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Reportaje:

La bicicleta le echa un pulso al coche

Barcelona afianza su relación de amor con la bici, mientras que en Valencia la red está por conectar, y como en Madrid, no hay servicio público de alquiler

Es ecológico, cómodo, saludable y barato. El transporte en bicicleta gana terreno en la ciudad y ya es una alternativa seria al coche y al transporte público tradicional. La revolución ha llegado de la mano de los sistemas públicos de alquiler, como en Barcelona o Sevilla, donde se ha desatado una auténtica fiebre por la bicicleta. No así en ciudades como Madrid, donde el coche sigue ganando la partida. También es el caso de Valencia, sin servicio público de alquiler y una red deslavazada por conectar.

BARCELONA

Fiebre por la bicicleta.

Hace mucho tiempo que los barceloneses han abrazado la bicicleta con entusiasmo. Pero el punto álgido de esa relación ha tenido lugar este año, con la puesta en marcha del bicing, un sistema de transporte público en bicicleta que ya ha seducido a 97.000 ciudadanos. Una avalancha de ciclistas que pronto causó algunos efectos no deseados. Los ciclistas, sobre todo los menos experimentados, invadieron las aceras y los carriles destinados a taxis y autobuses y el Ayuntamiento se vio obligado a endurecer la normativa para poner orden. La nueva ordenanza entró en vigor en septiembre y ya han caído multas.

La normativa marca por primera vez la obligatoriedad de circular con timbre, luces reglamentarias y elementos reflectantes en las bicicletas. Y prohíbe estacionar junto a farolas, árboles o semáforos.

En sólo unos meses el bicing ha revolucionado una ciudad tradicionalmente volcada en este transporte. Por 24 euros anuales el usuario tiene la posibilidad de coger una bicicleta de las 150 estaciones repartidas por la ciudad, cifra que llegará a 200 antes de que finalice el año.

Barcelona soporta unos 70.000 desplazamientos en bicicleta diarios, según el Ayuntamiento. El Consistorio trabaja ahora a marchas forzadas para habilitar carriles-bici. Hoy estas vías suman 130 kilómetros en la ciudad y está previsto que la cifra aumente a 150 antes de que acabe el año.

VALENCIA

Una red por conectar.

Buen tiempo, temperaturas suaves la mayor parte del año y un casco urbano casi llano. Valencia reúne condiciones idóneas para el uso de la bicicleta como transporte urbano, pero la ciudad está lejos de agotar ese potencial. Y no es por falta de carriles bici, porque la red abarca 75,5 kilómetros y hay planes de ampliarla. "El problema es que son tramos inconexos, que se interrumpen de repente. No hay coherencia en la red", critica Fernando Mafé, miembro de Valencia en Bici, que reivindica el fomento de la bicicleta y que se mejore la caótica red. Falta hace. Además de pistas que desaparecen de repente, los usuarios lidian con algunos carriles mal conservados, una señalización escasa, coches que invaden su espacio y la falta de aparcamientos suficientes.

Valencia fue de las primeras ciudades españolas en estrenar una vía exclusiva para ciclistas, a principios de los ochenta, pero la red se estancó durante años y ha crecido finalmente a retazos, sin un plan específico. Así ha surgido un conjunto de carriles de materiales diversos, unos en aceras y otros junto a los vehículos, algunos más estrechos que otros. Los usuarios, además, se quejan de que una buena parte de los tramos desemboca en el antiguo cauce del Turia, lo que revela que están pensados básicamente para el ciclista de fin de semana o el deportista. A pesar de los inconvenientes, Valencia en Bici calcula que "20.000 personas van rodando por la ciudad diariamente".

El Ayuntamiento, gobernado por el PP, rechaza la mayoría de críticas. Presume de construir carriles "seguros, siempre separados del tráfico", y del imparable crecimiento de la red, aunque algún tramo de los más nuevos, como el de la avenida del Puerto, se incorporara tras varias protestas ciudadanas. Fuentes municipales alegan que "la extensa red está poco utilizada para las dimensiones que tiene". Tal vez porque faltan enlaces que den sentido a los recorridos. El Consistorio promete ahora dar prioridad a la conexión de la deslavazada trama. También instalará más aparcamientos -hay 2.500 en 400 puntos-. En la fase final de planificación están las primeras zonas de velocidad 30 en el centro, y en estudio un servicio público de alquiler de 700 bicicletas en 50 puntos. Aunque la alcaldesa, Rita Barberá, lo anunció en enero de 2006, sigue pendiente de adjudicación. En el cajón se ha guardado, de momento, una ordenanza de vehículos ligeros que, entre otras medidas, pretendía multar a los que amarraran sus bicicletas a los árboles en zonas con aparcamientos cercanos.

MADRID

El coche manda

"Cuando vas en bici, tienes la impresión de que todo el mundo te odia". A Tamara El Khouri, estudiante libanesa de 25 años, moverse en bicicleta por el centro de Madrid le resulta una odisea. Por la acera los peatones "te miran mal" y en la carretera, "ir entre los coches es un riesgo". Pero no se rinde. La usa para ir a clase casi todos los días. Madrid tiene 166 kilómetros de carril bici, de los que 60 están en el anillo verde ciclista que rodea la ciudad. El resto "son tramos inconexos", según denuncia Iñaki Díaz, portavoz de Pedalibre, una asociación con 200 miembros que reivindica este método de transporte.

