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Marie Arana, escritora: “Estoy construyendo un monumento a los latinos y cada libro que publico es un ladrillo”

El próximo 21 de enero se publicará la edición en español de ‘Latinoland’, reconocido por ‘The New Yorker’ como uno de los 12 libros imprescindibles del año

Marie Arana
La escritora Marie Arana.Frank Schramm
Ana Vidal Egea

Latinoland es un ambicioso ensayo que traza un recorrido por la historia de los latinos, mientras desmonta estereotipos arraigados y ofrece una narrativa de empoderamiento. A lo largo de sus más de seiscientas páginas revela el potencial de éxito de la comunidad latina, ayuda a resolver conflictos identitarios y transforma la forma en que son percibidos y tratados por la sociedad.

Se trata del sexto libro de Marie Arana (Lima, 75 años), reputada editora del Washington Post y primera directora literaria de la Biblioteca del Congreso de Estados Unidos. Su obra ha sido ampliamente aclamada por la crítica y el público, y ha acumulado reconocimientos, entre los que se incluye haber sido finalista del National Book Award y el John Sargent Prize (2001), además de ganar el Los Angeles Times Book Prize (2014). Arana misma, que emigró con su familia a Nueva York cuando solo tenía nueve años —de padre peruano y madre estadounidense— ejemplifica las brillantes contribuciones de la población migrante al país, pero también refleja el peso del desarraigo dual.

Pregunta. ¿Qué la llevó a escribir Latinoland?

Respuesta. A los 38 años, cuando trabajaba en The Washington Post me preguntaron por primera vez en mi vida sobre mi país de origen y comprendí que había olvidado por completo a la chiquita que había dejado en Perú. Eso me animó a escribir mis memorias, American Chica. Luego me di cuenta de que necesitaba explicar quiénes éramos los latinos, contar nuestra historia, y publiqué dos novelas. De ahí pasé a la biografía de Bolívar. Y por último me lancé al ensayo con La plata, la espada y la piedra. Es decir, me fui expandiendo de mi historia personal a la historia colectiva.

Latinoamérica ha sido el centro de todo mi trabajo desde hace 25 años, cuando me di cuenta de que Estados Unidos apenas sabe nada de su vecino y el gran ejemplo de eso es que [el expresidente Ronald] Reagan regresó de América Latina diciendo: “Hay unos paisítos allí y todos son diferentes”. En Estados Unidos está la mayor población de hispanohablantes del mundo, después de México. Necesitaba explicar quiénes somos. Estoy construyendo un monumento a los latinos y cada libro que publico es un ladrillo.

P. Es un libro extenso y muy documentado, ¿cuánto le llevó escribirlo?

R. En torno a dos años. Tuve que dejar mi puesto de trabajo como directora literaria de la Biblioteca del Congreso para poder dedicarme íntegramente a escribir e investigar. Entrevisté a 247 personas.

P. ¿Y ha conseguido entender qué es lo que quieren los latinos?

R. Tres cosas. Lo primero y más claro es que quieren progreso económico. Es lo que el Partido Demócrata aún no ha entendido. El trabajo es la prioridad número uno, por encima de la inclusión. Las clases medias y bajas tienen hasta tres trabajos al mismo tiempo. Luego está la necesidad de seguridad y por último la educación para que sus hijos formen parte de un sistema económico próspero. He entrevistado a personas que fueron doctores en Bolivia y aceptaron ser enfermeros aquí, o que eran profesoras en Guatemala y aquí son empleadas domésticas. Toleran ese cambio porque sus hijos sí van a poder dedicarse a lo que quieran.

P. En su libro apunta a que eso es lo que explica el voto latino a Donald Trump.

R. Exacto. Pero es a su vez contradictorio porque puede implicar deportaciones. Hay organizaciones que tratan de tranquilizar a los inmigrantes diciéndoles que si no han cometido ningún acto criminal no serán deportados, pero en realidad no tenemos garantías de que vaya a ser así. Y la situación es preocupante. Si Trump decide dificultar las cosas para los niños de DACA, asustar a la población latina de Estados Unidos y cortar la relación con México, habrá un impacto notorio en el país. Es importante que la frontera sea segura, pero reducir la población latina en Estados Unidos será un gran error. Además, la Administración ya ha declarado que hay muchos proyectos innecesarios que van a ser descartados y tengo miedo de que esto afecte a la construcción del edificio para el primer Museo Nacional del Latino Estadounidense, que ya estaba en marcha. Creo que hay mucho que explicar sobre esta población invisible que somos, 65 millones de personas invisibles. Y me preocupa que no nos den la oportunidad.

Latinoland
Portada de 'Latinoland' de Marie Arana.

P. ¿Qué rol tienen los latinos en el colectivo estadounidense?

R. Son un motor enorme de progreso, con un potencial enorme como mercado y máquina de producción. Los latinos son la mayor fuerza de pequeñas empresas, el potencial de crecimiento es gigantesco. Voy a conferencias todo el tiempo evaluando el poder económico que los latinos representan y es extraordinario. Muy pronto, y dejando a un lado al sector tecnológico, habrá muy pocas posibilidades de que alguna corporación no dependa de los trabajadores latinos. El hecho de que no haya latinos en las salas de juntas y en los puestos de liderazgo no es una elección acertada teniendo esto en cuenta.

P. Escribe que Sandra Cisneros se mudó de Texas a San Miguel de Allende porque sintió que no estaba en su casa y que tenía que entender su multiplicidad, el caleidoscopio que somos. ¿Ha encontrado el lugar que represente esa pluralidad dentro de usted?

R. Yo todavía no. Vivo en un puente. Siempre sentí que nunca pertenecí completamente a este país, me hizo sentir que era una extraña. Trabajé muy duro a lo largo de mi vida para ser como una americana, para hablar y actuar como una americana, pero nunca he llegado al punto en el que me sienta completamente americana. Y cuando regreso a Perú, me reúno con una familia que nunca ha salido de allí y me llaman “la prima gringa”, así que soy también una extraña en mi propia familia. Sandra es muy buena amiga mía y una modelo para mí. La mayoría de los inmigrantes sufrimos una lucha constante con nuestra identidad.

P. ¿Qué le diría a los latinos de Estados Unidos?

R. Aprendan sobre nuestra historia, que es larga, aprendan sobre nuestros logros, que son muchos en todos los ámbitos: ciencia, música, las artes, la literatura… y que permanecen enterrados, en gran parte por la sensación de no pertenencia, pero también porque no hemos entendido que necesitamos conocer nuestro legado para realizar el gran potencial que tenemos.

P. ¿Cuál es, a su modo de ver, la parte de los latinos en Estados Unidos que más necesita ser legitimada?

R. Que no somos unos recién llegados. Somos una parte muy fuerte y significativa de la historia de este país. Pero en ese sentido me inspira la forma en que hemos superado la invisibilidad que se nos ha impuesto, porque me queda claro que donde sea que miremos, hay latinos excepcionales en todos los ámbitos.

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Sobre la firma

Ana Vidal Egea
Periodista, escritora y doctora en literatura comparada. Colabora con EL PAÍS desde 2017. Ganadora del Premio Nacional Carmen de Burgos de divulgación feminista y finalista del premio Adonais de poesía. Tiene publicados tres poemarios. Dirige el podcast 'Hablemos de la muerte'. Su último libro es 'Cómo acompañar a morir' (La esfera de los libros).
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