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Empoderar al paciente en una sanidad híbrida

La digitalización ya da forma a la sanidad del futuro. Impulsada de forma exponencial por la pandemia, tanto desde la investigación y el desarrollo sanitario como desde la implicación del paciente, el sector salud está inmerso en un proceso acelerado de modernización

Los expertos coinciden: la pandemia supuso un extraordinario impulso digitalizador para el sector.
Los expertos coinciden: la pandemia supuso un extraordinario impulso digitalizador para el sector.

Quizá dentro de un siglo no lleguemos (o sí) a un mundo como el que describe la película Elysium, situada en el año 2154, en el que la tecnología aplicada a la medicina haya avanzado tanto que una máquina de escáner pueda curar cualquier enfermedad en pocos minutos.

Pero, ficción aparte, la ciencia y la tecnología están provocando un avance vertiginoso en la digitalización de la sanidad. Esto afecta a las historias clínicas, la telemedicina, las apps sanitarias, los wearables y, más recientemente, a las aplicaciones de la inteligencia artificial a la salud, tanto en el diagnóstico como en el tratamiento. E incluso ya se producen los primeros pasos de operaciones en el metaverso. Por ello, el futuro de la sanidad resulta tan incierto como esperanzador.

La digitalización facilita, por un lado, el acceso del paciente a la atención sanitaria y, por otro, ayuda a prevenir, diagnosticar y tratar de manera más temprana las enfermedades. Aunque con sombras acechando, que habrá que disipar, tales como el peligro de deshumanizar el trato sanitario, la protección de los datos o las desigualdades en el acceso a los tratamientos punteros.

Resume en parte esta situación Rafael López Iglesias, exgerente regional de Salud de Castilla y León y miembro de la Junta Directiva de la Sociedad Española de Directivos de la Salud (SEDISA): “El mundo sanitario no está de espaldas al desarrollo tecnológico. Nos hemos adaptado al big data y a la inteligencia artificial. Con los nuevos avances disponemos de una fuente de datos muy importante. Estamos, además, en el camino de la inteligencia artificial para diagnósticos y tratamientos, pero también en el del metaverso sanitario”.

Un panorama similar describen otros profesionales del sector. “La tecnología modifica la manera en la que nos vinculamos a nuestra salud. La pandemia supuso un cambio a todos los niveles; demostró que la prioridad debe ser la salud pero también que la presencialidad respecto a la atención sanitaria debía ser reformulada”, afirma el director de Nuevos Productos y Servicios Digitales de Sanitas y Bupa ELA, Jesús Jerónimo. “En Sanitas ya implantamos la videoconsulta en 2016, con nuestro seguro BluaU, pero la pandemia revolucionó todo este sistema. Desde 2020 no hemos hecho más que crecer en este sentido”, explica. De hecho, a lo largo de 2022, en Sanitas se registraron 771.002 videoconsultas.

No existe como tal un plan de desarrollo tecnológico sanitario dotado con inversiones.
No existe como tal un plan de desarrollo tecnológico sanitario dotado con inversiones.MR.Cole_Photographer (Getty Images)

“La pandemia ha sido el mayor acelerador de la digitalización en los últimos 50 años”, afirma Ikhlaq Sidhu, decano de la escuela de Ciencia y Tecnología de IE University. “Desde la atención al paciente hasta el descubrimiento de fármacos; no hay que olvidar que el desarrollo y la introducción de la vacuna se hizo mientras los profesionales estaban limitados por la pandemia”.

Una vez superada la emergencia sanitaria hay que mirar al futuro y aprovechar lo aprendido. Porque “los retos son múltiples, pero apasionantes”, como dice Jesús Jerónimo. “Desde la propia alfabetización digital de los usuarios al uso pertinente de la tecnología. Pero existen interrogantes importantes alrededor de los modelos de compensación [salarios, bonificaciones, incentivos…], que se verán fuertemente impactados por una salud naciente mucho más digital y automatizada”.

Especialidades más beneficiadas

Jesús Jerónimo destaca que hay campos en los que el 70% de las consultas podrían virtualizarse. Y cita la medicina general, psiquiatría, psicología, dermatología, radiología o neurología. Coincide en ello el director de Planificación Asistencial y de Negocio de HM Hospitales, Joaquín López: “Ahora mismo, en videoconsultas, la atención primaria, dermatología, ginecología y salud mental son los ámbitos más beneficiados”.

Por lo que respecta a la actividad en los quirófanos, Joaquín López sostiene que “asistimos a una revolución en la cirugía robótica y de precisión, que abanderan especialidades como la urología, la cirugía general o la ginecología”. ¿Y qué robots son capaces de practicar cirugías de alta precisión? “En HM Hospitales disponemos, por ejemplo, de modelos como el Da Vinci, de Palexmedical, o el Hugo Ras, de Medtronic”, responde este especialista. Desde Sanitas, Jesús Jerónimo apunta que, “con la robotización, mejora la eficacia de muchos procesos quirúrgicos. Además, el uso de la realidad virtual disminuye la ansiedad y el dolor. También tendrán un gran impacto la realidad extendida y el 5G para facilitar intervenciones en remoto”.

