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Elecciones en Estados Unidos
Columna
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‘October Surprise’

Desde hace varias décadas, a cuatro semanas del día de las elecciones, se esperan imprevistos o filtraciones sobre los candidatos que podrían cambiar los resultados

Imagen de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, en Indiana, Pensilvania, Estados Unidos, el 23 de septiembre. 2024.
Imagen de la vicepresidenta estadounidense Kamala Harris, candidata presidencial demócrata, en Indiana, Pensilvania, Estados Unidos, el 23 de septiembre. 2024.Brian Snyder (REUTERS)

Estamos a casi 40 días para las elecciones, y a unos de que inicie el mes de octubre. Las encuestas no esclarecen quién reemplazará al presidente Joe Biden, pero sí señalan que los resultados electorales van rumbo al peor escenario para la democracia estadounidense: imaginen qué sucedería si Kamala Harris o Donald Trump ganara los 19 electores del colegio electoral del Estado bisagra de Pensilvania gracias solamente a 10.000 sufragios, dándole al ganador los 270 electores necesarios para ser el siguiente presidente o presidenta.

Este escenario es real, y preocupa a ambas campañas. En las elecciones del 2016, Donald Trump ganó Pensilvania por un margen mínimo de 1,17% gracias a la soberbia de Hillary Clinton, quien no hizo campaña en ese Estado, asumiendo que los demócratas ganarían. En el 2020, Joe Biden ganó Pensilvania por 0,72%, un margen demasiado pequeño.

Y aunque parecería que, en este momento, según el blog demoscópico FiveThirtyEight, la vicepresidenta Harris lleva una mínima ventaja de 2,7 puntos en las encuestas nacionales, técnicamente están empatados. Son las encuestas en siete Estados indecisos o “bisagras” las que definirán las elecciones, sin importar quién gane el voto nacional.

Y para infortunio de la vicepresidenta, parece que dejó de crecer en las encuestas a pesar del bono político que esperaba después de su nominación y el reconocimiento de su exitosa actuación en el debate de hace dos semanas.

Kamala Harris se ha estancado —por ahora.

Pero estamos a la vuelta de la esquina del October Surprise o la Sorpresa de Octubre. Y es que desde hace varias décadas hay la expectativa de que, a cuatro semanas del día de las elecciones, habrá imprevistos y se filtrará información sobre los candidatos que podría cambiar los resultados y el futuro de los Estados Unidos.

Pero también hay que ser realistas, cualquier October Suprise seguramente afectará más a Kamala Harris que a Donald Trump. Hay muy poco por conocer del expresidente, ya que presumió sus capacidades, ignorancia y fobias durante los cuatro años de su presidencia. Ahora tiene una condena y tres juicios más pendientes —incluyendo un juicio penal relacionado con su posible participación en el ataque al Capitolio en enero del 2021 y su intento de robarse las elecciones presidenciales mediante fraude electoral. En el 2016, en el mes de October Suprise se filtró una conversación donde alardeaba de agarrar las partes privadas de las mujeres cuando él quisiese. Cuatro años más tarde fue condenado por un jurado a pagar más de 80 millones de dólares por abusar sexualmente y difamar a la columnista E. Jean Carroll.

Todo esto lo sabe el electorado, y aun así las elecciones van empatadas. De hecho, más de 300 republicanos que trabajaron con Donald Trump, o conocen la función pública, o son republicanos tradicionales —como el exvicepresidente Dick Cheney—, no solo han rechazado a Trump, sino que están dispuestos a votar por una demócrata para asegurarse de que no regrese a la presidencia.

Esta semana se publicó una carta firmada por más de 700 funcionarios expertos en seguridad nacional y militares que hacen un llamado de no votar por Donald Trump. Dicen que es una amenaza existencial.

El problema para Kamala Harris es que, aunque lleva casi más de 30 años de vida pública, incluyendo sus cuatro años como vicepresidenta, una de las quejas de los pocos electores independientes y republicanos indecisos, es que no “conocen” las posiciones de Kamala Harris. Difícil entender este argumento, pero parecen apoyar la frase “vale más malo conocido que buena por conocer”. Y seguramente sus adversarios buscarán publicar información negativa, para debilitar el apoyo que le puedan dar los poco electores independientes o indecisos. Lo más insidioso sería publicar información que debilitaría el apoyo de demócratas progresistas y que esto tenga como resultado que no salgan a votar.

Kamala Harris no emociona a sus seguidores de la misma forma que Donald Trump a sus fanáticos, que votarán por él sin importar lo que haga, lo que diga y los señalamientos e investigaciones penales en su contra.

Pero las Sorpresas de Octubre no necesariamente tienen que ser filtraciones directamente relacionadas con el y la candidata. En los últimos días, un escándalo estalló por declaraciones controvertidas hechas supuestamente en un portal pornográfico por el candidato de Donald Trump a la gobernatura del Estado de North Carolina, Mark Robinson. Más de la mitad de su equipo de campaña han renunciado en protesta. Y, ¿cuál es la Sorpresa de Octubre? ¿Robinson podría perder el Estado republicano de North Carolina, lo que haría perder a Trump los 16 electorres claves para ganar la presidencia?

En el caso de Kamala Harris, son factores externos, no relacionados con su vida personal, y eventos que están fuera de su control. Por ejemplo, ¿se pueden imaginar que pasaría si el día de mañana una caravana de 10.000 migrantes intentara cruzar la frontera? Las imágenes serían catastróficas y podrían ser debilitarla a tal punto que perdería las elecciones.

Faltan seis semanas para el día de elecciones, una eternidad que todavía puede estar llena de sorpresas.

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