Bruselas eleva a “moderado alto” el riesgo por la propagación del coronavirus

Bruselas saca músculo para combatir los efectos de la epidemia de coronavirus en todos los frentes. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha anunciado este lunes la creación de un gabinete de crisis para responder al reto económico y sanitario que plantea la expansión de la enfermedad por el continente. Cinco comisarios integrarán ese equipo: Stella Kyriakides (Salud), Janez Lenarcic (Gestión de Crisis), Adina Valean (Transporte), Yiva Johansson (Interior) y Paolo Gentiloni (Economía). Todos ellos han...

Bruselas saca músculo para combatir los efectos de la epidemia de coronavirus en todos los frentes. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula Von der Leyen, ha anunciado este lunes la creación de un gabinete de crisis para responder al reto económico y sanitario que plantea la expansión de la enfermedad por el continente. Cinco comisarios integrarán ese equipo: Stella Kyriakides (Salud), Janez Lenarcic (Gestión de Crisis), Adina Valean (Transporte), Yiva Johansson (Interior) y Paolo Gentiloni (Economía). Todos ellos han comparecido junto a la dirigente alemana en el escenario del Centro de Coordinación de la Respuesta a Emergencias, un despliegue poco usual que trata de dar empaque a la voluntad de la Comisión de hacer todo lo que esté en su mano. “El Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC) ha anunciado hoy que el nivel de riesgo ha subido a moderado alto para los ciudadanos de la UE. En otras palabras, el virus continúa extendiéndose”, ha advertido Von der Leyen. En la evaluación anterior, del pasado 23 de febrero, dicho nivel era de “moderado bajo”.

La mayoría de competencias en sanidad y gestión de fronteras corresponden a los socios comunitarios, pero el Ejecutivo europeo busca fórmulas para aliviar el impacto económico del virus tras constatar sus desastrosas consecuencias: en una entrevista con este diario, el comisario de Mercado Interior, Thierry Breton, cifró en 1.000 millones de euros al mes las pérdidas para el sector turístico en enero y febrero teniendo en cuenta únicamente la caída de viajeros procedentes del gigante asiático. Este lunes, ha profundizado en las cifras en una entrevista al canal francés BFMTV: el sector ha dejado de recibir a 250.000 turistas chinos, y de facturar unas dos millones de pernoctaciones en lo que va de año. “La UE está lista para usar todas las herramientas a su alcance para salvaguardar nuestro crecimiento”, ha prometido el titular de Economía, el italiano Gentiloni, sin querer concretar más.

Con más de 2.100 casos detectados en 18 países de la UE, según el último balance del ECDC, los países del viejo continente suponen poco más del 2% de los pacientes globales en una lista liderada por China con casi el 90%. Pero pese a lo bajo del porcentaje, las autoridades se preparan para el peor escenario. Dado el carácter transfronterizo de la crisis, Bruselas trata de erigirse, dentro de sus limitadas competencias, en el epicentro de la coordinación para evitar que los Veintisiete libren la guerra por su cuenta. Preguntados por la disparidad de medidas tomadas por los socios comunitarios —Francia ha prohibido todo evento que implique concentraciones de más de 5.000 personas, mientras que el resto los permite—, la Comisión replica que la situación no es la misma en todos los países. “Hay que distinguir entre coordinar e imponer”, ha diferenciado el responsable de Gestión de Crisis, consciente de que la última palabra la tienen las capitales.

Dos reuniones marcarán el paso de la batalla comunitaria contra la enfermedad. La primera, en el frente económico, llegará el miércoles, cuando el presidente del Eurogrupo, Mário Centeno, ha convocado una conferencia telefónica con todos los ministros de Finanzas de la UE en plena estampida de los inversores de los mercados bursátiles. La segunda, en el flanco sanitario, llegará el viernes, con un cara a cara de los ministros de Salud de los Veintisiete.

Italia, el país más afectado de la UE con casi 1.700 casos de Covid-19 (el 75% de los detectados en Europa, y donde se han producido 35 de las 38 muertes), ya anunció un estímulo de 3.600 millones de euros para relanzar su maltrecha economía. Y juega en Bruselas la carta del impacto del coronavirus para pedir una relajación de los requisitos de déficit que marca el pacto de estabilidad. La demanda ha sido recibida con comprensión por parte de la Comisión Europea. Bruselas entiende que no es momento de aplicar las normas con rigidez, y valora medidas de acompañamiento para los sectores afectados al atisbar que el golpe será mayor de lo esperado en un inicio. “Nuestra previsión de una evolución en forma de V, con una caída y una recuperación muy rápidas, parece que era demasiado optimista”, ha reconocido Gentiloni.

Tres meses después de la toma de posesión de nueva Comisión Europea, el trabajo se acumula en el edificio Berlaymont. La crisis del coronavirus coincide con las trascendentales negociaciones sobre la relación futura con el Reino Unido tras el Brexit, que empiezan este lunes sin apretones de manos entre las partes para evitar contagios, y se superpone además con la amenaza de una nueva crisis migratoria después de que Turquía abriera las fronteras.

Por ahora, más allá de una breve interrupción del tráfico ferroviario por parte de Austria, ningún país ha pulsado el botón nuclear del cierre de las fronteras unilateral dentro del espacio Schengen de libre circulación, una de las grandes preocupaciones de Bruselas. Con los temores lejos de apagarse, las crisis corren el riesgo de solaparse: el Gobierno del populista húngaro Viktor Orbán ha aprovechado para vincular el virus con la llegada de inmigrantes irregulares, y ha decidido suspender las demandas de asilo a los refugiados.