El cáncer de vejiga sí avisa. Las señales para detectarlo a tiempo
Es uno de los pocos tumores que ofrece una oportunidad real de prevención y diagnóstico precoz. Pero la falta de visibilidad, el estigma y el retraso en consultar convierten esa ventaja médica en una oportunidad perdida

Aunque se diagnostica en más de 20.000 personas cada año en España, el cáncer de vejiga es un tumor del que apenas se habla. No suele ocupar campañas de concienciación, y su síntoma principal, la presencia de sangre en la orina, es una señal que muchos pacientes pasan por alto o atribuyen a causas menores. Esta falta de visibilidad tiene consecuencias: en muchos casos, el diagnóstico llega tarde. Y, con ello, el pronóstico empeora.
“El cáncer de vejiga es una de las enfermedades oncológicas más frecuentes, especialmente en varones mayores de 50 años. Está entre los cinco tumores más diagnosticados en hombres en Europa”, señala el doctor Daniel Pérez Fentes, coordinador nacional del Grupo UroOncología de la Asociación Española de Urología (AEU) y urólogo del Complexo Hospitalario Universitario de Santiago de Compostela. Sin embargo, su presencia en la conversación pública es mínima. “A pesar de que tiene un muy buen pronóstico cuando se diagnostica a tiempo, muchas personas no saben identificar las señales de alerta”.
El cáncer de vejiga, en cifras
El de vejiga es el noveno cáncer más frecuente del mundo, con más de 614.000 nuevos casos diagnosticados cada año.
En España
- Es el quinto tumor más frecuente en incidencia
- Se espera que en 2025 se diagnostiquen alrededor de 22.500 nuevos casos
- España presenta la mayor incidencia de cáncer de vejiga de la Unión Europea
Edad y pronóstico
- La edad media al diagnóstico ronda los 70 años
- La supervivencia relativa (la supervivencia esperada en la población general del mismo sexo y edad que no tiene la enfermedad) a 5 años en Europa se sitúa en torno al 70%.
Factor de riesgo principal
- En torno al 50% de los casos diagnosticados se atribuyen al consumo de tabaco
Fuente: Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y Agencia Internacional para la investigación en Cáncer de la Organización Mundial de la Salud (OMS)
A diferencia de otros tumores que solo dan la cara en fases avanzadas o que son difíciles de prevenir, el cáncer de vejiga tiene tanto una ventana de prevención como de diagnóstico precoz. “Sabemos que en torno al 50% de los casos se producen como consecuencia del consumo de tabaco, ya que contiene carcinógenos que se eliminan por la orina. Por tanto, se podrían evitar la mitad de estos cánceres”, explica la doctora Aránzazu González del Alba, coordinadora de la Unidad de Tumores Genitourinarios del Hospital Puerta de Hierro de Madrid y presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG).
Y, con respecto al diagnóstico precoz, el cáncer de vejiga suele dar la cara de forma temprana. “Tiene un síntoma muy llamativo, pero que no siempre se interpreta como algo grave: es la hematuria o, lo que es lo mismo, la presencia de sangre en la orina”, explica la doctora. “La gente lo ve, pero muchas veces lo deja pasar”.

“La mayoría de las personas desconocen la relación entre la hematuria y el cáncer de vejiga; suele atribuirse a una piedrita en el riñón o a una infección, y el diagnóstico puede retrasarse durante meses”
Laurent GemenickPresidente de Alianza por el Cáncer de Vejiga en España (CANVES) y paciente de cáncer de vejiga
Así lo corrobora Laurent Gemenick, presidente de la Asociación CANVES (Alianza por el Cáncer de Vejiga en España): “La mayoría de las personas desconocen la relación entre la hematuria y el cáncer de vejiga; suele atribuirse a una piedrita en el riñón o a una infección, y el diagnóstico puede retrasarse durante meses. Hay que darle visibilidad y, también, vencer el pudor”.
Consultar ante la presencia de sangre en la orina “es el primer paso para conseguir que se diagnostique en las primeras etapas, cuando el tumor aún no ha llegado al músculo y la probabilidad de éxito del tratamiento es mucho mayor”, explica el doctor Pérez Fentes. Y no es solo una cuestión de los pacientes, sino también de Atención Primaria y Urología: “No podemos permitirnos que un tumor de vejiga esté meses sin diagnosticar porque se ha confundido con una infección. Necesitamos circuitos de derivación rápida, protocolos claros, más educación sanitaria y formación médica continuada para que ningún síntoma de alarma oncológico pase desapercibido”.
El conocimiento de la enfermedad y de sus síntomas:un vacío importante
Una encuesta de la World Bladder Cancer Patient Coalition (WBCPC), realizada en 2023 entre pacientes de 45 países, muestra el grado de desconocimiento de la enfermedad y de sus síntomas y la necesidad de conseguir un diagnóstico correcto en las primeras consultas.
Bajo conocimiento antes del diagnóstico:
- El 54% de los encuestados no conocía los signos ni síntomas del cáncer de vejiga antes del diagnóstico.
- El 64% desconocía que la sangre visible en la orina (hematuria), el síntoma más común, es una señal de alerta.
Síntomas engañosos:
- El 67% manifestó haber tenido sangre en la orina, pero muchos no buscaron atención inmediata porque no la asociaban con algo grave (34%) o pensaban que se debía a otra causa (36%).
- La hematuria fue descrita como “engañosa” por ser indolora e intermitente, lo que provocó retrasos en la búsqueda de atención.
Desigualdades por género y edad:
- El 20% sintió que sus síntomas no fueron tomados en serio en la primera consulta médica.
- Esta cifra fue mayor en mujeres (31%), personas menores de 55 años (33%) y pacientes con enfermedad avanzada (31%).
Diagnóstico erróneo frecuente:
- El 57% fue diagnosticado inicialmente con otra afección, siendo la más común la infección urinaria (28%).
- Las mujeres fueron las más afectadas: 69% recibieron un diagnóstico inicial erróneo, frente al 45% en hombres.
Fuente: Patient and Carer Experiences with Bladder Cancer, de la World Bladder Cancer Patient Coalition (WBCPC).
Queda pues el trabajo de concienciar sobre esta enfermedad. Es una asignatura pendiente, como demuestra el estudio global WeCare, presentado recientemente y que ha sacado a la luz el desconocimiento que existe sobre el cáncer de vejiga incluso entre los propios pacientes. “Mientras las mujeres acuden a sus revisiones ginecológicas y han dado visibilidad al cáncer de mama o de cérvix, los hombres parecen tener pudor a la hora de ir al urólogo o de hablar de los tumores genitourinarios, expresa Laurent Gemenick. Hay que quitar el estigma y darle su lugar”.