El médico y gestor de Sedisa Rafael López Iglesias relata el cambio que viven ya los pacientes: “Desde el momento en el que una persona sufre un infarto hasta que llega al centro asistencial, la ambulancia manda al hospital los resultados del electro, análisis, saturación... Y cuando el paciente llega, el servicio de cardiología ya sabe qué hacer. Es un ahorro de tiempo vital. Un robot, por otra parte, puede intervenir con una cirugía mínimamente invasiva. En una operación de cataratas, antes el paciente tardaba 15 días en recuperarse; ahora la tecnología permite que sea en el mismo día”.

Pacientes participativos

“No hay que perder de vista que el centro del sistema es el paciente”, dice López Iglesias. “Y hay que empoderarlo para que decida sobre sí y sobre el sistema. Hay que dar voz a los pacientes porque nos aportan ideas”.

Porque también el perfil del paciente ha cambiado. Está familiarizado con la informática, las redes e Internet, que le facilitan un seguimiento cercano e informado de su proceso curativo. Si no puede acudir al centro sanitario puede comunicarse con el médico a través de las aplicaciones de su móvil, por ejemplo. Algo fundamental en el caso de los pacientes crónicos.

Es unánime la gran adaptación que ha demostrado la población a todos estos cambios y la rapidez con la que los asume. Todo apunta a que esta participación en el control de la salud será paralela a un seguimiento cada vez más sofisticado desde el móvil, desde los hogares o incluso desde un futuro metaverso sanitario. Jesús Jerónimo apuesta abiertamente por “el hospital digital”. Se trata de una combinación, por un lado, entre la atención, monitorización, tratamiento e incluso hospitalización en casa; por otro, la asistencia y seguimiento digital y, finalmente, la atención presencial en los centros sanitarios y hospitales. Ejemplo de ello será el nuevo hospital que Sanitas inaugurará en 2025 en Valdebebas, Madrid. Rafael López Iglesias, en resumen, califica la futura medicina como las de las 5P: “Promocional, predictiva, de precisión, personalizada y participativa”.

Un plan general y coordinado

Los países en cabeza de la digitalización son Estados Unidos y China. En Europa mandan Alemania, Holanda y Estonia. Aunque el Índice de Economía y Sociedad Digital (DESI) de la Comisión Europea, de 2020, coloca a España en el segundo lugar en la prestación de servicios públicos digitales, ¿qué debería hacer para situarse al nivel tecnológico de algunos de estos países?

“La sanidad española está a nivel mundial en la parte alta de la digitalización, principalmente por la historia clínica electrónica”, explica el médico y gestor en HM Hospitales Joaquín López. “Pero hay grandes retos por delante, entre los que destacaría la interoperabilidad de la información clínica y asistencial a todos los niveles”, advierte.

No es el único experto que hace hincapié en ello. “En España en lo que gastamos fundamentalmente es en curar”, destaca Rafael López Iglesias. “En proyectos basados en la individualidad de los hospitales, de las comunidades autónomas… Pero no hay un plan general de desarrollo tecnológico sanitario que implique una inversión determinada en este proceso”, asegura. “Nos cuesta que los políticos entiendan a los gestores cuando decimos que hay que invertir más en tecnología”.

Asistimos a una auténtica revolución en la cirugía robótica y de precisión en especialidades como la urología, las intervenciones de carácter general o la propia ginecología
Joaquín López, Director de Planificación Asistencial y de Negocio de HM Hospitales

El Consejo Interterritorial del Sistema Nacional de Salud aprobó, en diciembre de 2021, la Estrategia de Salud Digital. “Hasta el momento, el presupuesto asociado a esta estrategia es de 850 millones asignados a cinco programas que están en marcha y que van de los servicios digitales a la atención primaria, la personalizada y a la creación del Espacio de Datos de Salud (SEDIA)”, afirma un portavoz del Ministerio de Sanidad.

“Lo que ocurre es que el código postal es el que manda”. Así de gráfica es la conclusión del vicepresidente primero de la Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen), Rafael Micó: “Hay diferencias muy significativas entre comunidades autónomas en el acceso de profesionales y pacientes a datos y pruebas, lo que genera desigualdades según el código postal”. Aunque nuestro sistema de salud tiene una buena base de digitalización, prosigue Micó, “sucede que la descentralización, que debería ser una ventaja y lo es en muchos sentidos, muestra su cara negativa”. Para evitar esta situación, según este profesional, “es necesario tener las mismas normas para cuestiones éticas, de seguridad, privacidad, de información a los pacientes y formación. Y el liderazgo tiene que venir de la Administración”.

