La crisis ahuyenta al 70% de los promotores de la feria inmobiliaria

El mazazo de la crisis podrá verse en Valencia dentro de nueve días. El certamen inmobiliario Urbe Desarrollo abrirá las puertas con una caída del 70% de expositores, a pesar de que Feria Valencia ha ajustado al máximo los precios. Y abrirá, según fuentes del sector, por las presiones que la Generalitat ha ejercido sobre las grandes empresas valencianas. La corriente mayoritaria se inclinaba por suspender el certamen, y retomarlo una vez que el vendaval de la crisis haya amainado.

¿Por qué? Porque con tantas ausencias, la imagen del sector no saldrá bien parada. Porque, con rebajas o sin ellas, asistir a Urbe seguirá costando dinero en un momento muy complicado. Y porque existe la preocupación de que haya quien cometa "locuras", del tipo 2X1. "Espero que eso se evitará, porque si ocurre, la feria podría ser más perjudicial que beneficiosa", señalaba ayer un empresario.

El alquiler de los expositores se ofrece por la mitad que el año pasado

"La feria quiere que Urbe siga porque tiene que pagar su gran ampliación"

Un portavoz de Feria Valencia negó esa versión: "Desconocemos que alguien quiera desconvocar la feria. Pero si lo hubiera, nos costaría mucho entenderlo. Es como si alguien que no quisiera ir al fútbol e intentara, además, suspender el partido que va a jugarse el domingo en Mestalla". Feria Valencia admitió que hasta la fecha tienen comprometidos 70 expositores, frente a los 234 que figuran en la memoria del pasado año. Y no espera grandes cambios de aquí al 20 de noviembre, el día que la octava edición de la Feria Inmobiliaria del Mediterráneo, Urbe Desarrollo será inaugurada. El portavoz reconoció también que la superficie del certamen se reducirá más que los asistentes: de cuatro pabellones en 2007 se pasará a uno. "Será una feria más sencilla con expositores más sencillos. Y resultará un 50% más barato venir".

Fuentes del sector aseguran que las rebajas han sido aún mayores, y que el precio del espacio ha acabado por reflejar el interés político por mantener Urbe. "A Feria Valencia le interesa mucho no dejar de hacer certámenes, porque tienen que pagar la gran ampliación", afirma un promotor, que como todos los consultados pide no ser identificado. La insistencia del Consell ha convencido en primer lugar, añaden las fuentes, a aquellos promotores embarcados en proyectos que dependen del Consell.

Urbe tiene confirmados 70 locales. Algo más de una decena corresponden a Administraciones (Ayuntamientos de Valencia y Torrent, Consejería de Medio Ambiente, Agua y Urbanismo, Comunidad de Madrid, empresas públicas), a entidades financieras, compañías de seguros y otras instituciones (como el Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria). No es una novedad; la mayoría de ellos ya asistieron a ediciones anteriores. Pero al caer el número total de asistentes su peso ha aumentado, y su fidelidad contribuye a amortiguar la fuga de empresas puras del sector.

El coste de acudir a una feria no se reduce al alquiler del espacio. Hay que sumarle el material, las relaciones públicas y las promociones que se hacen para distinguirse del resto y cerrar ventas. Un empresario indica que, aparte de la necesidad de ahorrar, en la caída de asistentes influye que en un año muchas empresas (pequeñas, medianas y alguna grande) o han desaparecido o han quedado muy reducidas. El Barcelona Meeting Point, celebrado la semana pasada, registró una caída del 57% de expositores y del 46% de visitantes.

Urbe Desarrollo nació en el año 2001, en pleno apogeo del boom inmobiliario. Fue creciendo empujada por la prodigiosa etapa que vivía el sector. Era la época en que los pisos "se despachaban" (en palabras de un promotor), las entidades financieras concedían créditos con relativa alegría, y el certamen atraía a operadores europeos dedicados a vender segundas residencias a ciudadanos británicos y alemanes. La octava edición contará con un 26% de las empresas que tuvo en 2006, la edición año récord. Y sólo espera dos firmas extranjeras, una rusa y otra de Panamá.