“No podemos financiar nuevas líneas de trabajo”
"Estamos casi en el límite: cubrir los gastos de mantenimiento"
Rosa de Vidania ha recibido casi con un suspiro de alivio el recorte de 424.000 euros, este año, en los presupuestos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), del que es directora. Alivio después de haber sufrido recortes “brutales” en años anteriores. “Pasamos de 43,9 millones de presupuesto en 2009 a 31,1 millones, en 2010, y a 26,4 millones el año pasado. Estamos casi en el límite: cubrir los gastos de mantenimiento de las instalaciones y poder cumplir los compromisos adquiridos en proyectos y contratos”, dice esta bióloga que asumió la dirección del IGME, en el que trabajan medio ...
Rosa de Vidania ha recibido casi con un suspiro de alivio el recorte de 424.000 euros, este año, en los presupuestos del Instituto Geológico y Minero de España (IGME), del que es directora. Alivio después de haber sufrido recortes “brutales” en años anteriores. “Pasamos de 43,9 millones de presupuesto en 2009 a 31,1 millones, en 2010, y a 26,4 millones el año pasado. Estamos casi en el límite: cubrir los gastos de mantenimiento de las instalaciones y poder cumplir los compromisos adquiridos en proyectos y contratos”, dice esta bióloga que asumió la dirección del IGME, en el que trabajan medio millar de personas, a mediados de 2010.
Para Vidania, el problema más grave es el de personal. “Es un drama para los investigadores del programa Ramón y Cajal y los contratados con cargo a proyectos, que cuando los acaban se quedan sin trabajo”, señala. “Y es desmoralizador también para los becarios”, por la falta de perspectivas.
El IGME realiza proyectos de investigación del Plan Nacional, la UE, etcétera. “Pero ya no podemos financiar nuestras actuaciones en infraestructuras ni ninguna iniciativa que nos permita poner en marcha nuevas líneas de trabajo”.
El ámbito de trabajo de este organismo público de investigación es amplio y con características propias: desde estudios de geología, exploración de recursos minerales, sismicidad, geología marina o almacenamiento de CO2 hasta proyectos pegados al uso del territorio, como los riesgos de deslizamientos de tierras o estudios hidrogeológicos para el tendido de líneas de ferrocarril.