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Columna
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Corrupción

Alguien ha tenido la paciencia de recopilar y colgar en Internet todo un catálogo de horrores de nuestra vida pública, y al consultarlo (www.corrupciovalenciana.blogspot.com) sientes cómo de la pantalla emana una bocanada de hedor. En términos forenses corrupción es la putrefacción de los cuerpos muertos, y Josep Lluís Barona también describió el miércoles, como factores de fermentación, la codicia, la opulencia, la avaricia, el imperio de la vergüenza, la economía canalla y la mafia calabresa. Daba paso el presidente de Valencians pel Canvi a un análisis a tres bandas sobre la producción de cadaverina social en base a escenas de vodevil, redes clientelares, abuso de los equipos "de confianza", generalizadas corruptelas de baja intensidad, prácticas mafiosas, degradación moral de tantos colaboracionistas que ceden a las presiones, persecución y muerte política de quienes denuncian, estructuras de partido dañadas, relaciones personales imposibles, inoculadas de rencor, inquina y odio...

El título del debate era Corrupción contra democracia y vimos que en este encuentro el marcador presenta de momento un resultado inquietante. En palabras de Ernesto Sábato: "No ignoramos que la famosa Democracia baja a la democracia con minúscula y, por fin, a la que debe ser escrita entre comillas. Precisamente, la democracia parte de la idea de que el hombre es el lobo del hombre, y para colmo, un lobo corrompible".

Somos humanos, necesitamos leyes que nos protejan de esta condición. También se dijo. Pero fallan los mecanismos jurídicos, los órganos de control social, los medios de comunicación de masas como contrapoder, ejerciendo un marcaje disuasorio. Acordamos esa noche con Ángel Luna, Mònica Oltra y Francesc Arabí que Gürtel no es causa sino consecuencia, y que más que lo que nos roban lo grave es que parece que nos da igual. Y estos ejemplos de descomposición que ahora flotan en el ciberespacio (y que guardados en papel ocupan tantos metros cúbicos) nos proporcionan la deprimente y desmovilizadora sensación de que nuestros municipios (con la excusa de que necesitan dinero) albergan con gusto vertederos de residuos morales; de que la pudrición es generalizada, y de que se nutre de la impunidad política y judicial. Un ejemplo sotto voce: Nules, caso Fabra. Juez que recibe amenazas. Juez que pide traslado. Juez que no denuncia presiones. Conclusión: juez que no cree en la Justicia ni en la Democracia. Y así casi todo. Luego nos quejamos de la desafección por la política y de la tolerancia y la comprensión con que buena parte del voto respalda este bastardeo de los ideales.

Urge volver a Sábato: "Esos famosos tres poderes y esa libertad de información son los instrumentos mejor concebidos para lograr que la más perversa de las criaturas vivientes haga el menor de los daños posible. En suma: la democracia es precaria y a menudo despreciable, pero hasta hoy no hemos encontrado nada mejor para alcanzar las futuras comunidades a que aspiramos".

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