El caracol manzana amenaza
Los arrozales, próxima estación del dañino gasterópodo del delta del Ebro
Una nueva amenaza se cierne sobre los arrozales valencianos. El caracol manzana (pomacea canaliculata) se alimenta de toda clase de sustancias orgánicas. Los primeros brotes de las briznas de la planta del arroz son objeto de su voracidad. Así sucedió en Asia, como ahora temen que pueda ocurrir aquí.
Tiene pocos depredadores naturales. Las hormigas rojas, las ratas y los patos. La primera de ellas ataca los huevos, mientras que las dos restantes lo consumen directamente. Precisamente las ánades, dado su carácter migratorio, son las que contribuyen a su expansión. Los huevos se le pegan a la cabeza y son transportados hasta allá donde el pato decide hacer la siguiente parada.
El segundo de los medios de proliferación es de responsabilidad humana. Los huevos viajan pegados a las cosechadoras que, cada temporada, realizan la siega en diferentes parajes.
Cataluña ha catalogado su presencia en El Baix Ebre como plaga
Los agricultores valencianos fueron advertidos de esta amenaza de plaga hace unos días en Sueca. El sindicato agrario La Unió había convocado una jornada informativa, aprovechando la notable presencia del gasterópodo en el delta del Ebro. Aquí todavía se desconoce presencia alguna.
Existen géneros reconocidos de este tipo de caracol en África y Sudamérica, donde se le denomina churo. El nuevo habitante de los arrozales del delta catalán procede de este último continente.
Puede alcanzar hasta 15 centímetros de diámetro y un peso de 600 gramos. Los huevos son de un vistoso color rosa y empiezan a ser capaces de reproducirse apenas dos meses después de nacer. Realizan tres puestas al año, de poco más de mil ejemplares cada una de ellas. Su origen tropical lo hace resistente al calor y vive tanto bajo el agua como bajo tierra y al aire libre.
Es cada día más apreciado para su utilización en los acuarios, como limpiador de las pequeñas algas que crecen en paredes y fondos. Y precisamente este parece ser el origen del problema en El Baix Ebre. Los técnicos que estudian la manera de erradicarlo intuyen que su proliferación fue debida a una fuga desde una piscifactoría cercana, donde son utilizados para limpiar recipientes.
Antoni Rodríguez y Daniel Forcadell, miembros de La Unió de Pagesos de Catalunya, expusieron en Sueca la experiencia vivida desde la aparición masiva del gasterópodo. Las autoridades catalanas ya lo han catalogado como plaga en el delta del Ebro. Entre agosto de 2009 y marzo de 2010 se retiraron manualmente más de 37.000 ejemplares. La presente cosecha ya se ha visto afectada negativamente.
Recomendaron a los arroceros valencianos que actúen inmediatamente en el momento de ser detectado algún ejemplar. Desde La Unió, por su parte, piden de la Consejería de Agricultura que tome las medidas oportunas nada más se revele su presencia para evitar que tome dimensiones de plaga.
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