Los médicos nigerianos huyen de su país y diezman el sistema sanitario
Seis de cada 10 facultativos en el país africano planean emigrar al extranjero. El Gobierno quiere retenerlos hasta cinco años por ley
Fredrick Adesoji está harto. Médico residente del Hospital Universitario del Estado de Lagos (Nigeria), asegura que él y sus colegas siguen reclamando salarios atrasados del año 2014. Enfadado por la falta de soluciones ante este problema, y en general por los bajos sueldos y el exceso de trabajo, asegura que en breve se convertirá en uno de los muchos doctores que abandonan Nigeria en busca de pastos más verdes en el Reino Unido: seis de cada 10 planean emigrar a algún país extranjero, según la Asociación Nigeriana de Doctores Residentes. No ayuda la mala situación económica de Nigeria, agudizada por el fin de los subsidios al combustible en el mes de mayo. “He completado la documentación para viajar y me iré pronto”, asegura Adesoji. “Me voy porque el Gobierno no está tratando bien a sus trabajadores sanitarios”.
No hay datos actualizados de cuántos facultativos nigerianos se han marchado del país, pero algunos medios locales calculan que fueron más de 9.000 entre los años 2016 y 2018. La mayoría se fueron a trabajar al Reino Unido, a Canadá y a Estados Unidos. En un intento de frenar la salida de trabajadores del sector sanitario como Adesoji, el Gobierno nigeriano ha tomado una decisión radical: pretende modificar la Ley de Médicos y Dentistas y obligar a los profesionales formados en Nigeria a ejercer durante un mínimo de cinco años en el país antes de obtener la licencia completa para ejercer. Ganiyu Johnson, uno de los legisladores que impulsa la norma, declaró en el mes de mayo: “El Gobierno ha invertido mucho en entrenar a estos médicos (...) Qué menos se puede esperar: que devuelvan algo a la sociedad en un periodo de cinco años”.
La queja principal de médicos como Adesoji es que los facultativos están mal remunerados. En 2019, un médico que acaba de empezar su carrera —el perfil que más abandona Nigeria, según la Asociación de Médicos Residentes— cobraba 1,8 millones de nairas (aproximadamente 2.300 euros) al año, de acuerdo con la Comisión Nacional de Salarios, y desde entonces el sector no ha experimentado ninguna subida de sueldo. Las condiciones de la sanidad son algo mejores que las de otras profesiones, como la abogacía, donde los trabajadores ganan de media unos 600.000 nairas anuales, o la contabilidad, con 840.000 nairas, de acuerdo con la misma fuente. Otros motivos de los médicos para abandonar el país son las duras condiciones de trabajo, explica Adesoji. “Tenemos que trabajar más horas debido a la falta de personal y de medios de diagnóstico, o para complementar nuestros ingresos mensuales”, afirma.
Esta falta de médicos la experimentó en sus carnes este mes de julio Seyi Oladuni, una funcionaria pública nigeriana que acudió al hospital general de Badore, en el Estado de Lagos, para someterse a una intervención quirúrgica. Primero tuvo que hacer cola durante más de dos horas. Le habían diagnosticado apendicitis, recuerda, y debía ser operada ese mismo mes. Sin embargo, la actividad en el hospital estaba en su mínima expresión debido a la falta de personal. Cuando finalmente la operaron, en agosto, dos de sus familiares tuvieron que ejercer de enfermeras para asistir al cirujano durante la operación, y ejercer también de cuidadoras en el posoperatorio, asegura. “El médico responsable les encargó que me administraran medicamentos hasta que me dieron el alta, porque la mayoría de las enfermeras de los hospitales han dimitido y están dispuestas a trasladarse al extranjero”, recuerda.
Mientras los médicos se marchan, este país de África occidental necesitaría 363.000 doctores para atender a sus más de 200 millones de habitantes, según el presidente de la Asociación Médica de Nigeria (NMA), Uche Rowland, pero hoy solo cuenta con aproximadamente 24.000 licenciados en Medicina. Esta situación se traduce en una pesada carga de trabajo para muchos facultativos. Actualmente Nigeria cuenta con un médico por cada 8.300 pacientes, mientras que la media mundial es de un médico por cada 254 habitantes, según datos del Banco Mundial. El país africano tiene un índice de cobertura sanitaria universal inferior a 55, siendo 100 una cobertura sanitaria pública total de la población. “Hemos perdido a muchos médicos por irse a trabajar a otros países, pero no se contratan sustitutos. Los doctores presentan su dimisión casi todos los meses, y los que se quedan tienen exceso de trabajo y no reciben atención”, se queja Alfa Yusuf, portavoz de los médicos residentes en Nigeria.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) alertó en un informe en el mes de marzo de que para 2030 habrá una escasez mundial de 10 millones de trabajadores sanitarios y asistenciales. La carencia afectará sobre todo a países de renta baja, como Nigeria, por la marcha de trabajadores al extranjero en busca de oportunidades. La OMS hizo pública en 2021, y renovó en 2023, una recomendación para que los países ricos no roben personal sanitario de 55 países vulnerables (entre ellos Nigeria) con escasez de personal. “Los trabajadores sanitarios son la columna vertebral de todo sistema de salud, y sin embargo, 55 países con algunos de los sistemas de salud más frágiles del mundo no tienen suficientes. Muchos están perdiendo a sus trabajadores sanitarios a causa de la migración internacional”, lamentó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director general de la OMS, en una nota de prensa en marzo.
Huelga de tres semanas
Otra paciente, Muna Salami, lamenta también el largo tiempo de espera en el hospital general de Kubwa, en Abuya, la capital de Nigeria. El 25 de agosto, estuvo en la sala de espera del hospital durante seis horas antes de poder ver a un médico. “No había doctores suficientes para atender a los enfermos y por eso algunas personas prefieren automedicarse a venir al hospital. Incluso en momentos de emergencia, apenas se consigue una atención rápida”, critica. “Hay muchas cosas que no funcionan en nuestro sistema sanitario”.
Mientras la situación de la sanidad pública se tambalea, Gobierno y trabajadores de la salud mantienen repetidas disputas por asuntos relacionados con el bienestar de los trabajadores y el déficit de infraestructuras en el sector de la salud. En agosto, médicos de todo el país protagonizaron una huelga de tres semanas para pedir un aumento de sueldo que les permita afrontar la subida del coste de vida en Nigeria.
El portavoz de los médicos residentes en Nigeria, Alfa Yusuf, no le da mucha importancia al posible cambio legislativo que obligaría a permanecer en Nigeria durante cinco años. “Los médicos seguiremos marchándonos si no se cuida nuestro bienestar”, advierte. Miembros de la Asociación de Estudiantes de Medicina de Nigeria (NiMSA) argumentan, incluso, que la ley propuesta atenta contra los derechos de sus colegas recién titulados. El grupo afirma que el proyecto de ley es antipatriótico e inoportuno, y que vulnera los derechos humanos fundamentales de los médicos consagrados en la Constitución de Nigeria.
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