Yasmil Raymond, nueva curadora de Meridians, en Art Basel Miami Beach: “Quería crear un espacio abierto, con el mínimo de paredes”
La puertorriqueña, afincada en Alemania, se estrena como curadora de una de las secciones más imponentes de ABMB, Meridians, dedicada a proyectos de gran escala
Mientras Yasmil Raymond (San Juan, Puerto Rico, 1978) explica la historia de cada una de las 17 obras monumentales que constituyen la sección Meridians de Art Basel Miami Beach, es constantemente interrumpida por personas que se detienen a saludarla afectivamente. La curadora se define como una persona modesta, y por su comportamiento también se muestra cercana, sencilla y accesible con su entorno. Pero acumula décadas de experiencia y notables logros. Como rectora de la Academia de Bellas Artes Städelschule y directora de Portikus, un centro de arte contemporáneo ubicado en Fráncfort (Alemania) donde ejercía de directora desde el 2020, destacó por su estrategia innovadora. También ha ocupado cargos curatoriales en instituciones de prestigio como Dia Art Foundation o el Museo de Arte Moderno (MoMA), ambos en Nueva York. En su primer año al frente de la curaduría de Meridians, se muestran obras imponentes, como la de la artista feminista Portia Munson, cuya propuesta consiste en un altar titulado Bound Angels (Ángeles atados), donde se acumulan de manera asfixiante figuras de cerámica que representan tanto a mujeres como a ángeles amordazados, atados y con los ojos vendados. O el gigantesco túnel fragmentado, creado con 1,800 láminas de papel de arroz por el artista chino Zhu Jinshi, que sirve como alegoría de la tensión sociopolítica actual en el mundo.
Pregunta. ¿Qué ha sido lo más difícil de curar Meridians?
Respuesta. Supuso un gran trabajo contactar y mantener la correspondencia con las 286 galerías presentes en la feria para invitarlas a enviar sus propuestas a gran escala. La parte más difícil fue la de confiar en los renderizados que me enviaban en las propuestas, ya que uno no puede saber cuál va a ser el resultado final de la obra. Pero las piezas finales fueron verdaderamente espectaculares.
P. ¿Cómo ha sido su experiencia curando por primera vez una feria?
R. Muy interesante, porque estoy especializada en esculturas de los años 60 y 70 y nunca había trabajado con ninguno de los artistas que se exponen en Meridians. Me encantó el proceso de documentación, investigación y aprendizaje, de profundizar en sus obras hasta entender completamente la visión de cada artista. Ha sido una aventura.
P. ¿Hay algún artista con el que haya sentido una mayor conexión?
R. Tengo un corazón muy grande por el arte, enorme, que se expande en diferentes direcciones. Me considero una curadora flexible; me gusta el arte en general y la mentalidad de los artistas.
P. ¿Cuál ha sido el criterio a seguir para seleccionar las 17 piezas?
R. Las galerías nos enviaron suficientes propuestas como para tener que tomar decisiones. El principal criterio ha sido que si las piezas podían ser expuestas en el stand particular de la galería en cuestión, no servirían para Meridians. Solo escogemos piezas monumentales. También descartamos piezas históricas, o que no sean recientes, porque dificultaban la contextualización de la exposición en conjunto.
P. ¿Y qué tienen en común?
R. Una vez que elegí las piezas las relacioné con una frase de Walter Benjamin, “State of becoming”, que alude al proceso de metamorfosis, de movimiento, de evolución. Me pareció el paraguas perfecto para encapsular todos los trabajos.
P. Son obras, en su mayoría, de artistas que están en la cúspide de su carrera.
R. Sí, hay artistas que están viviendo un gran momento y otros ya muy seniors. Como por ejemplo Lee ShinJa, una artista surcoreana de 94 años, precursora del arte textil (representada por la galería Tina Kim). También destaca el peruano Roberto Huarcaya (representado por la galería Rolf Art), que presenta un trabajo monumental, interesantísimo Amazogramas. El artista pasó dos años tratando de fotografiar una parte recóndita del Amazonas, y frustrado porque no conseguía capturar su magnificencia con cámaras convencionales. Al final recurrió al fotograma, en lo que parece también una performance, porque colocó papel sobre árboles altísimos de la jungla y los dejó a secar bajo la luz de la luna. Esa noche hubo una tormenta, llovió, y el agua formó dibujos sobre el papel. También utilizó otros materiales naturales como el agua del río, para revelarlo. El resultado es un espectacular fotograma de 30 metros de longitud. Los nativos de la zona le dijeron a Huarcaya que fue el bosque quien creó esa imagen para él.
P. ¿Cuál era el principal cambio que quería ver en Meridians este año?
R. Quería ver el menor número de paredes posibles, una arquitectura mínima. Mi objetivo ha sido crear un espacio que fuera lo más parecido a estar en un parque o una plaza pública. También he querido dar protagonismo a aquellas artes más artesanales con frecuencia elaboradas por mujeres, como por ejemplo los tapices, y que a lo largo de la historia han sido marginados considerándose que era un arte inferior.
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