El Gobierno eleva su respaldo a Pemex con una exención de más 5.800 millones de dólares en impuestos

El Gobierno federal ha salido, una vez más, al auxilio de Petróleos Mexicanos (Pemex). Por decreto presidencial se le ha condonado a la petrolera el 100% de una serie de impuestos durante cuatro meses. Entre los gravámenes exentados está el pago del Derecho de Utilidad Compartida (DUC), el principal cargo fiscal que debe cubrir la compañía y el pago del Derecho de Extracción de Hidrocarburos. Aunque la empresa aún no da a conocer a cuánto asciende este perdón fiscal, algunas agencias y analistas lo han cifrado en más de 100.000 millones de pesos, unos 5.800 millones de dólares. Pese a los constantes apoyos, la petrolera sigue siendo la más endeudada del mundo, con 105.836 millones de dólares.

La medida fiscal de la Secretaría de Hacienda a favor de Pemex supone apenas un balón de oxígeno para atajar sus problemas de mayor urgencia: el vencimiento de deuda a corto plazo, que asciende a más de 11.000 millones de dólares y el endeudamiento a proveedores, cifrado por las propias cifras de la petrolera al cierre del tercer trimestre de 2023 en más de 297.000 millones de pesos, unos 17.000 millones de dólares. La complicada situación financiera de la paraestatal no ha pasado inadvertida para las calificadoras, el fin de semana pasado Moody´s rebajó la evaluación de Pemex de B3 a B1 por pérdidas en refinación y producción insuficiente.

En el último reporte financiero de Pemex, el director de Finanzas, Carlos Cortez, explicó que no todo el monto que está consignado es un monto exigible y mucho menos que esté vencido. “En coordinación con la Secretaría de Hacienda vamos resolviendo, a veces más pronto, a veces con rezago, pero vamos resolviendo. Continuaremos dispersando flujos regulares para el pago a nuestros proveedores y contratistas”, prometió el directivo.

Las medidas conjuntas con Hacienda a las que hizo referencia Cortez no han sido de poca cuantía. De 2019 a 2023, el Gobierno ha inyectado a Pemex directamente más de 806.000 millones de pesos (47.000 millones de dólares). El millonario desembolso estatal se ha destinado para el repago de deuda, así como para apuntalar el plan de refinación de este sexenio, el cual pasa por el programa de rehabilitación de las seis refinerías, parte de la compra de la refinería Deer Park, en Texas y la construcción del complejo Dos Bocas, en Tabasco.

Además de las aportaciones a capital, durante este Gobierno se ha dado un apoyo fiscal inédito, valuado en más de 595.000 millones de pesos, equivalente a unos 35.000 millones de dólares. El respaldo fiscal de Pemex ha pasado por una continua reducción del DUC, el cual comenzó esta Administración con una tasa del 65% y para este año está en un 30%.

Fluvio Ruiz, experto en temas petroleros y exconsejero de la paraestatal, reconoce que esto solo es un alivio temporal respecto a los graves problemas financieros de Pemex, una “medida de emergencia”. La única manera de sanear las finanzas de Pemex, añade Ruiz, pasa por una reforma fiscal a favor de la paraestatal: “Estoy convencido en que en estos momentos a Pemex le serviría más una modificación de la Ley de Ingresos sobre Hidrocarburos que ajustará sus límites de deducción”, refiere.

Ruiz matiza que pese a las constantes capitalizaciones directas a la petrolera y ayudas fiscales, Pemex sigue siendo la principal fuente de ingresos de este Gobierno. “El Estado despojó durante años de su flujo operativo de Pemex y por eso tuvo que endeudarse. Se necesita de una cirugía mayor desde la parte fiscal, una revisión del diseño institucional para que Pemex salga fortalecida desde la estructura corporativa y, por supuesto, desde el plan de negocios”, concluye.

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