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Gabriel Yorio: “El mercado entiende que el Gobierno mexicano está atrás de Pemex”

El subsecretario de Hacienda defiende los desembolsos millonarios que ha hecho la Administración de López Obrador para reflotar las finanzas de la petrolera estatal

El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, en Palacio Nacional.
El subsecretario de Hacienda, Gabriel Yorio, en Palacio Nacional.Nayeli Cruz
Karina Suárez

En la última milla de su mandato, el presidente, Andrés Manuel López Obrador, ha pisado el acelerador con miras a concluir sus obras emblema, adquirir activos, reflotar a las paraestatales energéticas —CFE y Pemex— y llevar ante el Congreso dos ambiciosas reformas, una de pensiones y otra al salario mínimo. Detrás de estos proyectos, en el cuartel de guerra de la Secretaría de Hacienda, el subsecretario Gabriel Yorio (Papantla, 48 años) ha sido pieza clave en el andamiaje financiero de estos planes: desde la compra de 13 plantas eléctricas a la española Iberdrola, pasando por las capitalizaciones y apoyos fiscales a Petróleos Mexicanos (Pemex), así como los refinanciamientos de deuda que debe saldar el Gobierno federal en el corto plazo.

Egresado en Economía por el Tecnológico de Monterrey, con una maestría en Economía por el Colegio de México (Colmex) y otra en Gestión de Políticas Públicas por la Universidad de Georgetown, Yorio es minucioso en sus explicaciones y cuidadoso en sus frases. Frente a los temores que prevén los analistas por el déficit público en México y por la dependencia de Pemex de los apoyos estatales, el subsecretario responde con confianza sobre el desempeño económico y descarta que estas decisiones comprometan la estabilidad financiera del próximo Gobierno.

Pregunta. ¿A la Secretaría de Hacienda le preocupa el déficit público del 4,9% del PIB?

Respuesta. Este año establecimos un déficit más alto, pero tiene varias razones. Después del covid, estamos viviendo varios choques inflacionarios, el precio del petróleo se ha movido, el tipo de cambio se ha apreciado y el tipo de interés ha subido y estos elementos generan presiones en el costo financiero. Esto nos permite subir el déficit y compensar esos movimientos. El segundo elemento tiene que ver con asegurar el gasto de las obras de infraestructura que no se realizó en 2023.

P. ¿Cuáles son los principales pendientes en obra pública?

R. Ese detalle no lo tengo, pero, por ejemplo, hubo un subejercicio de gasto en el 2023, sobre todo en el Tren Maya que tenemos que asegurar que esté garantizado en 2024. Y luego, hay una línea presupuestal que no existía para Pemex. Esta es la primera vez que incluimos en el presupuesto una transferencia para pagar la deuda de Pemex y que va a estar dedicada a pagar las amortizaciones de deuda, que son 145.000 millones de pesos. Adicionalmente, le bajamos el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) al 30% y eso les da otros 70.000 millones de pesos. Con estos apoyos, en conjunto, se cubre el 100% de las amortizaciones de deuda de mercado de Pemex en 2024.

P. ¿Por qué esta es la primera vez que se asigna una línea presupuestal para Pemex, si desde hace años la petrolera tiene problemas financieros?

R. Confluyen varios factores. Pemex está pagando 500 puntos base de deuda arriba del costo con que se financia el Gobierno federal y eso hace que la deuda sea muy cara si fuera al mercado, por eso por primera vez incluimos esta línea presupuestal.

P. ¿Esta línea presupuestal a favor de Pemex no compromete el gasto público?

R. No, porque no suspendimos un gasto para darle ese gasto a Pemex, esa es la razón por la cual se sube un poco el déficit. No estamos sacrificando otro gasto.

Mientras haya un ambiente de tasas altas vamos a estarnos financiando caro. Sin embargo, nuestras colocaciones ahora son más baratas; la que hicimos en el pasado enero, en dólares y en euros, salió por debajo de las del año previo. La colocación en dólares fue histórica en demanda, es la primera vez que alcanzamos una demanda de cerca de 21.000 millones de dólares. Hay mucho apetito por México. México se está distinguiendo del resto de las economías emergentes por la estabilidad económica, las perspectivas de crecimiento y un nivel de endeudamiento muy bajo comparado con las economías emergentes tras la pandemia de covid-19.

P. Y sin embargo, el techo de la deuda en México creció este año…

R. Hay un déficit estructural histórico. México nunca ha tenido un superávit presupuestal y esta diferencia siempre se ha cubierto con deuda de mercado. Lo importante es medir la deuda como porcentaje del Producto Interno Bruto (PIB), contra el tamaño de la economía, y la deuda está por debajo del 50% del PIB y, además, está decreciendo.

