Los cien novísimos del arte
Una exposición en el Centre del Carme cartografía el presente de la vanguardia valenciana con una selección de artistas jóvenes
No es el who is who de los artistas valencianos, pero casi. Sin pretender marcar los criterios de la denominación de origen del arte autonómico, el Centre del Carme de Valencia abrió ayer la exposición Cartografías de la creatividad. 100% valencianos, una muestra impulsada por el Consorcio de Museos de la Comunidad Valenciana con más de 300 obras que ha seleccionado entre 230 propuestas a un centenar de valores, los cien novísimos del arte, para ofrecer una panorámica de la creación de vanguardia. Y no solo de las artes plásticas. El escaparate propuesto incluye a fotógrafos, diseñadores gráficos y de mobiliario, francotiradores de graffiti, videoartistas, creadores de moda y hasta artistas falleros.
Cada artista cobra un precio simbólico de 400 euros
Gil: "No deja impasible; va a irritar, va a sorprender..."
Para dar paso a la antología, nada mejor que el arte etéreo de Anna Talens, que da la bienvenida en la sala Goerlich con su Muro ligero, un montaje de plumas casi transparente, y con su sugerente Collar de sirena. Desde allí se contempla el muro transversal construido para romper la escala de la sala Ferreres, en el que un inmenso mural pop de Ima Picó da la dimensión de lo que espera al visitante. Y a la vez, da el contrapunto a la "intervención mural" del grafitero Albert Corbí. Del techo cuelgan cientos de gotas de cristal, el regalo poético de Javier Velasco.
Y en cada una de las salas espera una sorpresa al visitante. Desde propuestas rompedoras como el acrílico Fluido 21 de Sergio Davó, o el naranjo de bronce de Rablaci, hasta instalaciones, como la sala de nubes de Beatriz Carbonell o el ataúd de Lorena Amorós, y provocaciones, como Pancreas, de Nuria Fuster.
Al otro lado del claustro renacentista las salas de exposiciones reúnen desde un espectacular traje de croché del diseñador Ramón Gurillo hasta una animación de Nelo Vinuesa. Gabardinas que informan de la cotización bursátil, unas prendas confeccionadas con piel de cerdo de Noé Bermejo o unos inmensos masclets de Paco Tormo, dan pinceladas de modernidad a obras más clásicas.
El secretario de Cultura de la consejería, Rafael Miró, explicó que la muestra ha costado 320.000 euros, insistió en que en tiempos de crisis es un coste mínimo si se comparan con los 4 millones de euros que costó alguna Bienal y comentó que cada autor ha cobrado por su obra 400 euros, "un precio simbólico porque si se paga lo que valen no habría presupuesto", añadió.
El comisario de la exposición, Rafael Gil, destacó ayer que cada obra "obliga a la reflexión" por lo que la muestra obliga al debate: "No es una exposición que deje impasible al espectador, estoy seguro de que es una exposición que va a irritar, va a sorprender, que va a gustar, a disgustar, pero en cualquier caso es una expresión de lo que se está haciendo hoy en la Comunidad Valenciana".
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