El Ayuntamiento admite que no existen vías especiales para circular con dos ruedas más allá de estos carriles. Tampoco dispone de datos de usuarios, aunque el Observatorio de Movilidad Metropolitana estima que el 0,5% de desplazamientos diarios, unos 42.000, se hacen mediante este sistema. La Ordenanza de Movilidad para la Ciudad de Madrid prohíbe a los ciclistas circular por aceras y zonas peatonales que no estén habilitadas, a pesar de que la ciudad no ofrece muchas más alternativas.

También establece que deben estacionar en espacios reservados, aunque el portavoz de Pedalibre asegura que "son casi inexistentes". A pesar de todo, no se tramitan muchas multas. No existe ningún sistema de transporte público en bicicleta de iniciativa municipal.

SANTIAGO

Sin carriles bici.

El grueso de los ciclistas que transitan por la ciudad son peregrinos, muchos de ellos catalanes, que vienen con sus, tantas veces, lujosísimas bicicletas de montaña. Ahora el Ayuntamiento, mientras anuncia una serie de medidas para potenciar el transporte ecológico de las dos ruedas, estudia la posibilidad de restringir el tráfico de velocípedos en el casco histórico, una medida que podría afectar a los peregrinos, que tradicionalmente han llegado hasta las puertas de la catedral en sus vehículos.

En Santiago no hay carriles bici. A pesar de que el gobierno local anunció hace cuatro años que se crearía uno que uniría todas las zonas verdes de la ciudad, a lo largo de 7 kilómetros, hoy, el mismo Ayuntamiento reconoce que "es muy difícil" crear vías para ciclistas en un trazado urbano de calles tan estrechas. Sin embargo, después del programa piloto de la Universidade de Santiago de Compostela, que prestó a sus estudiantes entre el 10 de abril y el 30 de junio un centenar de bicis, y otra experiencia de la Consellería de Medio Ambiente de la Xunta, que promueve (sin mucho éxito) el uso de la bicicleta entre sus funcionarios, el Ayuntamiento se ha sumado a la causa. Actualmente busca entre las tiendas un buen precio para adquirir 100 que serán alquiladas por el simbólico precio de 6 euros al año. Además, prepara una ordenanza para prohibir el tránsito por las aceras.

En una ciudad pequeña y accesible como Santiago, el empuje de los estudiantes y las iniciativas públicas ha incrementado significativamente, en los dos últimos años, el número de usuarios cotidianos, aunque todavía siguen siendo pocos y, prácticamente, todos ellos se conocen de verse pedaleando por la calle.

BILBAO

Nueva ordenanza para la bici

Bilbao dispone ahora de 13,2 kilómetros de carriles bici y la próxima semana aprobará un plan para que en año y medio se alcanzen los 45 kilómetros. Apenas dispone de áreas pacificadas para dar preferencia a las bicicletas sobre los vehículos: no llegan a media docena de tramos en la zona más céntrica. El Consistorio realizó el pasado octubre un recuento en las zonas por donde ahora hay carriles bici y concluyó que en dos puntos concretos hubo un tránsito total al día de entre 560 y 684 bicicletas.

Ahora no existe una ordenanza municipal específica para este transporte. La semana que viene el pleno municipal aprobará una normativa en la que se regula el uso de los carriles bici (bidegorris en el País Vasco), con especificaciones de los lugares por donde se puede circular y aparcar. Además, por vez primera fija la posibilidad de que en ellos transiten también patinadores y sillas eléctricas de minusválidos. Se prohíbe el paso de peatones o personas que realicen footing. La ordenanza, que entraría en vigor en diciembre, no establece sanciones en caso de incumplimientos.

La capital vizcaína ofrece además 197 bicicletas mediante un préstamo gratuito en diez puntos diferentes de la ciudad. Este año, desde que se inició el servicio el pasado 4 de mayo, se han realizado 19.000 préstamos.

SEVILLA

Servicio público en expansión.

La red urbana de carriles bici de la ciudad de Sevilla tiene ocho itinerarios radiales que cruzan la ciudad. El proyecto básico abarca 77 kilómetros, de los que ya están en funcionamiento el 65% (52 kilómetros). El gran impulso al uso de la bicicleta en la capital empezó a fraguarse en el anterior mandato municipal y es una de las prioridades del actual. La reciente peatonalización de las principales arterias del caso histórico, por las que sólo se puede circular a pie o en bicicleta, ha sido el espaldarazo definitivo para impulsar este transporte, que según un estudio municipal de julio, es usado por 23.000 personas en día laborable.

El servicio público de alquiler de bicicletas, Sevici, empezó a funcionar el pasado verano y a finales de octubre, cuando se realizó el último balance, ya había sido utilizado por 6.595 personas. De ellas, 2.100 son abonados de larga duración, que pagan una cuota de 10 euros al año para poder utilizar las bicicletas siempre que quieran. 1.100 personas emplean este servicio cada día. Actualmente hay abiertas 600 estaciones y otras tantas bicicletas disponibles, pero los planes municipales pasan por que antes de que acabe el año haya 150 estaciones operativas y 1.500 bicicletas en circulación.

Información elaborada por Pilar Álvarez (Madrid), Jaume Bauzà (Barcelona), Silvia R. Pontevedra (Santiago), Reyes Rincón (Sevilla), Sara Velert (Valencia) y Alberto Uriona (Bilbao).

Una ciclista pasea cerca de la Ciudad de las Ciencias, en Valencia.
Una ciclista pasea cerca de la Ciudad de las Ciencias, en Valencia.JESÚS CÍSCAR

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