El fuego arrasa 2.500 hectáreas en cinco incendios provocados
Más de 1.200 vecinos fueron desalojados - Los siniestros obligaron a cortar tres carreteras y la línea ferroviaria entre Xàtiva y Alcoy.-Los más de 1.200 vecinos desalojados dejaron sus casas a merced del fuego
El fuego se cebó ayer con La Vall d'Albaida, El Comtat y La Safor. Al menos 2.497 hectáreas fueron arrasadas por las llamas. Cuatro incendios, presuntamente provocados, sembraron el pánico entre los vecinos de Ontinyent, Bocairent, Agullent, Alfafara, Benissoda y Albaida, obligando a desalojar a más de 1.200 vecinos, cortar tres carreteras y suspender el tráfico ferroviario en la línea de media distancia entre Xàtiva y Alcoy, dejando calcinadas más de 2.200 hectáreas. Un quinto incendio, en Simat de Valldigna, arrasó más de 167 hectáreas y amenazó durante horas a una residencia de ancianos.
Una treintena de medios aéreos, decenas de brigadas de los Consorcios Provinciales de Bomberos, efectivos de la Generalitat y del Gobierno de España, agentes de la Guardia Civil, Policía Local, Protección Civil, Cruz Roja y efectivos de la Unidad Militar de Emergencias (UME), lucharon contra los incendios provocados que desde última hora del lunes, con viento a favor de las llamas y sobre terreno de carrasca, pino y matorral, tuvieron en vilo a varias poblaciones. Al cierre de esta edición, los efectivos terrestres continuaban movilizados en los distintos puntos de fuego, incluyendo un incendio declarado a última hora en la zona de Rafelguaraf y Barxeta, cerca de Simat de Valldigna.
"Una lengua de fuego se nos vino encima en menos de una hora. Las llamas se apoderaron de todo. Dejamos la casa pensando que nada quedaría de ella". Así contaba ayer Andrés Albort la noche en vela que pasó en su casa, rodeada por el incendio. Miriam Martínez, que se está haciendo una casa nueva, acudió para ver cómo podía protegerla. "Sacamos mangueras, intentamos hacer frente al fuego. La Guardia Civil nos dijo que teníamos que irnos, aguantamos un poco más, tiramos toda el agua que pudimos, pero nos tuvimos que ir, sin saber qué harían las llamas de nuestra casa".No fueron bastantes casi 24 horas de lucha contra el fuego. Ayer cayó la noche con las llamas enganchadas en los parajes afectados por los incendios que se iniciaron a última hora del lunes. "Aquí no va a dormir nadie", aseguró un agente de policía de Bocairent. En esa localidad, precisamente, al igual que en Ontinyent, se centraban anoche los esfuerzos por frenar el avance del fuego. Varias viviendas del casco histórico de Bocairent tuvieron que ser desalojadas a media tarde. El incendio se caía encima de la población. Los afectados temían vivir otra noche de pánico. "Nos fuimos entre llamas. Cogimos el coche y todo era fuego. Por el camino, sólo se veían llamas, llamas, llamas", relató uno de los desalojados. Cerca de su casa, la familia Gandia salvó in extremis sus animales, pero no sus invernaderos, que quedaron "completamente devorados". Otro de los afectados explicó cómo recogió lo imprescindible y abandonó su chalé viendo cómo los dos hijos del matrimonio vecino se tiraron a la piscina para guarecerse del fuego y el inmenso calor. "No nos queríamos ir de aquí, pero era ingobernable, insoportable", añadía Vicent L. Mientras unos corrían en Agullent, otros en Bocairent veían cómo el cielo desaparecía por un manto de humo. Y a varios kilómetros empezaba a percibirse la magnitud de la catástrofe: tejados, balcones, calles y azoteas se cubrían de ceniza procedente de la zona que discurre entre la Serra L'Ombria y la Serra de Torrater, a sólo dos kilómetros del área protegida de la Sierra Mariola.
Los incendios provocados obligaron a movilizar a más de un millar de efectivos. 500 de ellos, del ejército, de la Unidad Militar de Emergencias (UME). La ministra de Defensa, Carme Chacón, que visitó la zona afectada, aseguró que eran tantos como los desplegados en los incendios de Galicia. "Hay bomberos por todas partes, brigadas por todas partes, cae agua de los aviones sin cesar, pero no pueden con el fuego, no lo frenan", se lamentó anoche un anciano de Bocairent afectado por los desalojos.
Aunque parecía que el fuego localizado en Simat de Valldigna, al que alimentaron las mismas condiciones de viento de poniente a más de 40 kilómetros hora, alta humedad y mucho calor, parecía que podía tener mejor respuesta, no fue así. 167 hectáreas de matorral ardieron en un fuego, supuestamente iniciado en un campo de naranjas por la quema de rastrojos (la Generalitat decretó la preemergencia que impide la quema de rastrojos a las 9.30 de la mañana, diez horas después de que empezara arder el sur de Valencia), en la montaña del Toro, entre las poblaciones de Simat y Barx. Los efectivos aéreos se retiraron sin que el incendio hubiera podido ser controlado. Uno de los riesgos mayores fue la amenaza a la residencia de mayores Bonestar. El día acabó con otro incendio vivo en la zona, entre Rafelguaraf y Barxeta, informa Begoña Boluda.
El grupo Compromís anuncio ayer que pedirá la comparecencia del consejero de Gobernación, Serafín Castellano, para que explique si los sistemas de prevención y extinción de incendios han funcionado. Por su parte, el secretario general de los socialistas valencianos, Jorge Alarte, se reunió ayer con los alcaldes socialistas de la zona afectada por el fuego en el parque de bomberos de Ontinyent.
Los efectivos aéreos quedaron anoche preparados para iniciar su intervención a primera hora de hoy. Tres carreteras, la CV-81, la CV-655 y la CV-675 permanecían anoche cerradas al tráfico. Igualmente, el tráfico ferroviario quedó suspendido entre Xàtiva y Alcoy, afectado al menos a 300 usuarios de los seis trenes que no pudieron circular. El humo impedía la visibilidad. Se espera que hoy funcione con normalidad.
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