Un debate sin ‘debate’: el último cara a cara presidencial renuncia a las interpelaciones directas entre candidatos

Los tres candidatos presidenciales han conseguido que el Instituto Nacional Electoral (INE) renuncie a la escaleta que ya se había aprobado para el encuentro y prescinda de las interpelaciones directas entre los tres adversarios políticos, Claudia Sheinbaum, Xóchitl Gálvez y Jorge Álvarez Máynez. La parte del debate más dinámica, en la que los aspirantes a la Presidencia pueden discutir entre ellos libremente, ha sido sustituida por unas preguntas enlatadas. En el espacio previsto para eso, los moderadores leerán unas preguntas que cada candidato contestará sin más.

El formato vuelve a tener aires de concurso televisivo. En el primero, celebrado el 8 de abril, a los líderes de las distintas formaciones se les hacía elegir entre tres sobres cerrados, A, B y C, de donde se extraía una pregunta. Las críticas a lo encorsetado del modelo dio paso a algunos cambios, se prescindió de ese formato azaroso por uno más vivaz y propicio para la discusión abierta, pero las presiones políticas en las que coinciden los tres contendientes han abocado a nuevos cambios para el tercer encuentro, que se celebrará en el centro cultural universitario Tlatelolco el 19 de mayo a las ocho de la tarde. Los equipos de campaña entregarán 15 preguntas cada uno en sobre cerrado y será los moderadores quienes seleccionen algunas para plantearlas a los debatientes.

Portavoces de las candidaturas consideran que de este modo el esquema será más “dinámico” y permitirá centrarse en las preguntas concretas que se formulen, algo que no puede garantizar nadie, por otro lado, porque no suele ocurrir. Opinan también que el segundo debate no permitió el intercambio de mensajes entre ellos.

En esta ocasión los temas a tratar serán Inseguridad y Crimen Organizado, Migración y Política Exterior, Democracia y División de Poderes, y Asuntos Sociales. Los moderadores para este tercer y último encuentro serán Luisa Cantú, Javier Solórzano y Elena Arcila. El PAN trató de recusar a la primera al considerar que no era imparcial para abordar un encuentro de estas características, en base a anteriores opiniones de la periodista en medios de comunicación que, entendían, iban en contra de la candidata Gálvez. El INE no ha admitido esta petición y Cantú se mantiene.

Los candidatos tendrán 30 segundos para presentarse al incio del debate y un minuto al final para exponer sus conclusiones, una ronda que cerrará Claudia Sheinbaum.

Los dos debates precedentes han estado marcados por las críticas que señalaban la rigidez de un formato que impede un intercambio abierto de posiciones entre los aspirantes así como problemas con los cronómetros que miden las intervenciones y que, aun funcionando correctamente, tampoco facilitan un diálogo fluido. Los dos encuentros adquieren de ese modo un tono a veces deslavazado, donde cada quien expone sus asuntos sin atender a lo que diga el otro, incluso sin responder con concreción a las preguntas que se formulan. Los tiempos que marca el reloj no siempre se obedecen porque los candidatos se quedan cortos en su explicación y utilizan el tiempo del siguiente turno para remachar lo anterior, aunque ya el asunto a tratar haya cambiado. De modo que el encuentro discurre en ocasiones sin orden sobre la escaleta de temas e intervenciones prevista.

En esa ocasión el formato cambiará, pero nada hace prever que sirva para ordenar el debate. En todo caso, no habrá un cara a cara que permita medir la solvencia de los candidatos cuando son interpelados por sus contrincantes.

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