P. ¿En qué nivel prevé que concluya el nivel de deuda este año?

R. La proyección fiscal del programa económico 2024 está en línea con un endeudamiento de 48,8%.

P. ¿No anticipa un ajuste al alza derivado de las particularidades de este año, un año electoral?

R. No, porque hay techos de endeudamiento; no podemos rebasar ese techo. En 2023, la deuda aprobada fue del 48%, sin embargo, quedamos en 46,8%. Como creció más la economía, la deuda como porcentaje del PIB sigue estando en una senda decreciente. Es muy probable que la deuda pudiese cerrar 2024 debajo de la propuesta de 48,8% que llevamos al Congreso. Ahora, este nivel de endeudamiento es muy bajo comparado con cualquier otro país y hemos venido privilegiando la deuda interna para no estar expuestos a movimientos de tipo de cambio que pueden generar que la deuda se suba por efecto de valuación

P. ¿Prevé más colocaciones en dólares o euros en lo que resta del año?

R. No, probablemente con esto cerramos las operaciones internacionales. Nos falta un mercado, usualmente, cada dos años vamos al mercado samurái en Japón, es un mercado que estamos explorando, pero no lo anticipo de momento.

P. En el sector energético llamó mucho la atención la exención fiscal hecha a Pemex, ¿prevé que estas medidas se extiendan a más meses?

R. Pemex tiene presiones en su flujo de caja, uno de los temas es su deuda de proveedores. Con la línea presupuestal y la reducción del DUC aseguramos que el 100% de las amortizaciones de la deuda de mercado este año estén pagadas, pero hay que ayudarle con el manejo de tesorería para que puedan enfrentar las deudas por pagar. Cuando les suspendemos el DUC o les permitimos retrasar el pago para nosotros es un manejo de caja conjunto para dejarle esa liquidez a Pemex y que pueda cumplir con sus obligaciones.

P. La última decisión no fue un aplazamiento en el pago de impuestos, fue una exención.

R. Se exentaron los meses de octubre, noviembre, diciembre de 2023 y enero de 2024. Los ingresos del año pasado ya no se efectuaron y aun así cerramos muy bien. Teníamos margen para poder hacerlo, porque de lo contrario tenían que pagarlo en 2024 y seguirían con esa presión sobre el flujo de su caja.

P. ¿Por qué el perdón fiscal se mantuvo hasta enero de 2024?

R. Ese sí va a generar una pequeña desviación por el lado de los ingresos en 2024, pero no en la cantidad de todo el decreto. Pemex necesita liquidez y se decidió darle esa exención.

P. ¿Hacienda prevé ayudas similares a Pemex para el resto de este año?

R. No sé, no tengo los elementos para decir sí o no, se va a tener que ir evaluando conforme la evolución de los ingresos, de los gastos. Creo que hay un elemento importante a favor de Pemex este año que es el precio del petróleo. El precio del petróleo en el presupuesto quedó por debajo del precio de mercado, que estamos observando el día de hoy, eso significa ingresos excedentes para la empresa. El precio del petróleo hoy ronda los 71,72 dólares por barril y el precio que nos arrojó la fórmula fue de 50,52 dólares.

P. ¿Pemex podría ser una bomba de tiempo para el próximo Gobierno?

R. No veo que Pemex sea una bomba de tiempo. Con la línea presupuestal para Pemex hemos disminuido considerablemente el riesgo de que Pemex no pudiera refinanciar o pagar su deuda. Lo que el mercado está leyendo es una garantía implícita de que el Gobierno federal está atrás de Pemex. Hay estrategias muy claras que se van a poder seguir y va a depender de lo que decida la siguiente Administración.

P. Hasta ahora las calificadoras asignan un grado estable a la deuda soberana de México, ¿prevé un ajuste de esta evaluación en este año electoral?

R. Yo no creo que vaya a haber un ajuste en la calificación de México porque las finanzas están en línea con lo que se ha aprobado y que se les ha planteado a las calificadoras desde el inicio. La principal regla financiera con las calificadoras es que la deuda iba a esta abajo del 50%, este compromiso fuerte también lo están viendo los inversionistas y por eso es por lo que el peso se ve bastante fuerte, la economía está creciendo, eso está generando una muy buena percepción de nuestra economía y de nuestro país.

P. ¿Cómo se está preparando Hacienda para el cambio de Administración?

R. Nos quedan siete meses. Pasadas las elecciones, la Secretaría de Hacienda tendrá que recoger parte importante de los insumos del nuevo equipo de transición para plantear eso en el presupuesto que seguro ya armará la siguiente Administración.

