Valencia es puerta de entrada del 50% de la mercancía falsificada de España
El 95% de las imitaciones de grandes marcas proceden de China
El volumen de tráfico del puerto de Valencia tiene su lado oscuro. Atendiendo al valor, la mitad de los productos falsificados que llegan a España lo hacen a través del puerto de Valencia. El servicio de Aduanas se incautó en 2010 de mercancías que imitan grandes marcas por valor de unos 60 millones de euros. Por número de unidades incautadas la proporción se reduce al 35% del total nacional.
La Agencia Estatal de la Administración Tributaria organizó ayer una visita a sus instalaciones en el puerto de Valencia con ocasión del Día Mundial de Marca y Contra las Falsificaciones. En una nave de 1.200 metros cuadrados de superficie se amontonan cajas y cajas en cuatro alturas repletas de bolsos de Louis Vuitton, monederos de Tous, colonias de Hugo Boss o Carolina Herrera, cosméticos de Lancôme, balones del Fútbol Club Barcelona, camisetas de la selección española, zapatillas Nike, mochilas Barbie, etcétera, etcétera.
Los inspectores aciertan en el 80% de los casos de cargas sospechosas
Una vez que los titulares de la marca certifican que los productos incautados por los agentes de aduanas son falsos, tienen dos opciones. O demandan al importador y esperan una sentencia que ordena destruir la mercancía o se acogen a un procedimiento abreviado que aprobó la Unión Europea en 2003 para llegar a un acuerdo con el importador y destruir la mercancía de inmediato. Una trituradora alivia las estanterías del almacén. Las camisetas de Calvin Klein se mezclan en harapos con zapatillas Converse o bufandas del Real Madrid.Junto a la trituradora, en una nave adjunta al almacén, un funcionario comenta: "Si tiramos las cajas tal cual al vertedero, la mercancía vuelve a circular".
La Agencia Tributaria intervino durante 2010 más de 10 millones de productos falsificados con un importe de 127 millones de euros y un total de ocho millones de cajetillas de tabaco falsificado con un valor de 28 millones de euros.
Sin contar con el tabaco, el 59% de los productos aprehendidos fueron artículos de oficina, el 8,5% accesorios de vestuario, 3% cosméticos y perfumes, el 2,5% ropa y otro 2,5% calzado deportivo. Por valor, los accesorios de vestuario suponen el 20% del valor aprehendido, con 24 millones de euros; seguidos de gafas y calzado deportivo, en ambos casos el 13% del valor, 17 millones.
China es la gran fábrica mundial de las imitaciones. El 95% de los productos incautados como falsificaciones proceden del gigante asiático.
Antonio de la Ossa, director del departamento de Aduanas, explicó que los técnicos elaboran "un análisis previo de toda la mercancía que va a llegar al puerto de Valencia" y seleccionan los envíos más sospechosos. "En el 80% de los casos, acertamos". La eficacia de la aduana española es modélica y la Comisión Europea acaba de recomendar a los 27 miembros de la Unión Europea que asuman los procedimientos de gestión de la Agencia Tributaria.
Javier Moreno, de la Oficina Española de Patentes y Marca, un organismo del Ministerio de Industria, explicó que las pérdidas de las grandes marcas derivadas de las falsificaciones alcanzan los 10 millones de euros al año en todo el mundo, una cantidad que supone la destrucción anual de 185.000 empleos.
José Antonio Moreno, director de la Asociación Nacional para la Defensa de la Marca, hizo hincapié en la necesidad de sensibilizar a los consumidores. "Una manta, un vendedor en un mercadillo ilegal, es solo el último eslabón de una gran cadena criminal que practica el blanqueo de dinero y tiene relaciones con el narcotráfico o la prostitución organizada".
María del Val Díez, directora de la Asociación Nacional de Perfumería y Cosmética, explicó que "una marca supone que una empresa responde por la calidad del producto, que cumple todas las garantías y supera todos los controles. Cuando alguien usurpa una marca es para saltarse todos los controles. Quien compra productos falsificados, en el mejor de los casos, tira el dinero; en el peor, arriesga su salud".
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