El Gobierno de López Obrador perdona cuatro meses de impuestos a Pemex

Petróleos Mexicanos recibe un nuevo balón de oxígeno fiscal por parte del Gobierno de López Obrador. A días de que la calificadora Moody´s rebajara la calificación de la petrolera estatal de B3 a B1, el Ejecutivo ha eximido a la paraestatal del pago de una serie de impuestos durante los próximos cuatro meses. A través de un decreto publicado este martes, la Administración federal ha dado a conocer que ha condonado a Pemex del pago de ciertos gravámenes que debía pagar desde octubre del año pasado a enero de 2024.

En el decreto, el Ejecutivo refiere que la petrolera no deberá pagar el Derecho de Utilidad Compartida (DUC) sobre sus ingresos brutos por venta de crudo y gas, así como de otro impuesto por derecho de extracción de hidrocarburos de los últimos cuatro meses. De acuerdo con el cálculo de Bloomberg, la condonación fiscal equivale a 4.100 millones de dólares.

La agencia crediticia Moody’s rebajó este fin de semana la calificación de Petróleos Mexicanos a B3 desde B1, lo que pudiera elevar las tasas de interés de la petrolera en los mercados globales. Con esta nueva evaluación, Pemex está solo a un paso de caer en la “especulación de alto riesgo”. La calificadora concluyó que la paraestatal enfrentará mayores riesgos de negocio al ampliar su capacidad de refinación y al tratar de incrementar su producción.

El Gobierno argumentó en su decreto que la exención de impuestos a Pemex es congruente con el plan de rescate del sector energético y de Petróleos Mexicanos para que la paraestatal vuelva a ser una palanca de desarrollo nacional. “El nivel de precios en el ramo de los hidrocarburos a nivel internacional ha generado afectaciones en el desempeño operativo Pemex”, refiere el Ejecutivo en el decreto.

Esta nueva ayuda de la Administración federal da un tiempo de gracia a la petrolera más endeudada del mundo. La deuda financiera total de la paraestatal asciende a 106.000 millones de dólares. Solo este año, los pagos programados ascienden a 11.000 millones de dólares. Los pasivos de la paraestatal siguen creciendo, mientras la producción de crudo se ha estancado en 1,8 millones de barriles diarios, lejos de los 2,4 millones de barriles que prometió el Ejecutivo al comienzo de su mandato.

Desde el inicio de su mandato, el presidente López Obrador tiene como bandera el rescate de las empresas paraestatales Pemex y la CFE. En esta Administración, esta condición cambió la tasa aplicable del principal pago que le hace Pemex a Hacienda, que es el Derecho de Utilidad Compartida, el DUC, ha disminuido en más de la mitad, pasando del 65% que estaba en 2019 al 30% este año.

Carlos Capistrán, economista en jefe para México y Canadá de Bank of America (BofA), reconoció que la deuda de Pemex supone el riesgo fiscal más importante de este Gobierno y, posiblemente, de la próxima Administración debido a las transferencias directas de dinero que tendrán un efecto en las finanzas públicas: “El riesgo que corre el Gobierno es que Pemex lo arrastre y el Gobierno federal también empiece a bajar su calificación”, declaró el especialista en conferencia de prensa este martes. La calificación soberana de México por parte de Moody´s es de Baa2 con perspectiva estable, mientas que Fitch Ratings ha situado al país en BBB- con perspectiva estable.

“El Gobierno federal continúa mandándole dinero a Pemex, le bajaron la tasa de regalías y la idea con esa capitalización es para que Pemex pudiera pagar las amortizaciones que tiene este año y le están dando un crédito fiscal por todas las regalías del cuarto trimestre de 2023″, refirió. De acuerdo con el especialista, para este año el déficit de la economía mexicana será del 5,4%

Capistrán explicó que las capitalizaciones este año a Pemex, al menos ya están acotadas en el presupuesto, por lo que los análisis de los cuarteles financieros tienen la mira ya en lo que podrá suceder en la próxima Administración federal. Las calificadoras van a observar qué ocurre el próximo año, según la Ley de Responsabilidad Hacendaria y si el próximo presidente de México y el nuevo Congreso deciden no hacer un ajuste fiscal y continúan con el nivel de déficit fiscal de este año.

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