“Me preocupa la deshumanización de la atención con las teleconsultas y también la confidencialidad de los datos y los principios bioéticos”, interviene Rafael López Iglesias. El big data aporta mucho valor al campo de la medicina pero ya hemos visto cómo han surgido piratas informáticos”. También pide estar vigilantes “para el manteniento de la sanidad pública gratuita y si habrá desigualdades entre quienes tengan más acceso a la tecnología y los que la tengan menos”.

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Nuevos planes de formación

Con esta sucesión de cambios y retos surgen dudas. ¿Se está preparando bien en las universidades a los profesionales que aplicarán estas nuevas técnicas en la práctica sanitaria? Para Joaquín López, de HM Hospitales, “toda esta disrupción tecnológica debe incluir la revisión de los planes formativos y capacitaciones profesionales, basadas en las habilidades digitales y el uso de la inteligencia artificial”. De hecho, a través de los programas formativos de las organizaciones de profesionales, centros superiores, industria y ministerio se está ofertando formación, aunque aún de forma aislada y, generalmente, dentro de programas no reglados. Sobre esta cuestión, el decano de la escuela de Ciencia y Tecnología de IE University explica que ya están preparando a los estudiantes con conocimientos técnicos, pero también a las personas y a las empresas. “Esta es también la razón por la que estamos desarrollando el Laboratorio de Salud y Tecnología como parte de nuestro Impact Xcelerator en IE School of Science and Technology”, añade.

Manuel López Martín De Blas, vicedecano de IE Business School en IE University, observa que ya se empiezan a demandar nuevos perfiles profesionales, como “analistas y gestores de datos médicos, especialistas en tecnologías de la salud, expertos en inteligencia artificial, en seguridad sanitaria, desarrolladores de realidad virtual y aumentada para este ámbito y especialistas en telemedicina”.

Presente y futuro inmediato

La inteligencia artificial facilita herramientas que ayudan a los equipos médicos en la toma de decisiones, explica Joaquín López, de HM Hospitales: “Por ejemplo, las creadas para anatomía y patología, diagnóstico (con tecnología de General Electric o Philips); hospitalización en el domicilio (con el asistente virtual clínico LOLA, creado por Tucuvi), o para control de diabetes (con el sistema de Socialdiabetes), a las que se irán sumando muchas más”.

Jesús Jerónimo, de Sanitas, menciona otras innovaciones ya en uso, como el seguro digital BluaU, que permite la medición de constantes vitales por reconocimiento facial y que funciona a través de la cámara del smartphone del paciente. También destaca el triaje digital dermatológico, que consiste en el análisis de imágenes que toman los pacientes a través de un algoritmo de inteligencia artificial que las califica apropiadas para una consulta digital o presencial, y la plataforma SanIA, que permite buscar soluciones personalizadas según las necesidades de cada paciente.

“Aunque ya se han producido grandes avances, los mayores efectos en el futuro vendrán de las herramientas de inteligencia artificial para aplicaciones sanitarias, el descubrimiento de fármacos y los gemelos digitales de humanos, por no hablar de lo que permitirá la biología sintética”, afirma el decano de la escuela de Ciencia y Tecnología de IE University.

Un futuro que quizá pueda conducirnos a disponer dentro de un siglo (o incluso menos) de una máquina curativa integral como la de Elysium. Aunque esperemos que la Tierra no acabe sumida en la pobreza y las guerras que describe la película, ocurridas precisamente por no evitar las desigualdades en el acceso a las nuevas tecnologías entre ricos y pobres.

Mundo rural y nuevos perfiles

La Sociedad Española de Médicos de Atención Primaria (Semergen) agrupa a más de 20.000 profesionales, los médicos rurales. Un universo al que no se puede desatender. Su vicepresidente primero, Rafael Micó, asegura que la digitalización dará un vuelco a la atención primaria, pero advierte que la mitad de la población que vive en zonas rurales no tiene acceso ni siquiera a un TAC y depende de los transportes entre municipios para realizarse pruebas sencillas. 
Según Micó, “se van a necesitar profesionales cualificados que sepan gestionar la salud de la población con conocimientos de toda la tecnología. Que puedan hacer ecografías, fondos de ojo, consultas de dermatología, cirugía menor…” Un nuevo profesional orientado a un paciente más formado e informado, “lo que supone un cambio de la práctica paternalista a la toma de decisiones compartida, al empoderamiento del paciente”. Este especialista habla no solo de informar sino también de formar a los pacientes para que sean activos y expertos. “Ya los hay”, subraya. “Son los que colaboran con nosotros, la mayoría con formación universitaria, que transmiten soluciones a otros pacientes”, concluye Rafael Micó.

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