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Opinión
Columna
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Unión Aduanera: ¿El futuro de Norteamérica?

Si la región pretende ser más competitiva frente a la reconfiguración mundial es claro que debemos avanzar en el diseño de una mayor integración

Autos eléctricos chinos en el Puerto de Tacoma, en Washington, en abril de 2018.
Autos eléctricos chinos en el Puerto de Tacoma, en Washington, en abril de 2018.Ted S. Warren (AP)

El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, amenazó la semana pasada con imponer aranceles a todos los productos provenientes de México y Canadá desde el primer día de su gestión en caso de que no haya avances y cooperación en los temas relativos a los flujos migratorios y de tráfico de fentanilo hacia su país. Más allá de la credibilidad de dicha amenaza, llama la atención que implicara en esto a sus dos países vecinos, que son al mismo tiempo sus socios comerciales y estratégicos. De alguna manera el mensaje sorprende porque parecería ir en la dirección contraria a lo que requiere la región norteamericana para poder competir con éxito en el mundo del Siglo XXI: la zona requiere más, no menos integración económica y comercial.

Si la región en su conjunto pretende ser más competitiva frente a la reconfiguración mundial que ha estado teniendo lugar en los últimos años es claro que debemos avanzar en el diseño de una región más integrada, que se beneficie de las complementariedades existentes entre las tres economías de Norteamérica en materia de estructura poblacional, capital físico, financiero y humano, recursos naturales, capacidades tecnológicas, infraestructura, redes de innovación, etc. Por ello, quizá sea necesario comenzar a discutir en qué forma podrían colaborar los tres países para transitar hacia un esquema de integración más avanzada.

El paso natural en el proceso de integración regional sería transitar del acuerdo comercial y de inversión que hoy tenemos hacia lo que se conoce como una Unión Aduanera. En este esquema, la región no sólo permite el libre comercio a su interior, sino que se consolida como un bloque frente al resto de los países y regiones, a los cuales les impone aranceles, normas y procedimientos comunes. Un paso de esta naturaleza implicaría avanzar en el proceso de integración en varias dimensiones, ya que esto nos llevaría a adoptar políticas comunes que hoy en día no tenemos. También implicaría homologar y homogeneizar nuestros sistemas aduaneros y otras políticas y procedimientos.

Si bien es cierto que transitar hacia una Unión Aduanera podría tomar mucho tiempo de negociación y transición, también es posible imaginar que podríamos avanzar paulatinamente en esa dirección si comenzáramos a adoptar algunas políticas comunes que le convengan a la región en su conjunto y que sean de relativamente fácil implementación. Yo veo al menos tres áreas en las que los países de América del Norte podrían establecer en forma inmediata políticas comunes en beneficio de la industria y del desarrollo de la región. Todas ellas tienen que ver con la búsqueda de promover relaciones comerciales menos inequitativas y de fortalecer al aparato industrial de la región en su conjunto. Estas áreas son las siguientes:

Considero que avanzar en acuerdos trilaterales entre México, Canadá y Estados Unidos en estas tres dimensiones podría ser algo perfectamente factible en el corto plazo. Acuerdos de este tipo beneficiarían y protegerían a las industrias automotriz, acerera y textil de toda la región en su conjunto y podrían ser los primeros pasos hacia una mayor integración norteamericana. Necesitamos más y mejor integración, no menos. Los aranceles entre los países de Norteamérica deben ser cosa del pasado.

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