El ‘gaslighting’ de Sheinbaum contra las mujeres
La candidata presidencial recurre a una manipulación que consiste en utilizar su posición de poder para hacerte dudar de algo de lo que estabas seguro
Tú tienes certeza sobre algo, pero alguien con más poder que tú te dice que no es cierto haciéndote dudar de la realidad. Para quien no lo sepa, eso es el gaslighting [luz de gas, en español], término que se usa para describir este tipo de manipulación que ocurre comúnmente en relaciones de pareja pero que también vemos frecuentemente en las y los políticos.
El gaslighting de Claudia Sheinbaum es particularmente relevante porque tiene altas posibilidades de ser la próxima presidenta del México. Ella sabe que el voto de las mujeres es crucial para ganar; para obtenerlo ha inflando cifras de “éxitos obtenidos” y ha ocultado o simplemente negado los fracasos.
En el reciente debate presidencial, la candidata borró con una frase a muchas mujeres víctimas de feminicidio cuando dijo que, a nivel nacional, la cifra de feminicidios ha bajado en un 42%. En 2018 el número de víctimas, según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, fue de 919 víctimas y en 2023 se registraron 850. Ello significa una reducción del 7,5%, muy lejos de la cifra presumida. Pero… ¿Qué importa que sea verdad? El debate lo vieron 11,8 millones de personas y la mayoría lo creerán.
El tema de los feminicidios no es el único caso en el que la candidata presidencial nos ha hecho luz de gas. Inició desde su toma de protesta cuando anunció la desaparición definitiva del cuerpo de granaderos. “La policía está para cuidar al pueblo, no para reprimirlo”, nos dijo en ese momento. Quienes vivimos en la Ciudad sabemos que siguen existiendo aunque les haya cambiado el nombre.
Además, la represión continuó particularmente contra las mujeres con el uso de gas extintor y gas lacrimógeno en diversas protestas feministas durante su Gobierno. Pese a que muchas lo vivimos, existan un sinfín de videos que lo constatan y medios que lo difundieron, Sheinbaum públicamente negó la represión y el uso del gas. ¿Su apuesta? Que las mujeres del resto del país, las que no viven en la Ciudad, las que no lo vivieron, le crean a ella y no a nosotras.
Otro ejemplo: en 2021, el Frente Amplio de Mujeres que Luchan tomó la ex Glorieta de Colón en Avenida Reforma como protesta pacífica y resistencia constante frente a todas las formas de violencia que viven las mujeres en la Ciudad y en el país. Colocaron ahí un tendedero de denuncias junto a la antimonumenta, una figura de la mujer Justicia representada de color morado con el puño en alto, y renombraron el lugar como la “Glorieta de las Mujeres que Luchan”.
En respuesta, la entonces Jefa de Gobierno intentó invisibilizarlas proponiendo reubicarlas para que no ocuparan ese espacio simbólico y enormemente transitado. Ellas se negaron y fueron hostigadas. Según sus propios dichos, fue personal de la Fiscalía local, encabezada en ese entonces por Ernestina Godoy, quienes las amenazaron diciéndoles que si no abandonaban la Glorieta sus denuncias penales no avanzarían.
No funcionó, entonces decidió llamarlas “clasistas y racistas” por obstaculizar que se instalara justo ahí la escultura de “La joven Amajac”. Ellas resistieron y siguen resistiendo.
Pero quizá el dato más relevante que no presume la candidata es el aumento del 148% de incidencia en los delitos contra la libertad y la seguridad sexual en la Ciudad de México durante su gestión. En 2018, las cifras oficiales reportaron 4.445 de estos delitos, contra 11.025 que se reportaron en 2023. Esta alza se puede explicar por dos razones: las mujeres denuncian más o está creciendo de manera importante la incidencia de estos delitos. Lo más probable es que sean ambas.
Sin embargo, la candidata presidencial se niega a comprender la desesperación y el enojo de las mujeres de la Ciudad que hemos sido ignoradas en nuestras luchas. Nos ha dejado claro que prefiere votos que personas.
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