprana, a las doce de la noche; los hosteleros, por contra, quieren que todo siga como hasta ahora y guardar las mesas a la 1.30. Este y otros asuntos animaron a estas dos entidades y cincuenta más a presentar sus alegaciones a la propuesta de normativa que impulsó el Ayuntamiento.
"Algunas de las enmiendas que nos han propuesto son muy técnicas", justifica una fuente consistorial conocedora del asunto. "Hablamos de estudios acústicos que intentan demostrar una postura u otra, cosas así. Otras muchas defienden el horario actual de las terrazas. De hecho, hay más que lo defienden de las que lo critican.
De momento y hasta que se consensúe un texto definitivo, el Ayuntamiento maneja un paquete de medidas cautelares para atajar el ruido en el barrio. A grandes rasgos, se encarga de que los establecimientos de comida rápida cierren pronto, de impedir la venta callejera de latas de cerveza y de colocar vallas en los accesos principales al centro. Amics del Carme ya se ha quejado de que lo planteado por el Consistorio resulta insuficiente e ineficaz: los coches entran y el perímetro de la ZAS está mal trazado; las terrazas crecen sin control y se abren nuevos bares.
La misma fuente consistorial indica que "la zona es mucho más amplia que las anteriores", que "afecta a muchos colectivos" y que "encima implica a un centro histórico". Además de estas dificultades, el Consistorio justifica su retraso para aplicar la normativa en la reforma de la ley del tabaco. "Lo ha cambiado todo", explica. "Al principio, las cautelares funcionaban bien, pero los sonómetros empezaron a dar niveles superiores a los que se estaban dando. En febrero llovió mucho, así que no cuenta y en marzo fueron las fallas así que tampoco. Ahora que viene el verano, te puedes imaginar...".
El Consistorio envió una carta en febrero al Ministerio de Sanidad en que pedía responsabilidades por los problemas que ha causado la ley del tabaco en este sentido. "Preguntamos qué pensaban hacer", recuerda, "qué soluciones nos daban, pero no han respondido".
Además está la crisis económica, una maza para el sector hostelero que teme que el Ayuntamiento restrinja el acceso al ocio. El Consistorio es consciente de esto.
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