Peor que a las ratas
Dos periodistas son agredidas en El Puig durante la celebración de la 'Trencà de perols', una fiesta donde se lanzan roedores
"No lo puedo entender, qué impotencia. Y solo por hacer tu trabajo". Son las frases a las que recurren Marga Ferrer y Laura Garsando, fotoperiodista y redactora del diario Levante-EMV, después de ser agredidas el domingo en El Puig (Valencia) durante la celebración del Trencà de perols. Una tradición que, desde hace más de 20 años, consiste en romper un botijo con un conejo o una rata y lanzar el animal capturado hacia los participantes o los edificios que rodean la plaza. Ahora no se permite utilizar animales pero, "misteriosamente", según las afectadas, sigue desarrollándose una auténtica batalla campal con ratas muertas.
Un cartel del pueblo indicaba que hay que respetar la fiesta. Lo que no expone es cómo: la gélida tarde del domingo, las dos periodistas fueron a trabajar "no por ilusión, sino mandadas" para informar sobre el acto. En medio del festejo, la fotógrafa sacó su cámara para captar a una de las ratas que estaban lanzando. Primero, dos personas le taparon el objetivo. Inmediatamente, un numeroso grupo de participantes se abalanzó sobre ella. Hubo insultos, empujones, tirones de pelo y codazos.
A la fotógrafa la empujaron, le tiraron del pelo y la golpearon
El alcalde veía el festejo desde un balcón de la plaza
En un momento dado, Ferrer intentó retratar lo que le estaba ocurriendo. Un chico le arrebató la cámara y el resto la rodeó y empezó a increparla. Mientras, Laura, su compañera, la respaldaba en el mismo círculo que se había formado. A ella le quitaron y le destrozaron la libreta que portaba, "una anécdota", según explica, "frente al daño psicológico y al robo de una cámara". Gracias a dos festeros y a un conocido consiguieron alejarse del grupo y recuperar el aparato, que tenía la tarjeta formateada. "Creía que me la iban a romper, pero solo borraron las fotos. Quiero pensar que queda alguien con humanidad entre esas personas", relata Marga Ferrer. Llamaron a emergencias porque "inexplicablemente" en la plaza no había seguridad. "Ni ambulancia, ni Guardia Civil", que apareció a los pocos minutos y ahora investiga los hechos.
Mientras, el alcalde de El Puig, José Miguel Tolosa -como se puede apreciar en un vídeo de Canal 9- disfrutaba del acto desde un balcón. Cuando estaban en comisaría, se presentó y les pidió disculpas, aunque "quitándole hierro al asunto". Ayer expresó su "rotunda condena" a la agresión y aseguró "no haber visto nada". "Nos estaban humillando. Fue una falta de respeto a nuestra profesión. Queríamos contar lo que pasaba en un sitio público. No nos metimos en ningún lugar prohibido", señala la fotógrafa.
Laura y Marga no se plantean de dónde sacaron los roedores. Ni siquiera quién poseía las habilidades de manipular una cámara fotográfica. El interrogante que les ronda la cabeza es que "si están orgullosos de su fiesta, ¿por qué no quieren sacarla?".
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