“Es fundamental detectarlo en las primeras etapas, cuando el tumor aún no ha llegado al músculo. No podemos permitirnos que un tumor de vejiga esté meses sin diagnosticar porque se ha confundido con una infección”
Doctor Daniel Pérez Fentes Coordinador nacional del Grupo UroOncología de la Asociación Española de Urología (AEU)
El cáncer avanzado, el gran reto médico
Uno de los grandes retos del cáncer de vejiga es su complejidad biológica y clínica. No todos los tumores son iguales ni evolucionan del mismo modo. “Por eso no hay un único tratamiento estándar que sirva para todos los pacientes. Se necesita un enfoque muy personalizado”, explica el doctor Pérez Fentes. “Hay tumores localizados que pueden tratarse solo con cirugía, otros requieren tratamiento intravesical, y otros, más avanzados, necesitan un abordaje sistémico mucho más complejo”
Estos casos avanzados son el auténtico desafío. Tradicionalmente, explica la doctora González de Alba, “la primera línea de tratamiento para los casos metastásicos o localmente avanzados era la quimioterapia. Y sigue siéndolo en muchos casos. Sin embargo, en la última década ha habido un cambio sustancial gracias a la irrupción de nuevos tratamientos, como las terapias dirigidas, que podrían cambiar la historia de esta enfermedad”.
Clasificación del cáncer de vejiga por estadios
Los estadios permiten a los médicos determinar hasta qué punto se ha desarrollado el cáncer de vejiga y estimar su evolución. Cuanto más temprano se detecta, mejores son las perspectivas.
Según la profundidad y extensión del tumor, el cáncer de vejiga se divide en los siguientes tipos:
Cáncer no músculo invasivo
Las células cancerosas están contenidas en el revestimiento de la vejiga y no han invadido el músculo de la pared. Representa el 75% de los diagnósticos. Los estadios son:
- Estadio 0: Se trata de tumores no invasivos que se localizan exclusivamente en la capa más interna de la vejiga (el urotelio), sin afectar a tejidos más profundos.
- Estadio I: El tumor ha comenzado a penetrar más allá del revestimiento interno, pero aún no ha alcanzado la capa muscular de la vejiga.
Cáncer músculo invasivo
Aparece cuando el cáncer invade el músculo de la pared de la vejiga. Representa el 25- 30% de los diagnósticos. Los estadios son:
- Estadio II: En este punto, el cáncer ya ha invadido la capa muscular. Esto implica un mayor riesgo de diseminación a otras partes del organismo.
- Estadio III: El tumor se extiende más allá del músculo y afecta tejidos cercanos a la vejiga, como pueden ser la próstata en hombres o el útero y la vagina en mujeres.
- Estadio IV: El cáncer ha alcanzado la pared de la pelvis o del abdomen, ha invadido los ganglios linfáticos o ha producido metástasis en órganos distantes del cuerpo.
Fuente: Sociedad Española de Oncología Médica (SEOM) y Alianza por el Cáncer de Vejiga en España (CANVES)
“Las nuevas terapias podrían cambiar el tratamiento del cáncer de vejiga avanzado”, destaca la doctora Aránzazu González del Alba. Además, en los últimos años se han desarrollado terapias dirigidas a dianas moleculares específicas del tumor. “Hoy podemos estudiar el perfil genético del cáncer de cada paciente y detectar alteraciones concretas que podrían hacer que responda mejor a ciertos fármacos específicos”, explica el doctor Pérez Fentes. “Eso nos permite ofrecer tratamientos más personalizados”.

“Estamos en un momento esperanzador. Hay ensayos clínicos en marcha que están explorando combinaciones nuevas y estrategias secuenciales que podrían cambiar el curso de la enfermedad”
Doctora Aránzazu González del Alba Presidenta del Grupo Español de Oncología Genitourinaria (SOGUG)
En este sentido, la doctora González del Alba subraya la importancia de la investigación: “Estamos en un momento esperanzador. Hay ensayos clínicos en marcha que están explorando combinaciones nuevas y estrategias secuenciales que podrían cambiar el curso de la enfermedad. Incluso en pacientes que han progresado a múltiples líneas de tratamiento, se están viendo respuestas duraderas con terapias innovadoras”.
Pero la innovación no es solo cuestión de medicamentos. También lo es de estrategia terapéutica y de trabajo en equipo. “La medicina de precisión no se puede aplicar sin un enfoque multidisciplinar real”, insisten tanto el doctor Pérez Fentes como la doctora González del Alba“. Necesitamos que el diagnóstico anatomopatológico y molecular sea muy preciso, que los servicios de oncología médica, urología y radioterapia estemos perfectamente coordinados. Todo eso redunda en un mejor pronóstico”.