En la parte financiera lo que hemos venido haciendo es refinanciar toda la deuda que se pueda, para 2025 ya redujimos un 70% de las amortizaciones de la deuda de mercado, nos falta todavía el 30% pero lo podemos refinanciar en los siguientes meses, y es muy probable que vamos a entrar a un ciclo de ajuste de tasas a la baja, entonces va a haber oportunidades de refinanciamiento más baratas y podríamos reducir por completo los vencimientos de mercado para 2025. Esto significa que la nueva Administración no tendría que levantarte deuda para refinanciar la deuda. Seguro van a tener que levantar deuda para financiar el presupuesto, pero ya con una tasa mucho mejor y sin la presión de los pagos de deuda del 2025 y si vemos oportunidades, probablemente, quisiéramos también hacer algún tipo de refinanciamientos con los vencimientos del 2026 de tal manera que en los dos primeros años de la Administración no tengan presiones de refinanciación.

P. ¿Cuándo anticipa que comenzará en México la reducción de tasas?

R. Es muy peligroso para mí decir algo porque participo en la junta de Gobierno del Banco de México, el mercado está leyendo un ajuste en marzo y ya estamos a pocas semanas de la próxima reunión.

P. ¿Cuál es el avance del fondo semilla que sustentará la reforma de pensiones en caso de que sea aprobada por el Congreso?

R. El presidente López Obrador ha pedido que el fondo semilla esté implementado el 1 de mayo. El fondo semilla es un mecanismo donde se va a captar ahorro presupuestario, por ejemplo, ya no vamos a viajar, o muy poco, así como de alguna recuperación de activos que viene del Instituto para Devolverle al Pueblo lo Robado. Todos esos flujos de ahorros se van a depositar en el fondo y va a ser un mecanismo de prefondeo para asegurar la pensión a la población que no alcanzó a poder cubrir un retiro con la reforma de 1997.

P. Una de las críticas más recurrentes es que el fondo por 64.619 millones de pesos será insuficiente para sostener una reforma de este calado, ¿qué responde a estos señalamientos?

R. La respuesta más sencilla es que están mal, no lo están analizando como debe ser. Hay que recordar que esta reforma va enfocada a la generación que a partir del 1997 empieza a cotizar. Esta generación actualmente tiene tasas de reemplazo muy bajas, es decir, cuando salga al retiro su tasa de reemplazo será del 40% de su salario y esa presión va a empezar a crecer a partir del 2027 porque se empezarán a jubilar. Yo creo que el presidente está tomando una acción adelantada diciendo ‘ahorremos’ porque va a tocar al Gobierno aportar a partir de 2027. A partir de 2024, lo que se va a ir generando son ahorros presupuestarios que se van a ir capturando en el en el fondo semilla.

Para cubrir los siguientes 10 años de pensiones de esa generación se necesitan cerca de 130.000 millones de pesos y el fondo semilla va a nacer con 67.000 millones de pesos, es decir, casi la mitad del fondo semilla. Entiendo la preocupación porque lo ven como como contribuciones tripartitas para asegurar el 100% de tasas de reemplazo para una población muy grande, pero en realidad está muy acotada a la generación de 1997. Ese prefondeo va a alcanzar para cubrir 10 años y la propuesta que está haciendo el presidente es que el Gobierno cubra ese periodo y después se tiene que encontrar un mecanismo tripartita. El fondo semilla es un mecanismo presupuestario transitorio.

P. Entonces bajo su óptica, sí es viable la reforma de pensiones...

R. Es viable y más si se prefondea. Este es un fondo presupuestal que va a aminorar la presión cuando se llegue después a un esquema tripartita.

P. Todas estas reformas son muy plausibles, sin embargo, ¿prevé que la aplicación de las mismas conlleve a una reforma fiscal en el próximo Gobierno?

R. Va a depender de las adecuaciones que la siguiente Administración quiera hacer a la estructura fiscal del país. Yo creo que hay varios caminos, usualmente, el camino que ven casi todos los analistas es como una reforma fiscal que incrementa impuestos. Nosotros no compartimos esa visión porque somos un país que cobra las mismas tasas de impuestos que Brasil y que Chile y, aun así, estos países son más eficientes recaudando. Por eso no vemos una reforma fiscal que sea subir las tasas, con esa visión no concordamos en la actual Administración. Yo creo que la siguiente Administración puede explorar medidas de eficiencia que puedan ampliar la base de recaudación, hay mucho contrabando, hay fugas de recaudación que se tienen que arreglar. Se necesita una reforma de cuarta generación, por el lado tecnológico, que es cruce de base de datos, identificar a las empresas que pudieran estar evadiendo impuestos o el contrabando que pudiera estar entrando, antes de considerar subir las tasas.

P. ¿Qué hará Gabriel Yorio después del 1 de octubre?

R. Primero hay que llegar a septiembre, el presidente me ha pedido ser el subsecretario de Hacienda hasta septiembre, ya se verá después, ahorita hay que cerrar bien el año fiscal.

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Sobre la firma

Karina Suárez
Es corresponsal de EL PAÍS en América, principalmente en temas de economía y sociedad. Antes trabajó en Grupo Reforma. Es licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y Máster de periodismo de EL PAÍS.
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