Una izquierda adolescente

Esta semana, Podemos se ha separado de Sumar. No creo que la causa primera sea tanto la de los criterios sociopolíticos que defienden como la orgullosa forma de hacerlo. Ojalá sirviera de aviso a navegantes. Se trata de un defecto que viene de serie, incorporado a la especie humana. La izquierda, imitando a cierta derecha, está reproduciendo el paleto estilo guerracivilista sin percatarse de que fue la división interna la causa del destino final del bando perdedor. Está instalada l...

Esta semana, Podemos se ha separado de Sumar. No creo que la causa primera sea tanto la de los criterios sociopolíticos que defienden como la orgullosa forma de hacerlo. Ojalá sirviera de aviso a navegantes. Se trata de un defecto que viene de serie, incorporado a la especie humana. La izquierda, imitando a cierta derecha, está reproduciendo el paleto estilo guerracivilista sin percatarse de que fue la división interna la causa del destino final del bando perdedor. Está instalada la creencia de que los argumentos hay que defenderlos con ímpetu autoritario. La lucha de clases se interpreta como literal lucha dialéctica, sin gestos de dudas ni consensos ni diplomacia, a cara de perro, con rencor y amargura de carácter. Resulta patético. Fromm diría que todo ello lo alienta cierto grado de sadomasoquismo patológico. Es el orgullo, la pretensión de ser más de lo que se es, la vulgar chulería y toda esa chatarra que Foucault llamó microfísica del poder que deviene en dictadura y nos acompaña desde el paleolítico más ancestral.

Andrés Crespo Rico. San Sebastián

El mundo no ha cambiado

El desarrollo político, económico y social desde que en 1948 se proclamó la Declaración Universal de los Derechos Humanos no ha evitado que sigamos asistiendo a un mundo inseguro y bélico tanto o más que aquel 10 de diciembre. El progreso tecnológico ha conseguido que veamos en directo bombardeos en Ucrania o que asistamos impasibles a la masacre de un pueblo en Palestina, sin que la llamada comunidad internacional pueda impedirlo. El flagrante incumplimiento del derecho internacional pone los pelos de punta solo de pensar en 75 años más. Refugiados en el Sahel, Yemen, Siria, el Sáhara, etcétera. Los derechos se eliminan y los deberes se acumulan.

Rubén Bejarano. Leganés (Madrid)

Frenar la violencia

Quizá las normas penales no sean suficientes para frenar la violencia sobre las mujeres. Queda demostrado que la ley tiene un escaso efecto disuasorio, ya que solo interviene cuando el delito es una realidad o, en el mejor de los casos, cuando se trata de una simple tentativa. Por eso, creo que, más que al castigo, es necesario destinar los esfuerzos al aprendizaje del control de los impulsos violentos que algunos hombres dirigen contra las mujeres, y aquí es donde la psicología y otras ramas que estudian el comportamiento humano pueden formar parte de una posible respuesta.

José Luis Garrido García. Valladolid

El abismo del olvido

Leyendo en Babelia el comentario de Álvaro Pons sobre el cómic de Paco Roca El abismo del olvido, que trata de la exhumación de las víctimas del franquismo, les cuento la reacción del público cuando acabó la película El maestro que prometió el mar, de Patricia Font, también dedicada a la Guerra Civil. Todos los espectadores éramos de la tercera —o de la cuarta— edad, era martes, día del mayor. Cuando acabó la película, sonó un aplauso unánime en toda la sala, y mi reflexión fue pensar si este aplauso se hubiese producido también si el público hubiese sido más joven, hasta 50 años. Aquí está el abismo del olvido. Una formación carente de la historia reciente conduce a una ignorancia total sobre este tema.

José Todolí de Mora. Madrid